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Red Internacional
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Facundo Rivera Alegre. La memoria de la cultura: La Biblioteca Nacional presentará “La ilusión del Rubio” en memoria a Facundo Rivera Alegre

Este jueves 11 de febrero, se estrenará la obra teatral “La Ilusión Del Rubio”, escrita por el dramaturgo cordobés Santiago San Paulo, dirigida por Gastón Marioni y protagonizada por Martín Slipak, cuya trama aborda la desaparición de Facundo Rivera Alegre a pocos días de cumplirse 9 años del hecho.

Miércoles 10 de febrero de 2021 23:21

La misma se puede ver actualmente por YouTube y podrá verse de manera presencial y de forma gratuita este jueves 11, viernes 12 y sábado 13 de febrero a las 22 horas y el domingo 14 a las 21:30 horas en la explanada de la Biblioteca Nacional, ciudad de Buenos Aires.

“La Ilusión Del Rubio” es una obra teatral que homenajea el famoso caso de Facundo Rivera Alegre, desaparecido en la ciudad de Córdoba el 19 de febrero del año 2012, a los 19 años, a la salida del baile del cantante cuartetero Damián Córdoba.

La misma fue filmada en la sala María Guerrero, se puede ver actualmente en el canal de YouTube del Teatro Nacional Cervantes, y se estará presentando de manera presencial con todos los protocolos sanitarios correspondientes, desde el jueves 11 hasta el domingo 14 de Febrero en la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, como parte del ciclo “El Cervantes en la Biblioteca”, una iniciativa lanzada en conjunto con el Ministerio de Cultura de la Nación. Es una de las 27 obras seleccionadas en el concurso Nuestro Teatro.

Para la puesta en escena, Martín Slipak y el director Gastón Marioni, consideraron imprescindible poder entrevistarse con el dramaturgo Santiago San Paulo, y principalmente con Viviana Alegre, por lo que esto sirvió como base y eje para construir esta representación. “Muchas cosas que están en la obra son comentarios de Viviana, familiares y amigos de Facundo y de otras víctimas de gatillo fácil. En Córdoba hay un índice muy alto, también de desapariciones", relata San Paulo. En los encuentros, Viviana le contó al equipo que todavía guarda la ropa de Facundo, su cuarto, sus muebles, y hasta un cuaderno donde “el rubio” había escrito muchas de sus canciones, que nunca llegaron a estrenarse.

Todo esto fue utilizado por el actor para construir su versión de “el rubio del pasaje”, tanto para encontrar la postura corporal, la voz, los gestos, y la intensidad con la cual expresar su monólogo, como para descubrir su relación con el personaje, su psicología, sus emociones. En otras palabras, para descubrir la introspección de Facundo, la historia que no se cuenta. “Este es mi cuerpo, se sabe dónde está, está presente. Y con mi presencia voy a intentar interpretar a Facundo, a mi manera. Nosotros creemos que él debe querer aparecer” Esta frase juega un rol fundamental para el actor, porque lo obliga a separarse de lo que es “Martín Slipak” para adoptar una presencialidad marcada por el conocimiento de que es alguien que fue desaparecido. Y eso condicionó todo su cuerpo y emoción.

El director Gastón Marioni comenta que la obra “enlaza realidad y ficción, hay teatro dentro del teatro y el sustento es la terrible idea de que Facundo es un desaparecido en democracia, subrayando la complicidad del gobierno provincial”. El mismo director explica que lo que se quiso hacer fue poner en escena un cuerpo lleno de vida y futuro. "Era divertido, bocón y llamaba la atención", evoca San Paulo. “Hacer algo así se vuelve tanto actuación como causa. Trasciende el hecho de hacer una obra. Es involucrarse con un acontecimiento y un pedido de Justicia", expresa Slipak, como bien podemos ver cuando Facundo manifiesta "que me tengan presente los que se lavaron las manos. La verdad se la adueñan unos. Los medios dijeron que yo estaba trabajando de mula”

Para el director fue importante no caer en el hiperrealismo: "Jugamos con el hecho de que Martín no es cordobés. No intenta imitar ni parodiar, algo que sucede muchas veces cuando se pone en escena la voz de los compatriotas del interior".
En una entrevista para otro medio, Slipak cuenta que “fue bravo, duro, tremendo. Son esas obras que te hacen investigar, ver noticias. Cuando se hacen este tipo de casos reales, es muy interesante para mí ver la cobertura de los medios. Hacer la obra fue muy conmovedor desde todo punto de vista, y el encuentro con Viviana también. En principio yo lo que le quería decir era que se quede tranquila en relación a que íbamos a tratar de ser lo más respetuosos posibles con Facundo. Uno interpreta y pone de sí lo mejor que puede. Obviamente es muy difícil interpretar a alguien que existió, que vivió, que sufrió una desaparición, que no se sabe bien todavía pero que se cree que fue en manos de la policía. Es muy turbio todo, la verdad que es un caso muy oscuro, muy incómodo también para hablar y para hacer. Por lo tanto, lo que le queríamos decir a esta madre era el respeto con el que íbamos a tratar de abordar la obra, y sobre todo la imagen de su hijo.

¿Quién es el Rubio del pasaje?

Facundo Rivera Alegre o “el rubio del pasaje”, como le solían decir sus amigos, fue un pibe de 19 años de edad, que residía en barrio Junior, padre de Rocío, una bebe de 11 meses, que fue desaparecido el 19 de Febrero del 2012, se sospecha a manos de la policía de la ciudad de Córdoba, a la salida de un baile de cuarteto en el Estadio del Centro. La última vez que fue visto fue en una parada de colectivo en el barrio de Maldonado.

Viviana Alegre, madre de Facundo, comenzó la búsqueda de su hijo sin ser atendida por la justicia ni la policía, y a dos meses del hecho, exigió una audiencia con el entonces gobernador de la provincia José Manuel De La Sota. Este pedido fue realizado reiteradas veces, y siempre fue denegado.

El juicio por Facundo, que siempre estuvo plagado de irregularidades y amenazas, según comentarios de Viviana, dio comienzo en el 2015. La hipótesis que sostiene la justicia es que a Facundo lo mataron por cuestiones de deudas vinculadas al narcotráfico. La investigación del fiscal supone que a Facundo se lo vio en la casa de una mujer apodada la “Colela” Reartes, quien supuestamente sería quién le vendía cocaína, en el barrio Maldonado, donde Facundo fue visto por última vez.

La causa fue calificada como “homicidio”, nunca como “desaparición forzada de persona”. Se imputó a dos de los hijos de la “Colela” Reartes, uno de ellos menor de edad y acusado de ser el autor material del asesinato, al mayor acusado de complicidad, y al en cargado del cementerio del barrio Maldonado, acusado de ser quien cremó el cuerpo de Facundo. Lo cierto es que en ese momento no estaban funcionando los crematorios. Los tres fueron absueltos, y la causa quedó cerrada.

Un dato no menor, es que el fiscal a cargo de la investigación fue Alejandro Moyano, quién luego fue ascendido por el mismo (José Manuel) De La Sota.

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"Son muchos los desaparecidos en democracia" comenta Facundo con la voz del actor Martín Slipak en la obra “La Ilusión Del Rubio”, y él no es el único en su familia que sufrió este destino. Su tío Marco, junto a su esposa, forman parte de los 30.000 desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar que dio comienzo aquel nefasto 24 de Marzo de 1976. Viviana cuenta que ella y su padre estaban escondidos en la misma casa, cuando se lo llevaron a su hermano y a su cuñada, que estaba embarazada.

" Facundo experimentó en carne propia el “Código de Faltas”, semilla que dejó la dictadura en palabras de su madre, el cual fue reformado años más tarde con el nombre de “Código de Convivencia”. Bajo la implementación de este último, tuvo lugar la misteriosa desaparición de “el rubio del pasaje”, siendo 3 las vidas que le fueron quitadas a su familia. Además de la búsqueda del cuerpo de su hijo, Viviana continúa luchando por encontrar a su sobrino.

Análisis Teatral: Una subjetiva reflexión (SIN SPOILERS)

Para quienes quieran disfrutar de la obra, el link es el siguiente

La obra comienza con el actor Martín Slipak hablándole al público no como personaje sino como actor, contando una breve reseña sobre el caso real de Facundo. Slipak anticipa que su interpretación no será imitando la tonada cordobesa por el hecho de que el actor es de Buenos Aires, y habiendo aclarado esto se saca su gorra, dejando ver su pelo teñido desprolijamente de verde (como el pelo del rubio del pasaje), y procede a vestirse con el vestuario característico de Facundo, una chomba con rayas verdes y negras de Kevingston, vaquero azul, una gorra (distinta a la que tenía el actor) y zapatillas blancas. Al terminar de vestirse, se acerca al micrófono y dice “Empiezo”.

Todo este inicio que va desde la breve explicación del caso, pasando por el cambio de ropa, hasta que el actor avisa que iniciará su actuación, podría entenderse como una suerte de línea teatral Brechtiana. Bertholt Brecht fue un pilar del teatro que llevaba a cabo el “Distanciamiento”, que consiste en que el actor o la actriz, valga la redundancia, se distancia de su personaje para hablarle al público desde su propia personalidad, evitando que quienes observan la obra se identifiquen emocionalmente al 100% con el personaje, y generando de esta forma, una reflexión más objetiva por parte de los espectadores.

La diferencia corporal entre Martín Slipak al momento de relatar el caso, y la aparición de Facundo, implica un giro de 180 grados en lo que respecta a la postura del cuerpo del actor, a sus movimientos, a sus gestos faciales, a su voz, a su modo de caminar, en otras palabras, realiza un salto en su registro corporal que va desde el estado de pasividad, quieto, con movimientos cotidianos y utilizando su propia voz, a un cuerpo completamente ajeno, que se mueve y habla distinto.

Su actuación está claramente marcada por una “tendencia” más risueña, con tintes cómicos, y esto acompañado de la puesta en escena y la musicalización del espectáculo. En ningún momento el actor coloca a Facundo en un estado de melancolía, ni utilizan una luz, o una música, que genere un clima de tristeza. Por el contrario, aunque si tiene algunos pequeños matices de emociones por momentos, siempre resalta su actitud de picardía mezclada con simpatía y gracia.

No hay una sola escena en la que se intente hacer llorar al público. De hecho, la música utilizada, al ser de cuarteto, mantiene un clima festivo, haciendo que el público pueda analizar lo que está observando de manera crítica sin estar condicionado por la emoción. Por más que a veces llega a compartir un poco de su bronca contra quienes lo traicionaron, nunca deja que la objetividad desaparezca.

Al comienzo, presentan la escena con una luz general, donde podemos observar una tarima con sillas de madera y plástico y asientos tapizados.

Después, a un costado bastante apartado, un micrófono, y por último, ubicado entre el micrófono y el público, un montículo de tierra. Esta luz general, al momento de dar inicio al monólogo de Facundo, desaparece dejando todo en el escuro, salvo al personaje, que pasa a estar iluminado por un reflector apuntándolo especialmente a él. Esto está puesto también como una forma de “distanciamiento”, ya que el espectáculo decide anticiparle al público, con una iluminación común, y despojado de todo ambiente sonoro, cómo será el escenario por el cual Facundo transitará. Es como si la misma obra estuviera hablando y advirtiera “Esto es lo que verán a continuación”.

La tarima y el micrófono también funcionan como recurso de esta corriente teatral de Bertholt Brecht ya que, si bien el texto está siempre dirigido hacia los espectadores, la tarima sirve como un elemento que incluye al personaje ficcional dentro de un plano puramente ficcional, pero en los momentos en que habla por el micrófono, el personaje ficcional sale del plano ficcional para meterse en el plano de la realidad, el plano del “aquí y ahora”. El montículo de tierra resulta ser uno de los elementos más importantes a nivel simbólico, representando de alguna forma el interrogante de dónde está el cuerpo de Facundo.

Luego suena una canción, pero se detiene para dejar en importante relevancia la frase de Facundo “LIBRE ELECCIÓN”. Este momento sirve como un punto que marca el fin de la auto presentación de Facundo y da lugar al encendido de reflectores que apuntan su luz hacia la tarima, y dejando todo listo para comenzar el relato. Durante una de las escenas, la luz se vuelve más tenue como signo de una pequeña introspección del personaje en su cabeza, en ese momento se ven proyectadas en su panza imágenes que generan un efecto de representación gráfica una de sus más puras pasiones entrañales. Por momentos es “El Rubio”, y por momentos son la luz y la musicalización, las que guían el espectáculo y permiten que Facundo pueda seguir utilizando el cuerpo del actor para expresarse.

Por último, el final, con el cuidado necesario para no spoilear a los lectores. Los últimos momentos del actor Martín Slipak encarnando al rubio, dejaron en este observador crítico, la sensación de que fueron los momentos en los que más vivo estuvo Facundo en toda la representación de la obra. Si bien los movimientos corporales y el trabajo con la voz, no son llevados a un nivel muy alto, como si fue en gran parte de la obra, el final, a ojos de quien escribe, es cuando el espíritu de Facundo más se manifiesta y su cuerpo se hace uno con la música, expresando así otra de sus más grandes pasiones.

En conclusión, “La Ilusión Del Rubio” es la reencarnación de alguien que grita por ser recordado y por lo cual deben ser respetados sus derechos. No hablamos solo de Facundo Rivera Alegre ya que, si bien la obra habla concretamente de su caso, el grito se extiende a todos los casos de desapariciones de personas y violencia represiva por parte de las fuerzas armadas y de seguridad. Es una recomendada obra que cuida y respeta a su homenajeado, que juega un poco con la presencia del público y que posee un dinamismo mantenido por los distintos recursos escenográficos y actorales.

¿Cómo afectó el caso de Facundo en Córdoba? ¿Qué papel puede jugar esta obra como parte del movimiento cultural en este contexto de pandemia?

La desaparición forzada de Facundo Rivera Alegre, se convirtió en uno de los casos más emblemáticos en la lucha por los derechos humanos, generando decenas de marchas que toman como principales protagonistas a la familia y a la juventud de Córdoba que no se resigna a que la policía los lleve presos, les abra una causa y los desaparezca, por el simple hecho de vestir de determinada manera o por fumarse un porro. Se convirtió en una de las principales piedras en el zapato de las fuerzas policiales y del peronismo cordobés, teniendo como principal culpable al difunto ex gobernador de la provincia de Córdoba José Manuel de la Sota, y al actual mandatario Juan Schiaretti.

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La causa fue acompañada por distintas organizaciones como la agrupación “HIJOS” o el Frente de Izquierda y adquirió tanta importancia que trascendió los límites de nuestra provincia, evidenciando el claro apoyo brindado en distintas partes del país. Facundo forma parte de todos los y las desaparecidas por quienes cada 24 de Marzo se pide justicia.

Con respecto a “La Ilusión Del Rubio” Viviana comentó: “Me reconfortó muchísimo saber que la historia de mi hijo se haya convertido en una obra de teatro. Es el logro de una lucha colectiva que ha venido siendo acompañada. Mi familia es del arte y el arte nos sigue dando y nutriendo mucho en toda esta causa y en muchas otras luchas también”.

Sabemos que, en este contexto de pandemia, una de las cosas que menos importancia se le da es la cultura, y a pesar de esto, esta obra logró salir adelante por lo tanto es un ejemplo de solidaridad y que la lucha no debe bajar los brazos. Es una herramienta que puede contagiar a movimientos artísticos cada vez más grandes, y que de esta forma muchas más problemáticas sociales como ser la des-financiación hacia la educación y la salud, la precarización laboral, la falta de trabajo, entre muchas más, puedan verse apoyadas por grandes movimientos artísticos. Y otra de las cosas que tampoco es considerada con la importancia que merece, es la cuestión de los derechos humanos.

Como bien sabemos, Córdoba continúa siendo centro de la violencia, la represión y la impunidad policial y del ejército; y escenario característico de las desapariciones en “democracia”, vinculadas al gatillo fácil y a la red de trata, entre otras. El nombre de Facundo forma parte de una larga lista interminable de vidas acalladas ante el poder de las “fuerzas de seguridad” no solo en Córdoba sino en todo el país. Los nombres de Yamila Cuello, Facundo Astudillo Castro, Luciano Arruga, Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, Ismael Sosa, Jorge Julio López y Claudio “Pocho” Lepratti, entre tantos otros, también forman parte de esa lista.

A días de cumplirse 9 años de su desaparición, el equipo que lleva a cabo “La Ilusión Del Rubio”, junto con quien hacemos La Izquierda Diario, acompañamos a la familia que sigue reclamando por memoria, verdad y justicia y haciendo la misma pregunta con la que el actor Martín Slipak y todo el equipo concluyen la obra: ¿DÓNDE ESTÁ FACUNDO?