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Red Internacional
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Gatillo Fácil. La Mendoza que derrama sangre es la Mendoza que no se calla

Enrique Jasid @EnriqueJasid

Miércoles 11 de febrero de 2015

Fotografía: Andrés Larrovere / Los Andes

“Se va a acabar, se va a acabar, esa costumbre de matar”; “yo sabía, yo sabía, que a los pibes, los mató la Policía”. La cartelería electoral y los bares de turistas del centro mendocino quedaron opacados ante el resonar del grito de cientos de jóvenes que una vez más se movilizaron contra el gatillo fácil el pasado lunes 9 de febrero a las puertas de la legislatura provincial.

Justicia por Leonardo se escuchaba en toda la marcha. Leo, es el joven que “suicidaron” en la comisaría 27 de Godoy Cruz el pasado mes de enero luego de haber sido detenido por averiguación de antecedentes. El pedido por Ismael Sosa, asesinado por la Policía cordobesa en el recital de La Renga también se hacía presente. Son estos nombres los que nunca se escuchan en discursos oficiales o de la oposición patronal. Por el contrario, en sus discursos siempre está el lema de “más seguridad” o “más policías en las calles”.

Leonardo, es una víctima más de la bala policial que ha llevado a la provincia de Mendoza a convertirse en la tercera del país con más casos de gatillo fácil.

Un grito cada vez menos silencio

En La Izquierda Diario hemos dado cuenta de esto acá, acá y acá y por eso decimos que Mendoza derrama sangre, la sangre de los jóvenes de las barriadas populares asesinados por la Policìa. En esta ocasión queremos plantearle al lector que esa Mendoza no se calla, sino que grita de forma cada vez menos silenciosa que hay que terminar con la impunidad y la persecución de las fuerzas de seguridad.

Esa Mendoza de los barrios más humildes, donde están los jóvenes que continuamente son hostigados por la policía garante de la “seguridad” de un sistema que los mantiene en la marginalidad social.

Durante 2013, fueron cientos de jóvenes los que se movilizaron en Tupungato, General Alvear y San Rafael. El Sur provincial es uno de los lugares más castigados por las racias policiales y genera la bronca y el odio de miles.

Ahora es el turno del Gran Mendoza, como ocurre en Godoy Cruz, que son los amigos, los compañeros de Leo y sus familiares los que se movilizan de a cientos. Esos pibes que se animan a bajar a la ciudad para pedir justicia.

También es sintomático que durante el último tiempo hayan tomado relevancia distintas organizaciones contra el gatillo fácil, que han puesto en la mesa las escalofriantes cifras de la “secta del gatillo” mendocina.

De las organizaciones políticas es el FIT quien es parte de esta pelea, que no sólo participa de las movilizaciones sino que a través de la Diputada Cecilia Soria y el Concejal Martin Baigorria, ambos del PTS, han realizado una audiencia pública en la legislatura y presentado un proyecto para derogar la inconstitucional figura de “averiguación de antecedentes” por la cual se puede detener a una persona hasta 24 horas en una comisaría solo para saber quién es así como también han citado al Ministro de Seguridad para su interpelación.

Las estadísticas muestran que una persona tiene más probabilidades de ser detenido por la policía que sufrir un robo. Seguramente esta denuncia y pelea que hace el FIT sea uno de los elementos por el cual gran parte de su apoyo lo encuentra en los jóvenes y por el cual también tiene la obligación de utilizar las posiciones conquistadas para fortalecer esta pelea.

Referentes oficialistas también son parte de algunas movilizaciones, como el Movimiento Evita, pero su política es impotente porque se niegan a denunciar la responsabilidad del Estado y por ende del gobierno del cual son parte por un lado; y por el otro proponen la utópica reforma de fuerzas de seguridad que están creadas y diseñadas para la represión.

Pisar las calles nuevamente

La bronca se extiende por abajo. A lo largo y ancho de la provincia los jóvenes dicen basta de que maten a sus amigos y hermanos, las madres dicen basta de que maten a sus hijos, las maestras dicen basta de que maten a sus alumnos.

Pero ante esto, las organizaciones tienen el desafío de saber dotarse de la coordinación para potenciar la organización y la movilización.

Es necesario poner en pie una gran coordinadora o mesa provincial contra el gatillo fácil y la persecución policial en la que participen todos los organismos de derechos humanos independientes, los Centros de Estudiantes, las organizaciones sindicales combativas, las organizaciones sociales y políticas y que junto a los familiares y amigos vayan a recorrer cada escuela, cada lugar de trabajo, cada lugar de estudio y preparen una gran movilización que inunde las calles de Mendoza con miles.

Solo si multiplicamos nuestra fuerza es que podemos enfrentar las políticas de “seguridad” del PJ, UCR, PD y PRO que cada uno implementa en el lugar donde gobierna.

La tarea por delante es grande, pero cada movilización, cada actividad que se impulse contra la impunidad, por la derogación de las leyes represivas como la averiguación de antecedentes, es un paso más que va limando el poder de fuego del Estado. Un poder de fuego que será descargado mas fuertemente sobre el pueblo trabajador en el fin de ciclo, pero que también es parte de un Estado que expone sus instituciones a crisis recurrentes como lo demuestra la muerte de Nisman.

Hay que tomar en nuestras manos esta tarea, coordinar y pisar las calles nuevamente para demostrar que esta Mendoza no se calla.