Los días 27 y 28 se realizó el 11º Congreso de la CUT. Si bien los militantes de la Nueva Mayoría que controlan la central, consiguieron evitar el voto universal para las nuevas elecciones que se realizarán en abril; no pueden sacar cálculos alegres.
Domingo 29 de enero de 2017
Ni para Bárbara Figueroa, ni para Nolberto Díaz, ni para Arturo Martínez, el Congreso CUT fue una “taza de leche”. Los dos primeros -principales referentes en la central, del Partido Comunista y la Democracia Cristiana respectivamente-; enfrentaron una fuerte oposición a su propuesta de implementar el voto universal recién el 2020. Por su parte, Martínez se vio en la situación de votar en varias ocasiones incoherentemente, pues como era de esperarse, sus intervenciones previas a favor del voto universal ahora, no fueron defendidas consecuentemente en el Congreso. Esto le acarreó roces con su propio sector, como ocurrió con Claudio Urrutia de Unilever.
Lo que se propuso en contraposición a la postura oficial, fue que se implementara durante el 2017. El viernes 27, el sector del Colegio de Profesores agrupado en lo que era la disidencia -actualmente a la cabeza de la organización a través de Mario Aguilar-; los delegados por la Confusam; el sector del Consejero Nacional Andrés Giordano, de lo que fue la lista “A refundar la CUT” y Antonio Páez, dirigente del Sindicato Starbucks y ex candidato CUT por Alternativa Obrera; consiguieron instalar una propuesta alternativa a la del “bloque de conducción” del PC y la DC en la central.
El voto universal el 2017: los esfuerzos por golpear juntos con esta política
Durante los días previos, varios hechos importantes fueron marcando la pauta del debate al interior de la CUT. En la Asamblea Nacional Programática del Colegio de Profesores, realizada los días 17 y 18 de enero, el nuevo presidente del gremio, el militante del Partido Humanista y nuevo presidente de los docentes, Mario Aguilar, anunció que si en las próximas elecciones no se aplicaba la votación universal, como Colegio de Profesores congelarían su afiliación a la CUT. El mismo viernes 27, se hizo pública una declaración firmada por decenas de dirigentes sindicales y agrupaciones de trabajadores -como los Cabread@s de la ANEF o Alternativa obrera y decenas de dirigentes del sector público y privado-, desde dentro y desde fuera de la CUT. En ella, denunciaron:
“El bochorno de las pasadas elecciones de directiva evidenció ante todo el país una crisis arrastrada por décadas, donde la falta de transparencia y participación de los trabajadores son utilizadas para sostener dirigencias sin base sindical real cuya misión es ser funcionales a las prioridades de los gobiernos de la Concertación, actual Nueva Mayoría. ¿Quién podría negar que la CUT ha mantenido sus puertas cerradas a los trabajadores de carne y hueso para convertirse en un organismo cupular donde sólo conviven “dirigentes? ¿Qué espacio relevante ofrece esta multisindical a sus bases? Absolutamente ninguno. Y hoy, ¡esto ya no da para más!”
27 de enero: el viernes tenso de Bárbara Figueroa
Era una incógnita que pasaría en el Congreso. Pero el viernes 27, se hizo evidente para todos que los sectores que querían la votación universal para las elecciones próximas, no iban a quedarse de brazos cruzados mientras el PC y la DC imponían su línea de posponer todo hasta el 2020. Según Antonio Páez, esa situación, “en cierto modo sorpresiva para todos, en cuanto era inédita en relación a los anteriores congresos, pero por otro lado, previsible, dado lo complejo del actual momento de la CUT; terminó de disipar las dudas que algunos podían tener en defender con todo la votación universal para elecciones en el 2017, por el hecho de que el Partido Comunista, en los días previos al Congreso, trató de convencer de que la implementación de la votación universal el 2020 era el único paso posible, en una situación en la que la CUT está profundamente desprestigiada entre los mismos trabajadores. Si bien finalmente esta es la moción que terminó predominando, fue significativa la votación por el voto universal ahora”.
Del total de delegados presentes en el momento en que se votó, el viernes a último momento, 209 votaron por implementar el voto universal el 2020 y 144 por hacerlo el 2017. Esto se hizo por medio del procedimiento denominado al interior de la CUT “votación económica” que es una votación a mano alzada, con las credenciales, de los delegados.
Luego de eso se dio paso a la votación formal en urna. En ella, los resultados habrían sido los siguientes: 82.236,94 aprueba, 1.001,96 rechaza, 70 blancos, 1 nulo. Esta diferencia se explica porque la mayor parte de los que habían votado por la implementación del voto universal para el 2017, se retiraron del Congreso.
La crisis que se abre con el Colegio de Profesores
En la mañana del 28, circuló un mensaje que provocó un debate. Carlos Díaz Marchant, dirigente del Colegio de Profesores y quizá el principal socio político de Mario Águilar, con quien comparte una trayectoria de décadas en el movimiento docente; habría escrito lo siguiente:
“Ayer, durante todo el día, participé en el Congreso de la CUT. Pasadas las 9 de la noche se realizó la votación referida a los cambios democráticos que demandamos de la Central. Lamentablemente triunfó la posición presentada por Bárbara Figueroa y la Nueva Mayoría de realizar elecciones universales y democráticas en el año 2020.
Nuestro planteamiento, como Colegio de Profesores, fue solicitar que estas elecciones democráticas se realizaran en 2017.
Por este motivo y de acuerdo a lo mandatado por nuestra Asamblea Nacional a contar de esta fecha como Colegio de Profesores congelamos nuestra participación en la Cut.
Con afecto,
Carlos Díaz Marchant
Presidente Regional Metropolitano
Colegio de Profesores.”
Un sector importante de la actual conducción del Colegio de Profesores se restó de participar en la sesión del sábado 28. Simplemente no llegaron al Congreso. Otra parte se quedó. Pero fueron los militantes del PC y hasta hace poco principales dirigentes del Colegio de Profesores -que son actualmente la minoría-, los que trataron de rebatir la línea de congelar la participación del Colegio de Profesores en la CUT. Jaime Gajardo, intentando licuar las diferencias, planteó en el Congreso que “el debate no es si estamos de acuerdo o no con votación universal. Todos estamos de acuerdo. No nos pongamos en un bando u otro. Lo importante es discutir cómo implementarlo. Que sea una fortaleza y no una debilidad.” Para Gajardo habría que abordar primero cómo puede implementarse la votación universal. “Acá no se ha escuchado ninguna propuesta concreta, que diga cómo se va a hacer, si se vota por internet, hay que tomar todos estos detalles, para que sea un triunfo y no un revés”.
Por su parte Jorge Abedrapo, del Partido Comunista y ex presidente metropolitano del Colegio de Profesores, planteó “el sector que siempre hemos estado con la CUT, la vamos a defender con dientes y muelas siempre, porque es nuestra organización de clase. Eso es lo primero. ¡Cuánto apostamos por construir esta CUT para que la vengan a destruir de esta manera! Aquí hay dirigentes que fueron fuertemente reprimidos. En realidad, toda la clase fue fuertemente reprimida. Me acuerdo de Arturo Martínez cuando se lo llevaron preso y esa parte.”
La CUT ¿una cáscara de lo que fue?
Es sabido que el PC, cada cierto tiempo, habla de “voto universal en la CUT”, pero que en realidad no hace nada por implementarlo. Ahora, la situación es más crítica, pues si terminara por predominar el congelamiento de la participación del Colegio de Profesores en la CUT, el incentivo de los trabajadores por organizarse en la CUT, su credibilidad ante millones, inevitablemente disminuiría. El PC necesitará de algún modo avanzar al voto universal, si quiere evitar el peligro de “nuevas fugas”. Pero también “se han dado un tiempo” para implementarlo. Las cosas pueden cambiar.
Pero está rezagado de las exigencias. El Congreso de la CUT resolvió, en relación al movimiento NO+AFP, apenas una reunión formal para recibir la propuesta previsional de la Coordinadora Nacional de Trabajadores NO+AFP (CNT NO+AFP). En el mismo Congreso hubo presión, especialmente desde las regionales de la CUT, para que el Congreso asumiera como propia la propuesta de la CNT NO+AFP. Pero Nolberto Díaz y otros dirigentes prefirieron discutir con el “sectarismo” de Luis Mesina. Totalmente ausente estuvo la intención de aportar desde el rol propio de una central sindical: con el método de la paralización.
En relación al nuevo movimiento de mujeres que se desarrolla en Chile, como parte de un fenómeno internacional, la CUT no estuvo a la altura. Las palabras de Antonio Páez criticando el machismo al interior de las organizaciones sindicales, generaron incomodidad en los delegados presentes. Bárbara Figueroa salió a discutir en contra de la propuesta de establecer una cuota de 50% de mujeres en los distintos niveles orgánicos de la CUT.
Todo esto va deteriorando a la CUT. Los nuevos fenómenos de organización de trabajadoras y trabajadores son completamente ajenos a las preocupaciones de su sector predominante, más preocupado de cuidar sus cargos y privilegios.
El PTR y Alternativa Obrera en el Congreso CUT
Desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios y Alternativa Obrera nos hicimos presentes en el Congreso CUT, no sólo para defender la implementación del voto universal el 2017, en común con otras fuerzas.
También planteamos lo necesaria que es la independencia política del Gobierno y los empresarios; y el desarrollo de métodos democráticos como las asambleas de base resolutivas y la formación de cuerpos de delegados. La necesidad de combatir por los derechos de la mujer y organizar comisiones de mujeres en los lugares de trabajo.
Juan Valenzuela
Santiago de Chile