Para la OMS los servicios de cuidados intensivos podrían volver a estar bajo presión alta o extrema, por lo que algunos países se anticipan con nuevas medidas.
La Izquierda Diario @izquierdadiario
Martes 23 de noviembre de 2021 21:00
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó sobre la nueva ola de la pandemia de coronavirus que viene creciendo en Europa. Según el organismo internacional podría haber 700.000 muertes adicionales hasta marzo si la tendencia actual continúa.
En un comunicado la OMS advierte que "cabe esperar" que los servicios de cuidados intensivos vuelvan a estar bajo presión alta o extrema "en 49 de los 53 países que componen la región Europa de aquí al 1° de marzo de 2022" y que "los muertos acumulados contabilizados superen los 2,2 millones de aquí a la primavera". Actualmente, en el continente fallecieron 1,5 millones de personas en la que va de la pandemia por el coronavirus.
En Europa, los fallecimientos por coronavirus aumentaron a casi 4.200 por día la semana pasada, la cifra duplica a los registados en septiembre, y la variante Delta, altamente contagiosa, es una de las principales causas del aumento de las cifras junto a la insuficiente tasa de vacunación y la relajación de las restricciones sanitarias.
Según los registros de la Unión Europea (UE) el 67,7% de la población está totalmente inmunizada, aunque hay importantes diferencias entre países: mientras que en Bulgaria solo un 24,2% fue inmunizada, en Portugal la cifra asciende a 86,7%.
En ese contexto de alarma, son varios los países comenzaron a endurecer las restricciones para responder a la pandemia, algunos al punto de imponer nuevamente cuarentenas, una propuesta que generó protestas, como en Países Bajos, donde se registró el lunes la cuarta jornada de marchas contra las restricciones que resultó en 21 detenidos.
En ese país, la tasa de casos y hospitalizaciones continúa en alza y se debieron trasladar a dos pacientes con coronavirus a un hospital de Alemania.
Los bares, restaurantes y comercios esenciales cierran a las 20 y el resto de comercios a las 18, y se insta a volver al teletrabajo y a no recibir a más de cuatro personas en casa, mientras el Gobierno espera que se debata la próxima semana un proyecto de ley para implementar el pasaporte sanitario.
También hay protestas en las Antillas francesas, especialmente Guadalupe, regiones que está bajo tutela de Francia como departamentos y región de ultramar. Tanto los trabajadores de la salud como los bomberos se oponen al pase sanitario y la vacunación obligatoria del personal médico. La manifestación se convirtió en una verdadera crisis social, donde un tercio de la población vive por debajo del umbral de la pobreza.
El panorama también es preocupante en Eslovaquia, otro de los países más afectados por la ola que recorre Europa y que tiene en el país a los hospitales al borde del colapso.
El Gobierno eslovaco planea seguir los pasos de Austria, donde la población está en cuarentena desde el lunes último, y tiene previsto implementar un confinamiento estricto para vacunados y no vacunados contra el coronavirus.
"Es una medida impopular, pero absolutamente inevitable", señaló la presidenta, Zuzana Caputova, en el Hospital de la Universidad de la ciudad de Bratislava y afirmar que lo que vio "fue trágico, fue horrible", informó la agencia de noticias eslovaca TASR.
En ese país las personas que no se han vacunado tienen vetado el ingreso a negocios de venta de productos no esenciales, incluyendo los shoppings, ni asistir a eventos públicos y deben testearse dos veces por semana para poder ir a trabajar.
En Alemania, las Fuerzas Armadas anunciaron que va a ser obligatoria la vacunación contra el coronavirus de todos sus miembros y una asociación de médicos de Berlín pidió que también lo sea para toda la población, en momentos en que el país enfrenta un fuerte aumento de casos.
Es este país el crecimiento de los contagios de manera abrupta está llevando a que las camas de hospitales comiencen a escasear en las últimas semanas, en el marco de una cuarta ola que afecta especialmente a quienes no se inmunizaron.
Los contagios comienzan a crecer en la mayoría de los países incluso en los que la vacunación es alta como en el Estado español donde el 79%, y que el 99% de los mayores de 70 están vacunados, pero el Gobierno no se descarta nuevas medidas si continúa creciendo la incidencia.
En este contexto el CEO de AstraZeneca, Pascal Soriot, llegó a vincular el aumento de los contagios por el coronavirus en Europa, con el rechazo de su vacuna. Lo dijo en el programa Today de la cadena británica BBC Radio 4, y aseguró que las diferencias en la inmunidad de células T entre las vacunas podrían significar que aquellos que recibieron la inyección de AstraZeneca tenían una protección inmunológica más duradera contra el virus.
La declaración muestra el cinismo de los grandes laboratorios, y de los mismos gobiernos que financiaron las investigaciones, que se han negado a imponer la libertad de patentes, ya que esto implicaba tocar las millonarias ganancias de las empresas farmacéuticas.
Los gobiernos capitalistas, al oponerse a liberar las patentes alejan el final de la pandemia, ya que la existencia de países con bajas tasas de vacunación favorece la aparición de nuevas cepas y variantes. Nuevamente, la irracionalidad del sistema capitalista se vuelve contra la mayoría de las poblaciones.