A contramano de lo dictado por el Ministerio de Transporte, el Expreso, La Unión y Unión Platense, todas pertenecientes al empresario Osmar Corbelli, comenzaron a reducir los vehículos en circulación.
Miércoles 18 de marzo de 2020 14:00
El lunes por la mañana el Ministerio de Transporte de la Nación ordenó que a partir del jueves, trenes y colectivos tendrían que funcionar con todos los pasajeros sentados. En el caso de los transporte de larga distancia quedaría suspendido por una semana para desalentar los viajes por turismo.
En La Plata algunas líneas como el Expreso, La Unión Platense y La Unión, pertenecientes al empresario Osmar Corbelli, comenzaron a operar con servicio reducido, disminuyendo la frecuencia y la cantidad de vehículos en circulación, lo que perjudica a las y los trabajadores que deben asistir a sus empleos. Además están imponiendo vacaciones anticipadas a los choferes con días pendientes y entre los trabajadores empieza a preocupar la posibilidad de suspensiones y despidos.
La pandemia del Coronavirus visualiza la crisis del transporte, que no es nueva para los usuarios ni para los trabajadores que están expuestos a la presión cotidiana de la empresa y las pésimas condiciones de seguridad e higiene. El plan de emergencia sanitaria del gobierno nacional no contempla a los miles de usuarios que no tiene la posibilidad de quedarse en sus casas.
Después de las medidas del gobierno para afrontar los riesgos de la pandemia del COVID-19, los trabajadores del transporte público tuvieron que enfrentar una situación de desidia total en los lugares de trabajo. La respuesta de las patronales frente a la pandemia se basó únicamente en la sugerencia de no compartir mate y usar cada uno su propio vaso. Las unidades siguen en el mismo estado de higiene que siempre, no se aplicó ningún protocolo nuevo y salen a prestar servicio sin alcohol en gel o guantes.
Frente a la suspensión de las clases y el asueto en el Estado, las empresas del transporte se adaptan a la situación priorizando sus ganancias y ajustando sobre los usuarios y trabajadores.Todo esto enmarcado en ganancias millonarias, con grandes subsidios del Estado que solo engordan las cuentas bancarias de estos empresarios, que cuentan siempre con la complicidad del Municipio y de la dirección del sindicato UTA..
Desde la Agrupación por las 6 horas: David Ramallo, sostenemos que es necesaria una política en todo el transporte público que contemple un servicio de calidad, seguro y acorde a las necesidades sociales que se abren con la emergencia sanitaria. Es necesario un aumento inmediato de las frecuencias en todas las líneas, y de los vehículos en circulación, para evitar que los pasajeros viajen hacinados. Que se contrate a todo el personal disponible y capacitado para asegurar un servicio que esté a la altura de la situación. Todos los vehículos tendrían que disponer de alcohol en gel y tendría que realizarse una desinfección diaria y constante de todas las unidades. Para proteger a los choferes, se hace urgente una licencia sin pérdida de salario para todo el personal que integre los grupos de riesgos o que presenten síntomas de la enfermedad, y la prohibición de todos los despidos y suspensiones mientras dure la emergencia sanitaria. Está planteado más que nunca la estatización del transporte público bajo control de los trabajadores y usuarios.