Los precandidatos de las coaliciones gobernantes pasaron por la exposición anual de las patronales agrarias. Allí mostraron sus “proyectos” de gestión y sus promesas para que el sector gane más fortunas de las que ya gana a costa de la inflación y las exportaciones. Massa fue de los más aplaudidos.
Lunes 24 de julio de 2023 13:47
Fotos Pablo Añeli | Télam
Este lunes los precandidatos a presidente de los partidos y coaliciones gobernantes Sergio Massa, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, más el liberfacho Javier Milei, disertaron en el Centro Ferial del barrio porteño de Palermo durante la edición anual de la exposición rural. Fue en el marco de la jornada “Compromiso con una nueva Argentina”, que abrió el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA) Nicolás Pino.
En su apertura, Pino criticó las nuevas medidas anunciadas por el ministro de Economía Sergio Massa, según las cuáles habrá un nuevo “dólar agro” a $ 340 para “economías regionales” y para la exportación de maíz. Para la SRA, eso va en contra de una “Argentina que sea mucho más fácil de vivir y en esa facilidad, una Argentina más previsible para nuestras actividades”. Esa novedad cambiaria “va en detrimento de un sector sobre otros”, afirmó, siempre hablando de las mismas patronales agropecuarias.
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Luego de su discurso, Pino les fue dando la bienvenida a los disertantes, quienes más allá de algunos matices y tópicos propios de la campaña electoral, centraron sus alocuciones en tres temas económicos claves para el sector: las retenciones a las exportaciones, el precio del dólar y qué tipo de lugar se le dará en un futuro gobierno a las demandas de las patronales agropecuarias.
Desde ya, la penosa situación de miles de peones rurales a lo largo y ancho del país, la trata de personas para explotación laboral en chacras y plantaciones, el precio de los alimentos fijados por los pulpos agroindustriales que secan los bolsillos populares y demás problemas de la clase trabajadora del campo y la ciudad, estuvieron totalmente ausentes de la “conversación” en el Pabellón Rojo del centro de exposiciones.
Milei
Primero habló Javier Milei de La libertad Avanza. Ante todo, prometió a los empresarios del agro que, si llega a ser presidente, va a aplicar una “unificación cambiaria” y la “eliminación total de las retenciones” a las exportaciones del sector. “Vamos a trabajar para devolver la rentabilidad y vitalidad que se la ha quitado en los últimos años chupándoles la sangre”, les dijo Milei a los representantes de la cámaras patronales. Según sus cálculos, les auguró “triplicar los ingresos” con sus medidas de gobierno.
Y repitió su idea de eliminar el cepo cambiario, al que consideró “inmoral”. En esa línea, volvió a prometer la eliminación del Banco Central para concretar una “unificación cambiaria de facto” y avanzar, entre “los 9 y los 24” primeros meses de su gestión, hacia la “dolarización” de la economía. Como se viene explicando en este diario, esa idea de Milei se basa en premisas falsas y, peor aún, encubre una deliberada propuesta de provocar una megadevaluación del peso, un mazazo a los ingresos de la clase trabajadora y los sectores populares.
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Rodríguez Larreta
Luego de Milei habló Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno porteño y uno de los precandidatos de Juntos por el Cambio. Ante todo dejó en claro que su plan para el sector es “una rebaja gradual de las retenciones a la exportación de granos y un objetivo de duplicar las exportaciones del sector en ocho años”. Sobre las retenciones, dijo que son “un pésimo impuesto” y que, de ser presidente, las bajará “a cero” pero con “con un cronograma que genere previsibilidad”.
Usando su cliché de campaña, Rodríguez Larreta dijo que es necesario terminar “con las peleas y agresiones” porque “para sacar este país adelante y ganarle al kirchnerismo tenemos que estar juntos”. Dirigiéndose a la oligarquía con olor a bosta, agregó que “el Gobierno nacional tiene un prejuicio ideológico con el campo, que genera el 70 % de las exportaciones del país y genera cuatro millones de empleos directos e indirectos”.
El primer proyecto de Larreta para el sector agrario sería “duplicar las exportaciones del complejo agro-alimenticio” entre los próximos “seis y ochos años de Gobierno” y “aumentar la producción de granos a 190 millones de toneladas y superar las 4 millones de toneladas de producción de carne”. Eso, según aseguró, generaría “500 mil nuevos puestos de trabajo”.
Sobre el precio del dólar, el jefe de Gobierno dijo que hay “que ir a un tipo de cambio único”, aunque “no es serio plantear esta unificación el primer día” sino luego de “recomponer reservas exportando más y construir confianza”. También prometió una “simplificación de impuestos y trámites” para el sector. Buscando sacarle agenda a Patricia Bullrich, su contrincante en JxC, el precandidato propuso “un plan” para terminar con “la inseguridad rural” que, según su visión, se traduce en “rotura de los silobolsas y la toma de tierras”.
Y en línea con la conducción de la SRA, cuestionó las nuevas medidas del Gobierno. “Esta telenovela de decisiones que no sabemos de qué se tratan siguen atentando contra la previsibilidad de la Argentina. Están hablando de otro tipo de cambio y vuelven a aumentar el impuesto PAIS, que además afecta las importaciones y los insumos”, sentenció.
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Bullrich
Entre Rodríguez Larreta y su adversaria Bullrich había hablado Juan Schiaretti, precandidato presidencial por el sello Hacemos por Nuestro País, quien lógicamente planteó generalidades parecidas a las de casi todos los otros precandidatos, buscando presentarse como el representante más “agrario” de todos los que se presentan en las elecciones. Sustancialmente, más de lo mismo.
Luego apareció en el escenario la exministra de Seguridad de Mauricio Macri. En sintonía con su campaña de “todo o nada”, Bullrich planteó que si es presidenta abogará por “una austeridad absoluta en el Estado” para generar “inversión y producción en el campo”. En ese marco, dijo que Argentina “tiene que tener un cambio estratégico, que significa nunca más tomar al campo con una lógica de extraerle siempre”. Obviamente, se la aplaudió con entusiasmo.
Con su costumbre de tirar números a la marchanta, Bullrich dijo que le devolverá “poder a la sociedad que en los últimos veinte años ha perdido en manos del Estado un 100 % de sus ingresos”. Esa pérdida, dijo, se basa en que “el Estado creció 20 puntos del PBI, con dinero de retenciones, impuestos provinciales y nacionales, dinero que tendría que haber ido a los pueblos y que fue a generar un Estado que creció al doble de lo que era”. Según ella, que los exportadores dejen una parte de sus ingresos al Estado “retrasa” e “impide mejorar”.
Sobre el cepo cambiario, la adversaria de Larreta (a nivel interno) y de Milei (a nivel externo) dijo es como un “pacman” que “en este último año se llevó U$S 18 mil millones, en vez de estar en los pueblos y los productores, se fue para mantener un cepo ridículo que ha empobrecido a los argentinos y ha dejado un Banco Central con cero reservas”. Obviamente, de fuga de capitales y pago de deuda externa al FMI y a los buitres, ni una palabra. De allí que propone “sacar el cepo de manera inmediata” si asume en la Casa Rosada, ya que si no “todos los que tienen que invertir van a estar esperando un año más a que se vaya el cepo”.
Para diferenciarse de Rodríguez Larreta, la “halcona” macrista insistió en que los cambios deben hacerse “más rápido y más contundente desde el primer día”, porque “ya sabemos lo que significó cuando fuimos lento”, en referencia al gobierno de su jefe político entre 2015 y 2019.
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Massa
Finalmente habló ante la oligarquía con tufo a estiércol el ministro de Economía y precandidato de Unión por la Patria. Tanto durante su disertación como al momento de responder preguntas del público, Massa fue de los participantes que más aplausos cosechó.
Ante todo, el precandidato peronista le pidió a las patronales agrarias que consideren las “medidas transitorias” del Gobierno, como las que se anunciaron en las últimas horas, como parte de “la coyuntura” marcada por los condicionamientos que “el programa con el Fondo y la sequía le imponen a la economía argentina”. En ese sentido, habló de “medidas transitorias que pueden ser más o menos agradables o más o menos cuestionables, pero que tienen que ver con la realidad del momento y no se las puede analizar sin tener en cuenta la coyuntura”. Desde la misma SRA que lo había criticado horas antes, hubo aplausos.
Cómodo ante su auditorio, Massa anunció que “a partir del 1° de septiembre ninguna economía regional va a pagar retenciones”, en referencia a las actividades agropecuarias integradas por pymes que vienen reclamando más beneficios impositivos. Y tal como es ya un sello de Unión por la Patria (ex Frente de Todos), planteó que las mejoras de la actividad agropecuaria deben estar acompañadas por el desarrollo de otras ramas como el extractivismo energético y minero.
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Haciéndole un guiño a las patronales, el precandidato sostenido por Cristina Fernández de Kirchner recordó que en 2008, poco después de la derrota oficialista en el Congreso sobre la Resolución 125 (creada por el entonces ministro Martín Lousteau) que desató la furia de los empresarios del campo, él se sentó a conversar amistosamente con la Sociedad Rural y otras entidades ruralistas. “Es que no se puede vivir abrazado eternamente a peleas del pasado”, dijo el otrora enemigo público de La Cámpora.
Buscando diferenciarse de los sectores menos conservadores del peronismo y, al mismo tiempo, tendiendo puentes con la “el campo”, el tigrense afirmó que nunca tuvo problemas con ese sector de la burguesía. “Nunca atravesamos dificultades de un enfrentamiento dogmático o por prejuicios, soy un dirigente con sentido práctico. Creo en el campo argentino como uno de los motores del crecimiento”, sentenció. Y volvieron los calurosos aplausos.
Entre las propuestas, Massa también dijo que “es fundamental” que el Congreso sancione la Ley de Fomento al Desarrollo Agroindustrial, que según él “le dará competitividad al sector agropecuario” y constituirá “un primer sendero de recaudación impositiva que nos va a permitir ir aliviando la carga tributaria”. Más aplausos para Sergio.
Si bien en muchas cuestiones su discurso no se diferenció sustancialmente de los de sus antecesores en el uso de la palabra, Massa chicaneó a Milei, Rodríguez Larreta y Bullrich al decir que “consignas fáciles y lindas para la tele y sin correlato posible con las cuentas macroeconómicas de la Argentina son pan para hoy y hambre para mañana”. Se podría retrucar “¿y por casa cómo andamos?”. Sin embargo, interpretando sus palabras como parte de la puja electoral pero siempre del mismo lado de los intereses de los grandes grupos económicos, la concurrencia también aplaudió esa definición. Son quienes nuevamente, con una cuarta tanda de “dólar soja”, ven en el ministro más a un aliado que a un contrincante.
Massa cerró la jornada “Compromiso con una nueva Argentina” con un mensaje claro para sus interlocutores: “Hay que superar cualquier instancia de contradicción, trabajar juntos y pensar en cómo el acuerdo entre lo público y lo privado retroalimenta positivamente el esfuerzo que podamos hacer. Cuando nos sentamos a la mesa, apareció la buena voluntad”. Desde ya, el aplauso final le robó otra sonrisa al ministro “nacional y popular”, a quien lógicamente llamará a votar Juan Grabois si pierde en las PASO de Unión por la Patria.
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Redacción
Redacción central La Izquierda Diario