Mientras Salinas Pliego obliga a sus trabajadores a seguir laborando a pesar de la pandemia, la SEP acude para salvarlo ante la crisis económica, con recursos que tendrían que servir para garantizar la seguridad sanitaria en las escuelas.
Domingo 19 de abril de 2020
En medio de la emergencia sanitaria por Covid-19, Ricardo Salinas Pliego, dueño de Grupo Salinas, dio nuevamente de qué hablar, pues logró obtener un contrato multimillonario con la SEP, por 969 millones de pesos, a través de su compañía de Seguros Azteca Daños. Sin embargo, lo que más resalta de este negocio es cómo le permitió “mantenerse a flote” después de tener importantes pérdidas en EEUU por más de 235 millones de dólares.
Con la agudización de la pandemia en recientes semanas y como un señor Scrooge* siniestro, el empresario ha sentado una clara postura en contra del aislamiento, por lo que los trabajadores de sus empresas siguen yendo a laborar a pesar de la exposición al virus.
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En sus declaraciones, según él en nombre del “bien común” y la “colaboración mutua”, ha dicho cosas aberrantes, como pedirle a sus deudores de Grupo Elektra que “adelanten cuotas” por consumo de sus productos. Esto parece salido de una versión retorcida y más tenebrosa que la famosa obra de Dickens.
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Pero, ¿de dónde proviene la relación del empresario con el secretario de educación?
En otras notas hemos dado cuenta de las relaciones que ha tenido el secretario de educación, Esteban Moctezuma Barragán, con otros controvertidos personajes y partidos del régimen, como Elba Esther Gordillo, con quien compartió bandera partidaria en el PRI, siendo Secretario General de este partido en dos ocasiones, en el 94 y el 2000. También fue coordinador de la campaña presidencial de Francisco Labastida y además Secretario de Gobernación con Zedillo.
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Después de renunciar a la segunda Secretaría General del PRI, se retiró de la política y emigró como director ejecutivo de Fundación Azteca, el brazo “filántropo” de Grupo Salinas que lucró por años con las famosas “orquestas infantiles” -más de 83 a nivel nacional—a pesar de que la mayoría de los recursos que se destinaron a esta actividad provenían de fondos públicos, los cuales fueron etiquetados desde la Cámara Baja por más de 900 millones de pesos entre 2011 y 2018.
Sin embargo, a partir de agosto de 2018 AMLO, como presidente electo, comenzó charlas con el dueño de Grupo Salinas para acordar el “traslado operativo” de las orquestas infantiles, con las que lucró política y fiscalmente, a la Nueva Escuela Mexicana. Esta iniciativa fue impulsada por el actual secretario de educación y promocionada en sus videos para Consejo Técnico Escolar.
Estos vínculos de Moctezuma con Salinas Pliego, que llevan más de 25 años, muestran un claro conflicto de intereses en la celebración del reciente contrato, en el cual ponen en medio la educación pública. Aunque López Obrador no contempla en su plan económico de emergencia el salvataje de las grandes empresas, el gobierno a través de la SEP realiza en este caso un salvataje encubierto a Grupo Salinas.
Resulta indignante que en una escuela de nivel básico sea un viacrucis activar el seguro en caso de accidentes para los estudiantes; así también la infraestructura de las escuelas, muchas de las cuales se están cayendo a pedazos, siguen dañadas después de los sismos del 2017 o son de por sí ultra precarias, sin servicios básicos etc., e inclusive que se llame a los padres y madres a poner pintura o reparaciones, mientras cientos de millones de pesos, deberían destinarse a revertir estas situaciones, son entregados a Grupo Salinas.
Qué casualidad, además, que este contrato millonario, según para proteger el patrimonio escolar, se cierre justo en medio de una creciente crisis económica, cuando antes, ya suspendidas las clases y en plena fase 2 de la contingencia, se obligó al personal administrativo y de servicios a hacer guardias en las escuelas, poniendo en riesgo su salud y la de sus familias.
Seguridad sanitaria para el regreso a clases
Desde la Agrupación Nuestra Clase consideramos necesario exigir al gobierno que paren este tipo de salvatajes encubiertos a las empresas. Los recursos deben destinarse para combatir la pandemia y para garantizar condiciones de seguridad sanitaria en las escuelas hacia el regreso a clases: más salones y plan de construcción de escuelas para reducir la cantidad de estudiantes por grupo y que pueda mantenerse la “Sana Distancia”, medida elemental para prevenir contagios las primeras semanas luego de la cuarentena, además de agua potable, jabón, alcohol en gel, médicos permanentes en las escuelas, entre otras.
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*Protagonista de Un cuento de Navidad, novela corta publicada en 1843 por el escritor británico Charles Dickens.