Recientemente un obrero de la empresa láctea se encadenó al portón al ser despedido. Pero esto no comenzó ahora, la persecución viene desde antes.
Viernes 9 de septiembre de 2016
Foto: www.debrown.com.ar
Esta nota apunta a las injusticias y a la necesidad de exigir derechos para todos los trabajadores. Es de público conocimiento el caso del empleado despedido de Logística La Serenísima [en agosto, NdR] que se encadenó en el portón de las instalaciones en el Parque industrial de Burzaco.
Pero esta serie de despidos ya tienen su historia: en el 2015 fueron despedidos varios empleados de la planta ubicada en Longchamps que pertenece a Danone y Logística La Serenísima, entre ellos se incluye a empleados tercerizados; tres empleados que pertenecían a la empresa ACP Seguridad que presta servicios en dicha planta fueron despedidos con causas armadas según ellos por la empresa La Serenísima. Leonardo y Luis -dos de los exempleados- fueron despedidos en octubre por un hecho supuestamente ocurrido en septiembre, lo cual les resulta extraño ya que dejen pasar un mes: “si es que cometimos una falta es muy extraño, toda empresa si hay un beneficio de duda o algo irregular aparta automáticamente al empleado”, afirman.
Es el mismo caso del empleado encadenado este año; una vez más la empresa usa falsos argumentos para despedir, y se está transformando en un método que se repite. “Creemos que la empresa continuará haciéndolo si no le paramos la mano. Los despedidos del año pasado y el compañero que despidieron este año tenemos que ser defendidos por el sindicato como una serie de despidos: nosotros queremos el trabajo que se nos quitó, ya que nuestras familias lo necesitan, creemos que se debería hacer una asamblea donde se unifiquen los reclamos contra despidos arbitrarios y que podamos pelear todos juntos”, dicen los despedidos.
Estos empleados estaban encuadrados dentro del convenio colectivo de trabajo de Atilra [Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina, NdR] por lo que gozaban exactamente de los mismos beneficios que los empleados no tercerizados y de planta permanente. Según manifestaron, no les pagaron las liquidaciones ni indemnizaciones y, algo extraño, siguen dados de alta como empleados activos desde octubre del año pasado hasta la actualidad ante la AFIP, Anses y el Ministerio de Trabajo, supuestamente percibiendo sus sueldos y aportes tanto jubilatorios como de obra social. Esto impide a los exempleados percibir fondos de desempleo o tener acceso a tramitar una pensión por discapacidad que debe tramitar la esposa de uno de ellos; dejaron a familias sin ningún tipo de sustento en una maniobra extraña.