Ad portas de una nueva jornada de la maratónica Teletón, la emblemática institución que con su campaña de 27 hrs de amor, recauda miles de millones de pesos vía aportes principalmente de privados. Por medio de su general, Mario kreutzberger, la teletón muestra una fórmula anacrónica y se destapa, entre casos de corrupción y colusión, su verdadero objetivo
Miércoles 25 de noviembre de 2015
Como cada año, largas filas de gente se aglomeran a las afueras del teatro Teletón. Durante el mes de Noviembre, se celebra el esperado evento de beneficencia anual, que se mantiene desde épocas de la dictadura, el busca llegar "a la meta" millonaria, para mantener el programa para discapacitados, que tras la imagen de niños en sillas de ruedas, busca lavar la cara de los empresarios.
No es novedad que la Teletón es una pasarela para que distintas empresas se pinten la cara de solidarias. No importa si depredan los recursos naturales del país, ejercen a diestra y siniestra la explotación y la precariedad laboral o si se coluden para mantener la riqueza en pequeños grupos, tampoco si financian las campañas políticas de sus candidatos, todo lo que importa, son las "27 horas de amor".
Sus aliados históricos, como el Banco de Chile, donde su vicepresidente Andronico Luksic es una de las más grandes riquezas del país. O Juan Alberto Délano, quien fuera parte del directorio de la Teletón y uno de los rostros más importantes del caso Penta, nos muestran que las 27 horas de amor, no son más que un lavado de imagen legal, que parece mantenerse intacto incluso hoy, donde los casos de corrupción y de colusión que han sacudido al país, han mostrado que los empresarios, no solo han saqueado el país, si no que compraron su política, para obrar impunemente. Este show de la mezquindad parece ser totalmente anacrónico.
Un general reaccionario
Todo este show mediático, no sería posible sin su más característica figura, Don Francisco, quien luce una chapita en forma de corazón, con el logo de la teletón, aunque es insostenible, como imagen y como política, el show debe continuar.
"Don Francisco", el mismo que hace algún tiempo, en rechazo al aporte de una mujer que ejerce la prostitución, comparó el aporte con el que efectuara un ladrón, luego de "cogotear a cinco personas", enfatizando en el hecho de que los aportes deben ser dentro de “los marcos legales y morales”.
Es sabido que Don Francisco, quien dirigiera hasta este año el show televisivo "Sábado Gigante" (también un programa que se mantenía desde la dictadura) gana una suma millonaria con cada Teletón. Arrebatado, cuando un periodista le preguntara cuando ganaba por las 27 horas de amor, respondió “la verdad es que me extraña que una persona que por la manera de escribir, es orientada y educada, haga este tipo de preguntas”, evasivas, que repitió cuando fue increpado respecto de las empresas que durante años se coludieron en el conocido "cartel del Confort", “No me corresponde ser el dedo acusador ni defensor de nadie” y que “discutir esto en este momento no le hace bien al país”, respondería. Sabemos que lo que le corresponde, es ser el general protector y lava fachadas de una doble moral, más ligada a la corrupción, colusión y represión, como el Pinochetismo, que de las "24 horas de amor".
Críticas desde distintos ángulos
Muchos han criticado el carácter pro patronal y el descaro de lo que este show nacional significa. Desde Jorge Gonzales, que cuando tocaron los Prisioneros en la teletón por el año 2002, le dedicaron "Quieren dinero" a los empresarios, incluido a Mario kreutzberger. Mike Patton, el vocalista de la Banda Estadounidense "Faith no More", en un gesto irónico, besó la mano de kreutzberger bautizándolo como "El Padrino". Por el año 2001, Gladys Marin, la dirigenta del Partido Comunista, habría rechazado la propuesta de darse un beso con Joaquin Lavín, para que se aportaran 40 millones y respondería que los grandes empresarios, como el grupo Luksic o Matte, si aportaran tan solo el 1% de sus riquezas, se completaría el recurso de la teletón de forma permanente, sin necesidad del show mediático anual.
Todas, denuncias correctas, pero con un trasfondo: La teletón, como institución y baluarte de la herencia de la dictadura, se mantiene intacta, como lavado de imagen, cuando el problema de la salud, su calidad y servicio, están en una profunda crisis, producto de la privatización y el saqueo de los derechos mas mínimos, negados producto de esta sociedad capitalista y pro empresarial.
Lo cierto es que como institución, la Teletón solo existe para cumplir estos objetivos, aunque se pintase de "todos somos" o "la hacemos todos", su carácter se ha revelado por completo. El cuidado de quienes no pueden acceder a la salud y la inclusión de los mismos en la sociedad, es tarea que por entero le pertenece al estado, quien debe garantizar un servicio gratuito, que sus trabajadores controlaran, para evitar la corrupción y los problemas que comúnmente le aquejan a quienes entregan el servicio público, golpeados por la precariedad laboral, los bajos sueldos y la prohibición de su derecho a huelga. Es por esto que la Teletón debe desaparecer por completo, para pasar a ser parte de un servicio público y gratuito, financiado por las riquezas que se mantienen en manos de los mismos empresarios lavan su imagen con ella.