“A los pocos días vino una sudestada, cuando llegó el agua empetrolada alcanzó mi casa, que está a una cuadra de la costa”. Así relata el derrame de petróleo uno de los vecinos de Magdalena, localidad bonaerense ubicada a 50 kilómetros de La Plata, y da comienzo a un impactante documental que recoge las voces de los protagonistas de uno de los hechos más destructivos del ambiente a nivel mundial.
Lunes 7 de octubre 20:09
El documental aborda varias secuencias que se entrelazan. Una que recoge las experiencias de talleres de educación ambiental realizados con estudiantes y docentes de la zona, otra que se origina en las recorridas sobre el territorio de la costa ribereña, a la vez que se combinan con recreaciones artísticas de diferentes sucesos y documentos fílmicos históricos. Los recuerdos, marcas y registros de los vecinos y vecinas, funcionarios públicos, abogados ambientalistas y testigos irán apareciendo a lo largo del documental donde el relato por momentos nos sumerge en escenarios surrealistas en los que la empresa Shell intenta ocultar, por medio de sus “hombres de blanco”, la “escena del crimen”.
Este material, entonces, se convierte en un invaluable registro que sirve como herramienta de crítica, reflexión y memoria en el ámbito de las instituciones educativas, sindicales, sociales y políticas.
¿Qué estabas haciendo el 15 de enero de 1999?
El 15 de enero de 1999 colisionaron dos buques pertenecientes a la empresa multinacional Shell que derramaron más de 5 millones de litros de crudo y fueron arrastrados hacia la costa del Río de La Plata ingresando en humedales, cañadas y arroyos que son parte de la reserva biósfera del Parque Costero Sur. Este incidente marcó un antes y un después en la vida de los magdalenenses.
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La Teoría del Derrame supera el abordaje local y cobra mayor trascendencia debido al impacto ambiental sobre la región de la costa ribereña. El título del documental juega con la falsa idea de que si las empresas multinacionales extractivistas “ganan” esta bonanza económica se derrama sobre el resto de la población expoliada, cuando en realidad lo único que se “derrama” es petróleo en nuestras costas. Hoy la “teoría” no es muy diferente de aquella, la sanción del RIGI nos recuerda que el ambiente sigue estando al servicio de las ganancias de unos pocos, y sus desechos los recibimos todos.
En el recuento histórico aparecen también distintos funcionarios, como el ex intendente de Magdalena Oscar Sibetti (UCR), que estuvo en el cargo al momento del derrame, y Fernando Carballo (PJ), quien lo sucedió. Sus relatos no dejan lugar a dudas de la complicidad política de los distintos gobiernos. Tanto localmente, como a nivel provincial y el gobierno nacional, no dieron respuesta ni se hicieron cargo de un hecho con tan graves consecuencias.
Un plebiscito amañado, vericuetos legales con un ejército de abogados y peritos, e instituciones que juegan en contra de las comunidades, son algunas de las injusticias que se muestran en el documental. Desde Menem, pasando por De La Rúa, y posteriormente con Duhalde, radicales y peronistas se fueron turnando en el poder apañando a la empresa extranjera, demostrando que no hay grietas para el extractivismo.
¿Por qué tengo que ver La Teoría del Derrame?
La Teoría del derrame alumbra un caso testigo de la impunidad del extractivismo de empresas multinacionales como Shell, que en connivencia con gobiernos, abogados y la justicia, intentaron ocultar el desastre ocasionado por su lógica depredadora de los bienes comunes naturales.
En el transcurso de La Teoría del Derrame también se devela el rol de los grandes medios de comunicación y su complicidad con la empresa invisibilizando el derrame y sus consecuencias, así como acallaron las voces disidentes a la de la multinacional.
Cabe mencionar la importancia de los talleres de Educación Ambiental. El documental utiliza una singular narrativa a través de la metáfora del junco, dado que este es el encargado de defender los ambientes costeros. Los talleristas a través de la promoción ambiental y el contacto con el medio que llaman “cartografía con los pies”, son los encargados, como el junco, de defender el territorio a través del conocimiento y su militancia. La referencia a la estructura rizomática de las raíces del junco, también habla de la necesaria organización colectiva y la expansión de redes para unirse, cooperar y tejer relaciones extendidas en un programa de Humedales Sin Fronteras que integran organizaciones de Bolivia, Brasil, Paraguay y Argentina, o como la organización Casa Río Lab y Ala Plástica.
El documental nos permite ahondar en las lecciones que dejó este hecho y en el hilo de experiencias de lucha y organización en las comunidades para estar mejor preparados de cara a un futuro que no está exento de situaciones similares. “Seguimos poniendo a Shell en evidencia 23 años después” como enuncia el artista, abogado y activista biocultural Alejandro Meitin, ya llegando al final. En definitiva, es una herramienta contra la lógica de la resignación, un arma para batallas presentes y futuras forjada por la convicción de que un puñado de vecinos que se organizan pueden enfrentar a una de las mayores multinacionales y todo su aparato.