La UNLa con sus laboratorios y recursos podría fabricar alcohol en gel, jabón líquido y materiales hospitalarios, como válvulas para respiradores, mascarillas y barbijos frente a la pandemia y la crisis sanitaria. Pongamos el conocimiento y los recursos al servicio de enfrentar la crisis sanitaria.
Viernes 27 de marzo de 2020 18:44
Pandemia, economía devastada y despidos, otra crónica de la desidia capitalista
Atravesamos el octavo día de aislamiento social obligatorio decretada por el Gobierno frente al avance del COVID-19. La cuarentena por sí sola no alcanza, el número de infectados sigue subiendo y ya son doce los fallecidos en el país. La exigencia de los test masivos se vuelve clave para evitar la propagación y el colapso de la salud pública, ya que permiten conocer quién está infectado para aislarlo junto a sus redes con las que tuvo contacto y permite tener con más certeza el mapa de infección en el país y sus focos de contagio.
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Después de décadas de neoliberalismo donde se desfinanció a la salud pública, el capitalismo se enfrenta a esta crisis sanitaria. Los hospitales de zona sur como el Lucio Meléndez, no cuentan con los kits necesarios y atendieron a pacientes con sospechas de COVID-19. El hospital Allende no tiene suficientes respiradores. El hospital Evita será uno de los hospitales donde se realizarán los testeos, pero viene de hace meses con problemas estructurales y de precarización para sus trabajadores y trabajadoras. La clínica Estrada, que se encuentra al lado de nuestra universidad, está abandonada, ya que la empresa la desfinanció y la llevó a quiebra, está totalmente equipada para que los trabajadores la pongan en funcionamiento.
Es necesario tomar medidas concretas, como los testeos obligatorios, preventivos y periódicos a todas las y los trabajadores de la salud y es necesaria la centralización de los sistemas de salud público y privado, para que de una vez se termine el lucro y se pongan esos recursos a disposición de la emergencia sanitaria. Los fondos están en las fortunas que amasan los ganadores de siempre, pero también los recursos se van al pago al FMI y a los bonistas privados buitres. Se hace imprescindible la necesidad de afectar las ganancias de los intereses privados y el capital financiero para ponerlas en manos de toda la población.
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Aquellas y aquellos abocados a servicios esenciales o precarizados, siguen trabajando sin las medidas de protección necesarias. A la par acontecen despidos y suspensiones con reducción de sueldo. Los y las trabajadoras que se vienen organizando en las comisiones de seguridad e higiene para exigir las medidas necesarias, son perseguidos y despedidos como sucedió en la empresa GPS, tercerizada de Aerolíneas Argentinas, que despide aeronáuticos que trabajan con los vuelos de repatriación y solo exigen los elementos necesarios para su tarea. Urge la votación de una ley que prohíba los despidos y suspensiones.
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El verdadero rol que debería cumplir la Universidad
Frente a la pandemia, algunas universidades decidieron dar clases de forma online, como la UNLa. Pero en otras ya comenzaron a funcionar voluntariados como en UNAJ y UNLZ, donde la solidaridad de estudiantes avanzados y docentes se pone a disposición. En zona norte estudiantes y docentes de ciencia y técnica realizarán materiales de higiene en Madygraf bajo gestión obrera. Aún estos ejemplos son pocos en comparación a la extensión territorial de las universidades nacionales en la Provincia de Buenos Aires y en el país, dando un claro ejemplo de lo necesario que es la puesta en función de todos los recursos de las universidades por el rol clave que pueden jugar.
En UNQ se comenzarán a realizar los test en su laboratorio de alta complejidad. La Universidad del Comahue comenzará con la producción de alcohol en gel en sus laboratorios. La Universidad Nacional de Rosario construirán respiradores 80% más baratos de los que hay en el mercado. Los trabajadores del Astillero Río Santiago realizarán en sus laboratorios alcohol en gel en conjunto con la UNLP.
Las gestiones universitarias tienen acuerdos con farmacéuticas y laboratorios privados, y todos los avances en ciencia y tecnología por parte de científicos, investigadores, estudiantes y docentes luego son patentados por empresas cuyos CEOS son los principales millonarios del país como Juan Carlos y Sebastián Bagó, con patrimonios de 800 millones de dólares.
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Considerando el equipamiento de la universidad (tres laboratorios, uno de física y química, dos que se basan en estudios sociales y geográficos e impresoras 3D, un estudio de grabación, equipos completos para la grabación de sonido y video, y una radio) y las carreras que en ella se desarrollan, exigiendo que el Estado garantice los insumos y el presupuesto necesarios, proponemos:
Que los laboratorios se readeapten para la conformación de alcohol en gel o jabón líquido para los barrios más carenciados y hospitales cercanos. Frente a la pandemia es necesario que estos recursos y conocimientos estén al servicio de las mayorías, declarando a los laboratorios de utilidad pública y así garantizar que las patentes no queden en manos privadas.
La carrera de Diseño Industrial, contando con impresoras 3D y el conocimiento, pueden producir recursos hospitalarios como las válvulas para respiradores, tubos de ensayo y mascarillas, además cuentan también con la maquinaria para confeccionar barbijos.
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La carrera de Enfermería puede priorizar la capacitación de estudiantes avanzados en la universidad para estar a disposición de los hospitales y diferentes nosocomios que los requieran. Los recursos que se precisen para esta capacitación, considerando el trabajo de docentes tanto como estudiantes, y subsecuentemente el servicio prestado, debe ser considerado como un trabajo esencial y su garantía puesta en manos del estado.
Las carreras Tecnologías de los Alimentos, Nutrición y Logística pueden aportar a repensar y reconvertir la producción de alimentos en las fábricas alimenticias que existen en la zona como Lipo y Calsa u otras alimenticias y la distribución de productos esenciales para toda la población.
Las carreras de Trabajo Social y Gestión Ambiental Urbana pueden relevar los datos de pobreza e indigencia que son altísimos en el conurbano bonaerense: entre un 5 y un 10% vive en condiciones de hacinamiento estos datos son fundamentales para entrar en acción, son millones de personas en situación de calle, mientras hay inmuebles vacíos que están en manos de las empresas inmobiliarias. La exigencia de refugios para las mujeres víctimas de violencia de género también se vuelven una medida fundamental. Los barrios y los territorios más afectados por la pobreza son un escenario clave para poder intervenir con el reparto de alimentos y de recursos de higiene y salud.
Las carreras del departamento de Humanidades y Artes, principalmente las licenciaturas de Audiovisión y Diseño, Comunicación Visual, pueden poner sus conocimientos y los recursos que posee la universidad para asegurar la transmisión clara y transparente de la situación actual, medidas de prevención, formas de atención y todo mensaje que deba ser transmitido masivamente, evitando así la manipulación de información por los intereses de las empresas mediáticas que no hace más que sembrar duda y entorpecer la lucha contra el virus.
En perspectiva, una universidad trabajando en conjunto con la clase trabajadora para hacer frente a esta crisis
Es una situación que amerita la interpelación y debate sobre el rol que podemos jugar como universitarios, profesionales, docentes y científicos, pero también como hijos e hijas de las familias obreras que vivimos en el conurbano bonaerense, un territorio devastado por gobernantes que durante años enterraron nuestras vidas en condiciones de precariedad, pobreza y criminalización.
Desde la Secretaría de Cultura de Salud Comunitaria y desde Prensa y Difusión de Humanidades y Artes vemos la necesidad de que nuestra universidad ponga todos sus recursos y conocimientos al servicio de las mayorías. Por eso vemos fundamental el rol de los centros de estudiantes, que deben ponerse a la cabeza de exigir estas medidas y organizarlas de forma democrática junto a la comunidad universitaria y los barrios.
Necesitamos más que nunca que las universidades estén al servicio de la clase trabajadora y del pueblo pobre.
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