Biden en su paso por la cumbre de la Unión Europea, cerró un acuerdo para que Estados Unidos se convierta en el principal proveedor de gas hacia Europa -exportando solo este año 15 mil millones de metros cúbicos de Gas Natural Licuado (GNL)- como parte del plan para cortar la dependencia energética de Rusia.
Sábado 26 de marzo de 2022 02:06
Presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, con Biden
La reaccionaria guerra a Ucrania que Putin emprendió el 24 de febrero pasado, para el pueblo ucraniano significa miles de muertos, millones de refugiados. Para las trabajadoras y trabajadores rusos está implicando despidos como consecuencia de las sanciones ordenadas por las potencias imperialistas, además del alza de precios de alimentos, otros productos básicos y la energía en muchos países.
A la vez fue la excusa perfecta para el rearme de la OTAN pero también para que el Gobierno de Biden haga multimillonarios negocios que harán fortalecer, en este caso, su posición como mayor exportador mundial de GNL, (obtuvo esa posición ya en enero de este año, por primera vez en su historia. EEUU cuenta con 7 terminales exportadoras de GNL y está por poner en funcionamiento la octava), favoreciendo que las empresas estadounidenses (productoras de gas) ingresen en sus arcas cientos de miles de millones de dólares. Siendo las principales Freeport LNG, Cheniere Energy Inc., Venture Global LNG y Kinder Morgan.
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Esta guerra está trayendo como se ve, grandes sufrimientos para el pueblo trabajador de diversos países por un lado, pero en el otro extremo su contracara: los grandes negocios capitalistas, como los que representa este acuerdo para las empresas estadounidenses.
De esta manera Europa y Estados Unidos intentan poner fin (en un plazo no muy largo) a uno de los principales ingresos con los que cuenta Rusia: sus exportaciones de gas, que el año pasado le vendió al viejo continente 155 mil millones (bcn) de metros cúbicos de gas, representando aproximadamente el 40% de su demanda.
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El acuerdo que alcanzó Estados Unidos, que en gran medida es histórico, contempla la compra por parte del mercado europeo de 15 mil millones de metros cúbicos de GNL más para este año, además de incluir un compromiso de la Unión Europea para asegurar la compra de 50 mil millones de metros cúbicos adicionales de acá al 2030.
La presidenta de la Comisión Europea afirmó el viernes, luego del anuncio del acuerdo que “Esta cantidad ya está reemplazando un tercio del gas ruso que va a Europa hoy. Así que ahora estamos en el buen camino para diversificarnos del gas ruso y acercarnos a nuestros amigos y socios, proveedores confiables y dignos de confianza”. Mientras que Biden apuntó a las verdaderas intenciones cuando dijo que este paso "nos pondría en una base estratégica más sólida".
Esto no será un camino lineal para los distintos imperialismos
El acuerdo firmado no aclara cuánto será el volumen de GNL que provendrá directamente desde Estados Unidos (cuando los mismos productores ya estaban anunciando llegar a su máxima capacidad) y cuánto de otros países socios -sobre todo de Asia-. Eso habla de la dificultad de que con rapidez se pueda por un lado aumentar la capacidad de producción y por el otro convencer a esos socios de desviar contratos del mercado energético. Esto significa directamente cambiar los envíos hacia la Unión Europea.
Por otro lado Alemania, la principal economía europea, no posee infraestructura para la regasificación del GNL, aunque el ministro de Economía Robert Habeck, planteó que ya su gobierno está negociando con las empresas Uniper (una de las financiadoras del suspendido proyecto Nord Stream 2) y RWE (segundo productor de energía en Alemania, con negocios en varios países europeos) para que se hagan cargo de tres unidades -que aseguró que estaban en la etapa final de construcción- con embarcaciones que puedan vaporizar el GNL.
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Otro ejemplo de quiénes ganan. Porque la otra preocupación de los líderes de la Unión Europea es cómo garantizar la "paz social", cuando todo esto redundará en mayores aumentos de los precios del gas, la energía, etc., para las mayorías populares de esos países.
Mientras que por otro lado, si bien en el acuerdo se plantea la intención de garantizar la reconversión a energías renovables y la Casa Blanca se encargó de emitir un comunicado donde afirma que: "la U.E. emprendería esfuerzos para reducir la intensidad de los gases de efecto invernadero de todas las nuevas infraestructuras de GNL y los gasoductos asociados", a la luz de cómo vienen ubicándose con respecto a ese tema los distintos imperialismos (ya antes de la guerra no habían reducido prácticamente nada el efecto invernadero para comenzar a revertir la crisis climática, lo que motivó en muchos países -sobre todo europeos- grandes movilizaciones de principalmente jóvenes), nada hace pensar que cumplirán eso que plasmaron en un papel.