Un documento realizado por una institución pacifista francesa revela la exportación de armas que el continente mantiene con los principales países de la región. Una guerra “legalizada” por los Estados de la comunidad europea.
Kevin Wright @kevouv
Martes 21 de noviembre de 2017
Según el informe “Comercio de armas y conflictos. Análisis de las exportaciones europeas a países en conflicto armado” (octubre de 2017) del Centre Delàs d’Estudis per la Pau y la Escola de Cultura de Pau, la Unión Europea exportó armamento a 13 países con conflictos armados en el año 2015. "La guerra es la continuación de la política por otros medios", esclareció, hace más de un siglo y medio, el militar prusiano Carl von Clausewitz. Que la guerra desborda los periódicos y la sienten los pueblos en los distintos continentes es innegable. Ahora bien, ¿quién la comanda y cuáles son sus intereses? Los generales dirigen a sus soldados, para defender o atacar territorios que interesan a los grandes Estados capitalistas.
La guerra no conoce el día o la noche y los mismos funcionarios que prometen el bienestar social firman documentos que “legalizan” la intervención militar de poblaciones enteras para arrebatarles sus riquezas naturales o hasta colocar a dedo un presidente, dos situaciones que en muchos casos suelen darse al unísono.
Por su parte, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, declaró recientemente que “la UE ya no puede depender de las capacidades militares de cada país comunitario” y llamó a unirlas, ¿es posible la creación de un mega ejército internacional?
Los motivos para nuevos conflictos o para la escalada de viejos puntos de inflexión, pueden radicar, como lo hicieron siempre históricamente, en las diferencias geopolíticas o económicas, como, por citar un ejemplo, en el control de los yacimientos de recursos minerales en África, en la Guerra del Coltán (1998-2003), aunque muchas veces se presenten como conflictos étnicos o religiosos.
Las transferencias enormes de dinero que efectúan los gobiernos europeos para financiar las guerras del capital podrían dar soluciones a las miserias que padecen millones de oprimidos a lo largo y ancho de la región. Hace dos años, el aporte realizado por los distintos Estados a países con conflictos activos dentro de sus fronteras superaron los 4.500 millones de euros; Francia es la principal potencia exportadora de la UE, le siguen Reino Unido, España, Italia y Alemania.
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La inversión económica consensuada por los parlamentarios europeos conlleva un doble reflejo: por un lado, cristaliza la aprobación de presupuestos que priorizan la financiación de material bélico antes que su uso para la educación o la sanidad de la sociedad. La otra cara, presenta los intereses reales de quienes se jactan de formar parte de un “poder democrático” que emplean para importar jóvenes de distintos lugares del mundo, como los latinoamericanos que se unen a la Legión Extranjera de Francia -que les ofrece más de tres mil euros de sueldo- empujados por el hambre a hipotecar sus vidas experimentando horrores inenarrables, por la injusta avaricia de un puñado de burócratas.
Los importadores
Ataques deliberados contra civiles, violencia sexual contra las mujeres, flujos históricos de desplazados y refugiados en todo el mundo, restricciones a la ayuda humanitaria. Y un negocio de armas que no para de crecer. Los datos: 13 países que se hallaban en conflicto en 2015 recibieron aquel año armamento fabricado por los Estados miembros de la UE, según el informe reciente del Centre Delàs d’Estudis per la Pau y la Escola de Cultura de Pau.
Egipto, India, Turquía, Irak, Tailandia, Argelia, Pakistán, China, Rusia, Israel, Ucrania, Nigeria y Colombia figuran entre los 50 principales importadores de armas y material militar europeo, datos que se desprenden del Informe Oficial que la Unión Europea publica anualmente sobre exportaciones y en el que se ha basado el estudio. Como recordamos más arriba, estas operaciones superaron los €4.500 millones.
Este grupo de países vivía (hace dos años) un total de 16 conflictos armados, cinco de ellos de "alta intensidad", esto es, según el criterio de los autores de la investigación, "aquellos que provocan más de 1.000 víctimas mortales anuales" y "afectan a porciones significativas del territorio y la población, e implican a un número importante de actores”.
De acuerdo con el documento, Egipto, escenario de episodios de violencia en la península del Sinaí, fue el segundo principal receptor de armamento europeo, cuyo valor ascendió en 2015 a 1.376 millones de euros. China, con focos de violencia en la región Autónoma de Xinjiang (Turquestán Oriental), es otro de los principales compradores de armas a la UE. Un año después de la ofensiva en Gaza que dejó 2.251 víctimas palestinas, Israel recibió 293 millones de euros en material militar europeo.
“El comercio político no termina por la intervención de la guerra"
En el año 2015, las exportaciones de armamento europeas alcanzaron una "cifra récord de autorizaciones". En total, se autorizó una venta de armas valorada en 195.720 millones de euros, el doble que el año anterior y un 400% más que en 2012. A diferencia de las exportaciones realizadas, que también aumentan, las autorizadas, explican, son aquellas que "pueden haber sido entregadas ese mismo año o lo serán, con mayor probabilidad, en años posteriores".
Es decir, este dato permite prever que en los próximos años se elevará el flujo de armamento europeo a otras regiones "conflictivas" como Oriente Medio y Asia Central, cuyo crecimiento en los últimos años en autorizaciones y en exportaciones realizadas es exponencial.
Si en este sistema vale solamente aquello que exprimiéndolo expulsa ganancia, ¿cómo no van a hacer negocios con la guerra?
La principal potencia armamentística en Europa sigue siendo Francia, que acapara el 77% de las exportaciones autorizadas en 2015 y cuyas ventas han aumentado sobre todo en los dos últimos años. Le siguen las industrias militares de Reino Unido (4%) y España (5%), del que los autores destacan su "creciente rol" desde 2010.
Las siguientes posiciones las ocupan Italia y Alemania, que desde hace años no informa de las exportaciones realizadas, según explica el estudio. Así, las cifras podrían ser mayores debido a estas reticencias de algunos Estados miembros, alertan los investigadores. Ocultan y disparan.
Las exportaciones europeas aterrizaron en 13 países que padecen guerras o crisis sociopolíticas a pesar de que la legislación de países en conflicto armado obliga a las potencias exportadoras a evaluar los riesgos, recuerdan los realizadores del informe. La burocracia a la orden del día, “te vendo un misil, pero úsalo con cuidado”. Un año antes de estas transferencias había entrado en vigor el Tratado sobre el Comercio de Armas, firmado y ratificado posteriormente, organizado por la Oficina de Asuntos de Desarme de las Naciones Unidas (OADNU), otros organismos de los dominados por los Estados capitalistas centrales.
Como aseguró Clausewitz, sin embargo, "algunas almas caritativas podrían hacerse la idea de alguna manera milagrosa para desarmar o derrotar al enemigo sin causar demasiado dolor y creo que el arte de la guerra se mueve en esta dirección. Pero, por más deseable que esto sea, esta visión de la mente debe ser refutada, pues en una situación tan peligrosa como la guerra los peores errores son los que alimentan los buenos sentimientos".
Asimismo, la UE adoptó en 2008 una posición común que establece, tal y como considera el Parlamento Europeo, "un marco jurídicamente vinculante" por el que se establecen ocho criterios que deben verificar los países exportadores. El tercero hace referencia a la "situación interna" del destino final de las armas europeas: "Los Estados miembros denegarán las licencias de exportación de tecnología o equipos militares que provoquen o prolonguen conflictos armados o que agraven las tensiones o los conflictos existentes en el país de destino final". No es más que una muestra de hipocresía, porque su intervención agrava los conflictos, cuando no directamente los provoca.
Las mujeres
Tres de los principales destinos del armamento europeo fueron escenario de violencia sexual y machista vinculada directamente con la intervención militar, según el informe del secretario general de la ONU. Son los casos de Irak, Nigeria y Colombia, –previo a los acuerdos entre el Gobierno y las FARC-ECP–, pero también de Yemen, donde en 2015 se documentaron el terror que viven miles de mujeres con violaciones, acoso sexual e incluso de matrimonio forzado.
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Aunque Yemen no figura entre los 50 principales países importadores de armas procedentes de la UE, produjo una vasta violencia machista y sí es escenario de la guerra en la que está implicada militarmente Arabia Saudí. El país árabe es el primer receptor de armas europeas (en 2015 compró material militar por casi 1.900 millones de euros).
En el Estado español, la campaña “Armas bajo control” de ONG como Oxfam, Greenpeace y Amnistía Internacional ha exigido al Ejecutivo en las últimas semanas detener las exportaciones de armamento al país árabe. Este jueves, la secretaria de Estado de Comercio, María Luisa Poncela, ha defendido que estas operaciones se realizan con "garantías de uso final y estrictas cláusulas de no reexportación". Está claro que ni Rajoy, ni la Corona, aceptarán reducir la ganancia que propician las guerras.
La legalidad como sostén del libre mercado
"La legislación en Europa es la más avanzada del mundo porque establece criterios, uno tras uno", dijo cínicamente el coordinador del Centre Delàs y vicepresidente del Internacional Peace Bureau (IPB), una de las entidades pacifistas más importantes en el ámbito internacional, Jordi Calvo, en una entrevista con Eldiario.es. "El problema está en que los grupos de personas que aplican los criterios en los Estados miembros no tienen una autoridad que le dé una respuesta sobre si un país está en conflicto armado. La decisión final es una respuesta de índole política, es totalmente arbitrario", añade, como si una decisión política no estuviese totalmente entrelazada con la decisión de un Estado en adquirir armamento bélico o no. Calvo habla de la compra y venta de armamentos entre países como si fuera un mercado de frutas.
Según se desprende del documento, los países europeos abastecen a Estados con conflictos armados dentro sus fronteras y participan activamente en contiendas en terceros países. La cuarta potencia que más equipos militares importó desde Europa en 2015 es Estados Unidos (casi 1.200 millones de euros). EEUU lidera la coalición internacional contra el ISIS junto a otros países importadores como Australia, Jordania, Rusia y algunos Estados de la UE, recuerda el documento.
En el reino del capital financiero internacional no hay mejores leyes que las que escribe su propia clase, insistiendo en la idea de igualdad y enviando a los más pobres a un funeral a cambio de un salario. Como dijo Lenin en El socialismo y la guerra, “comprendemos que no se pueden suprimir las guerras sin suprimir antes las clases”. Sólo con la organización y la lucha de todas las mujeres y hombres de la clase trabajadora y el pueblo podremos luchar contra la guerra y acabar con el militarismo, una tarea inescindible de la lucha por la construcción de una sociedad en que la paz se posible, es decir, una sociedad socialista.