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Red Internacional
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Crisis en Venezuela. La Unión Europea se suma en bloque a la ofensiva injerencista en Venezuela

El bloque de 28 países europeos declara su apoyo a la Asamblea Nacional dirigida por la derecha y exige elecciones “en los próximos días”. El presidente del gobierno también exige a Maduro que convoque elecciones en ocho días o apoyará a Guaidó. Por su parte, el gobierno de Maduro ha revocado la orden de salida a los funcionarios estadounidenses.

Domingo 27 de enero de 2019

La ubicación golpista de la Unión Europea y sus principales potencias avanzó cualitativamente este viernes. Los 28 países miembros consensuaron una declaración en la que señalaron que "las elecciones presidenciales del pasado mayo en Venezuela no fueron libres, justas ni creíbles, y despojaron a Nicolás Maduro de legitimidad democrática" y dieron "total respaldo a la Asamblea Nacional, que es la institución democrática legítima de Venezuela, y cuyos poderes deben ser restablecidos y respetados, incluyendo las prerrogativas y protección de sus miembros”.

La declaración, aunque no mencionan directamente al autoproclamado Juan Guaidó, es un claro golpe diplomático para el gobierno de Maduro que entre las potencias mundiales queda solo con el apoyo de Rusia y China. Hasta ahora la UE tenía una posición más ambigua y solo los partidos de derecha y ultra derecha de las potencias europeas se habían pronunciado a favor del líder de la derecha venezolana.

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"En ausencia de anuncio para la organización de nuevas elecciones con las garantías necesarias en los próximos días, la UE tomara más acciones, incluyendo la cuestión del reconocimiento del liderazgo en el país en línea con artículo 233 de la Constitución venezolana", declaró la jefa de la diplomacia europea Federica Mogherini.

El sábado, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, aseguró este sábado en rueda de prensa que daba a Nicolás Maduro el plazo de ocho días para convocar elecciones en Venezuela. Si no se lleva a cabo esta petición, España reconocerá a Juan Guaidó como presidente del país. Una posición que le vienen exigiendo desde la derecha y la ultraderecha desde el estallido de la crisis.

"Si en ocho días no hay elecciones, España reconocerá a Guaidó como presidente de Venezuela", dijo Sánchez en una obscena demostración de cinismo viniendo de quien apoyó el golpe institucional del 155 contra Catalunya y el encarcelamiento de los políticos catalanes.

Junto al Estado español, también los gobiernos de las principales potencias europeas, Alemania y Francia (además de Reino Unido), pusieron un ultimátum exigiendo la convocatoria inmediata a elecciones con veedores internacionales. De no hacerlo hasta el 8 de febrero, anunciaron que reconocerán a Guaidó como presidente.

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La exigencia de convocatoria a elecciones es de muy difícil aceptación por parte de Maduro toda vez que el resultado más probable es una derrota ya que el apoyo popular, especialmente entre los sectores más pobres, ha menguado considerablemente tras años de políticas que descargan la brutal crisis económica sobre los trabajadores y el pueblo. Mientras tanto, el gobierno sigue pagando la fraudulenta deuda externa, garantizando los negocios de los monopolios extranjeros y capitales locales y empoderando a la cúpula del ejército y del gobierno como una casta privilegiada que hace grandes negocios administrando la crisis a costa del hambre del pueblo.

La profundización de un régimen cada vez más autoritario y represivo, que mantiene decenas de activistas presos por luchar por un salario digno o por organizarse sindicalmente por fuera de la burocracia sindical, reprime las protestas sociales, y esta semana ya se cobró la vida de una veintena de personas en las marchas convocadas por la derecha, es el otro factor que le ha quitado gran parte del enorme apoyo popular que supo tener el chavismo.

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Estos hechos facilitan la embestida golpista e injerencista del imperialismo yanqui y sus socios regionales a la que se suma ahora la Unión Europea y allanan el camino a la derecha.

Maduro revoca la orden de salida a diplomáticos estadounidenses

En un reconocimiento en los hechos de su delicada situación, el gobierno de Maduro ha anunciado el sábado haber alcanzado un acuerdo con EE.UU. para mantener sendas Oficinas de Interés en las sedes de las respectivas embajadas. Tras el reconocimiento a Guaidó como presidente por parte de Trump, Maduro había anunciado la ruptura de relaciones diplomáticas con Washington y dado un plazo de 72 horas para que se fueran del país todos sus funcionarios. El plazo se cumplía este domingo, pero la Casa Blanca había señalado que Maduro no tenía autoridad para echar a sus funcionarios y solo retiró al personal no esencial.

Esta situación ponía al gobierno venezolano ante la disyuntiva de aceptar el desconocimiento de su autoridad o detener a los funcionarios norteamericanos, lo que significaría un salto de proporciones en la crisis con EE.UU. en el marco del plan abiertamente golpista que viene impulsando la principal potencia imperialista.

El Secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, viene de señalar en la reunión extraordinaria de la OEA que “todas las cartas están sobre la mesa” ante la crisis venezolana. Este sábado en el Consejo de Seguridad de la ONU volvió a utilizar su lenguaje prepotente y militarista llamando a “liberar al estado mafioso” de Maduro en Venezuela.

Mientras tanto, Washington ha nombrado como emisario para “restaurar la democracia” en Venezuela a Elliott Abrams, uno de los hombres claves tras el golpe de Nicaragua y el Salvador.

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En ese marco, el gobierno de Maduro parece haber llegado a una solución “decorosa” para revocar su ultimátum de salida del personal estadounidense que no podía poner en práctica sin arriesgarse a una escalada imprevisible de la crisis.

Agregado militar en EE.UU. rompe con Maduro y se subordina a Guaidó

En el marco de este clima de gran tensión, el agregado militar de la embajada de Venezuela en EE.UU., coronel José Luis Silva Silva, anunció este sábado su ruptura con el gobierno de Nicolás Maduro y puesta a disposición del diputado Juan Guaidó quien se autoproclamó presidente interino el miércoles 23 en medio de una gran movilización convocada por la derecha contra Maduro en Caracas.

A través de un video difundido en redes sociales, Silva señaló su “apego a la hoja de ruta del presidente encargado Juan Guaidó: 1) cese a la usurpación del poder ejecutivo; 2) que comience una transición a un nuevo gobierno; y 3) elecciones libres y transparentes para todos los venezolanos que quieran participar.”

Más tarde, el militar concedió una entrevista a la agencia EFE, en la cual continuó repitiendo el falso discurso democrático que esgrimen el imperialismo yanqui y los gobiernos derechistas latinoamericanos para imponer un gobierno títere de sus intereses tal como se postula Guaidó. En dicha entrevista señaló que no quiere ser “cómplice de todas las barbaries que ha cometido este Gobierno en nombre de su revolución” y se dirigió a “mis hermanos de la Fuerza Armada” para que “salgan a expresar su descontento con este régimen”.

Ese es el principal objetivo que persiguen Washington y sus socios dentro y fuera de Venezuela: lograr un quiebre en el alto mando de las FANB que al día de hoy ha quedado prácticamente como el único sostén de Maduro.

La deserción de Silva, que fue saludada rápidamente por el gobierno de Donald Trump y por el autoproclamado Juan Guaidó que le manifestó su “bienvenida”. El Alto Mando de las FANB repudió la acción y tildó al militar de “Traidor” en las redes sociales. La de Silva es la primera deserción dentro de las capas altas de la oficialidad castrense desde el salto en la crisis política a partir de la autoproclamación de Guaidó. Pero al mismo tiempo se trata de un oficial que hace 5 años está fuera de Venezuela y muy cerca de la Casa Blanca, por lo que habrá que esperar para medir el grado de impacto, si es que lo tiene, dentro de los militares venezolanos.