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Red Internacional
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Estudiantil. La Universidad de Chile y la reforma de estatutos que se aproxima

En la Universidad de Chile se encuentra en gestación un proyecto de reforma de estatutos, proceso que al menos de nombre nos recuerda a la famosa Reforma Universitaria que se realizó en el 67 (donde se colgó en la casa central de la Universidad Católica el famoso lienzo que decía “El mercurio miente”). Esta propuesta planea modificar los porcentajes de participación de cada estamento (funcionarios, académicos y estudiantes) al interior del senado universitario, la que desde ya es mirada con atención por otras universidades.

Viernes 20 de marzo de 2015

Sobre el cambio que se gesta en la universidad

Desde finales del año pasado viene trabajando una comisión ad-hoc en el Senado Universitario de la Universidad de Chile, con el fin de poder hacer una reforma de estatutos. Esta cambiaría la representación que tienen actualmente funcionarios, académicos y estudiantes, dejándolos con una representación de un 15%, un 60% y un 25%, respectivamente. Si bien, el cambio es aún más “progresivo” que el que se realizó en la Reforma Universitaria, este tiene varias diferencias importantes y desde ya ha dejado descontentos a varios miembros de la comunidad universitaria, pues sigue existiendo una repartición arbitraria de los porcentajes, a su vez que no parece solucionar el tema de fondo: que cada miembro de la comunidad tenga igual poder de decisión respecto a las decisiones más importantes que se toman en la universidad.

La misma reforma, procesos diferentes

Si hacemos una comparación con la reforma del 67’, hallaremos varias diferencias. Si bien, en ese periodo histórico se buscaba una mayor participación en el Senado para acabar con el imperante autoritarismo universitario de la época, ese proceso fue acompañado de la mano de movilizaciones con marchas, tomas y paros. Es decir, se abrió un proceso de cuestionamiento a la universidad entera que partió por su forma de democracia, pero que terminó cuestionando el carácter de la institución, con lo que se abrieron notables procesos como cátedras nocturnas para trabajadores. Fue auténticamente un proceso “desde abajo” que trajo de conjunto la politización de académicos, estudiantes y funcionarios.

En cambio, el proceso actual parece darse en seco “desde arriba”. Esto en sí no lo hace problemático, sin embargo, la cuestión fundamental es que debe darse un proceso que logre que cada uno de los integrantes de la universidad pueda cuestionarlo y reflexionar sobre él. Cuando se critica la forma en que se toman las decisiones no sólo se cuestiona esto, sino que también se cuestiona qué se hace en la universidad y al servicio de quiénes se toman las decisiones en esta.

La mayor problemática para aquellos que se encuentran en esta comisión (donde se encuentras militantes de organizaciones políticas como las Juventudes Comunistas y la Unión Nacional Estudiantil) es que proponen un cambio en los porcentajes del Senado Universitario, pero además deben generar un proceso de movilización y de fuerte discusión para que efectivamente se alcance un quórum efectivo en el referéndum final que debe hacerse al interior de la universidad. Esto puede traerles aparejados cuestionamientos mayores a su propuesta, y entonces surge la pregunta, ¿hasta qué punto impulsarán la reforma? ¿Cómo guiarán el proceso? Es necesario seguir el fenómeno en detalle, ver los rumbos que toma y cómo impacta en la organización estudiantil universitaria.