Después del 26J, todos buscan la explicación de la abismal diferencia entre las encuestas y los resultados. Una de ellas es que ningún partido logró captar los problemas de la juventud.
Viernes 8 de julio de 2016
En días previos a las elecciones, en Izquierda Diario apuntamos a uno de los factores importantes a tener en cuenta en los resultados, sobre todo de Unidos Podemos. Planteamos que Pablo Iglesias venia de un giro cada vez más conservador, ligada a su política de “mano tendida” al PSOE. También planteamos que nunca quiso defender las aspiraciones y demandas de la juventud en general, y trabajadora en particular, que era la que venía soportando parte importante de la crisis capitalista. En este sentido, decíamos que era justamente “la política de la formación morada uno de los factores clave para entender que se mantenga una cifra récord de abstención política”.
“No se han ido a otros partidos, se han quedado en casa”
Lejos de asentar una visión definitiva sobre las principales causas de la abstención, lo que queremos es reflexionar sobre algunos aspectos parciales pero claves para comprender el fenómeno.
El aumento de la abstención política, una de las más altas de la historia política, ha sido obviamente una de las claves del análisis en la prensa y entre las propias formaciones políticas, aunque la realidad es que casi no se ha ahondado en buscar una explicación profunda de sus causas.
Unidos Podemos fue claramente la formación que mayormente sufrió la abstención. La secretaria de Análisis Político de Podemos, Carolina Bescansa, ha tenido que admitir que los más de un millón de votos que perdió Unidos Podemos “no se han ido a otros partidos, se han quedado en casa”. Pero a diferencia de la inverosímil explicación de Pablo Iglesias sobre sus resultados, ha planteado sus dudas de que la “campaña del miedo” haya sido la causa de que el 16% de sus votantes optasen por la abstención.
En este marco de pérdida de votos, la “desmovilización del voto urbano y joven que muestran los datos”, como lo describe un artículo de La Vanguardia, ha actuado como uno de los factores fundamentales.
Hasta el propio director de campaña de Podemos, Iñigo Errejón, adelantando balances, ha reconocido en los Desayunos de TVE, que ha habido una clara caída del voto de Podemos en los jóvenes. Lo que no dice ni Errejón, ni Iglesias, ni Bescansa, ni nadie… es ¿por qué?
El programa de Podemos para la juventud trabajadora: PSOE, PSOE y más PSOE
Vayamos a las preguntas que importante para dilucidar el problema: ¿Qué programa ha presentado Podemos a la juventud que participó del 15M y que Iglesias y Errejón dicen representar? ¿Qué medidas de “rescate” para la juventud trabajadora que sufre la superexplotación laboral, la precariedad, los contratos basura, las ETT´s, la externalización y la subcontración? La realidad es que ninguna. Así las cosas, es comprensible que sectores de la juventud que tenían ilusiones en los proyectos neorreformistas que denunciaban a la “casta política” y prometían “asaltar los cielos del capital” comiencen a desencantarse.
Como explica la autora de una “Carta a Pablo Iglesias” publicada en CTXT, dirigiéndose al líder de Podemos: “Llevas el mejor programa político, el que podría ayudar a nosotros, a los trabajadores, a los que peleamos dentro y fuera de este país por nuestros derechos, a los que trabajamos dentro y fuera de la administración por salarios que no llegan a los mil euros; a quienes sí nos preocupamos por el bien común. ¿Por qué nos das la espalda con esta campaña, Pablo?”.
El desencanto cada vez mayor entre la juventud trabajadora con Podemos no es ningún misterio. La única verdadera “propuesta” presentada por Unidos Podemos en su campaña ha sido formar un “gobierno del progreso” (sic) con el PSOE. O sea, con el mismo partido del Régimen que introdujo la flexibilidad laboral desde los años ‘80. Por ello, la abstención política, bien puede leerse como un “voto castigo” de la juventud trabajadora a quienes se proponen como los nuevos humanizadores del capitalismo.
La “brecha generacional” y la crisis social de la juventud
Muchos de los analistas que sostienen el impacto de la abstención y del voto “castigo” de los jóvenes hacia Unidos Podemos sostienen que lo que subyace al fenómeno es una “brecha generacional” que nadie intenta incorporar a su discurso político, porque los sectores de “mayores” votan o votan a “lo viejo” y un sector importante de jóvenes no vota o no se siente muy afín a “lo nuevo”. Pero lejos de ser un problema “generacional”, aunque este existe, lo fundamental es que se trata de un problema social, una división social entre las capas de la clase trabajadora, que el programa de Podemos (junto sus aliados de IU) y su estrategia reformista es incapaz de resolver.
De lo que se trata no es de elaborar un nuevo “significante vacío” para rellenar los huecos del discurso político, sino de enfrentar la “casta política” del PP y del PSOE con un programa que cuestione las bases de la precariedad laboral generadas durante más de 30 años, que cuestione los contratos basura, que acabe con la temporalidad, que reparta las horas de trabajo sin reducción salarial para acabar con el paro juvenil, que ponga fin a las dobles tablas salariales, que incorpore a los despedidos y a los subcontratados a plantilla fija. A fin de cuentas, un programa que selle la “brecha generacional”, uniendo las filas de las trabajadoras y trabajadores para oponerse a las bases sobre las que se asienta el capitalismo español.
Asier Guerrero
Delegado sindical de CGT Telepizza y militante de CRT