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Red Internacional
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CENTRAL UNITARIA DE TRABAJADORES. La alianza de Bárbara Figueroa y Nolberto Díaz no frena las tensiones

Después de las elecciones de la CUT en agosto, no es un secreto para nadie que estalló una importante crisis producto de los padrones inflados. Las tensiones continúan.

Jueves 15 de diciembre de 2016

El pacto entre el Partido Comunista y la Democracia Cristiana, que hace cuatro meses le arrebató la presidencia a Arturo Martínez (PS), aún contando éste con la mayoría de 19 consejeros, sobre los 16 del sector de Bárbara Figueroa (PC) y los ocho de Nolberto Díaz (DC), no ha conseguido estabilizar las relaciones entre las principales fuerzas dirigentes en la CUT. Las tensiones y choques persisten y ha estado presente en las reuniones de preparación del Congreso según planteamientos de sectores independientes de estas fuerzas mayoritarias.

El fraude en las elecciones de agosto obligó a los distintos sectores a comprometerse en la realización de este Congreso. En primera instancia, la propuesta de organizarlo fue impulsada por los sectores críticos como la lista de Andrés Giordano, que compitió con la lista “A recuperar la CUT para los trabajadores”, o Alternativa Obrera que impulsó la lista “Por una CUT para los trabajadores, independiente del gobierno y los empresarios”.

Los sectores oficialistas a la cabeza de la CUT ya prepararon un calendario. El 13 y el 14 de enero se realizará un Consejo Directivo Nacional Ampliado (CDNA), de dos días, donde se discutirá la pauta para el Congreso, se abordarán las primeras propuestas de orgánica y se debería ver el tema de si el congreso será por rama, en comisiones, y otros aspectos de funcionamiento. El 27 y 28 de enero se realizará el Congreso. Faltando un mes y medio para la realización de esa instancia, la tensión recorre a la cúpula de la CUT.

Este mismo sector, dirigido por Bárbara Figueroa y Nolberto Díaz, planteó recientemente, en una reunión de preparación, que el plazo para el pago de las cuotas sindicales a fin de participar en el Congreso había vencido el 30 de noviembre. Según este sector, eso se habría votado en el CDNA que se realizó a fines de octubre, sin embargo, en consulta con sectores independientes que participan de estas reuniones “eso nunca quedó claro”.

También, desde este “núcleo” PC-DC, se comienza a barajar la posibilidad de realizar “varios congresos”, no uno, de tal modo de poder “acotar el debate”, segmentándolo en partes. Es decir, están lejos de pretender realizar un Congreso de carácter refundacional. Todo indica que los dirigentes del PC y la DC pretenden ordenar lo más posible el debate “desde arriba”.

El sector de Arturo Martínez está amenazando con no participar en el Congreso y le resta legitimidad a la dirección de Bárbara Figueroa y Nolberto Díaz. Indudablemente, si el sector de Martínez se resta, la crisis de la burocracia sindical puede dar nuevos saltos.