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Red Internacional
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Brasil // Crisis Política. La amenaza del impeachment nuevamente en escena

El Supremo Tribunal Federal marcó para el miércoles 16 la votación sobre las reglas a seguir en el proceso de impeachment contra Dilma en el Congreso.

Jueves 10 de marzo de 2016

El acuerdo fue realizado entre el presidente del Supremo Tribunal Federal (STF), Ricardo Lewandoswski y el juez Luiz Roberto Barroso, autor del documento que contiene los debates de las secciones y los votos de los once ministros del poder judicial por el fallo de finales de 2015, cuando ocho de los once jueces reconocieron la autonomía del Senado para instaurar un proceso de impeachment.

Es decir, incluso después la posibilidad de que se apruebe el impeachment en la Cámara de Diputados, el Senado puede detenerlo. Este pronunciamiento había sido considerado un triunfo táctico del gobierno de Dilma que tiene mayor control sobre el Senado.

Uno de los principales cambios exigidos por el STF en aquella polémica resolución fue el voto secreto para la conformación del equipo que integraría el proceso de impeachment. Al respecto, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, presentó varios cuestionamientos a través de un recurso referido a esta votación y la oposición viene solicitando al STF que agilice el proceso para garantizar el interés de todos los “brasileros que quieren que esto se resuelva lo más rápido posible”, según Barroso.

Hay sectores de la oposición prometen continuar trabando las votaciones en la Cámara y en el Senado hasta que se instale la Comisión que dé continuidad al proceso. Parte de la oposición también apoya la supuesta denuncia de Delcídio do Amaral, para adelantar los tiempos del impeachment y aprovechar el profundo desgaste del gobierno.

El PMDB se reubica

Considerada fundamental para la implementación del proceso de impeachment de la presidenta Dilma Rousseff en el Congreso nacional, la cúpula del PMDB en el Senado comienza a dar señales de división. Algunos de sus integrantes evalúan que la coyuntura política se agravó para el gobierno en los últimos días y comienzan a rever su posición de respaldo, adoptada hasta el momento a la permanencia de la presidenta en el cargo.

En conversaciones reservadas, la evaluación de algunos dirigentes del PMDB es que la “temperatura se elevó mucho” luego de hacerse públicos trechos de la delación del senador Delcídio do Amaral (PT-MS) y de la posibilidad de surgimiento de nuevas declaraciones de representantes de las contratistas involucrados en los esquemas que se investigan la Operación Lava-Jato.

En declaraciones frente al grupo de trabajo de la Procuraduría General de la República en la Operación Lava-Jato, Delcídio acusó a Dilma de actuar en tres oportunidades para interferir en la Operación a través del poder judicial. La presidenta negó estas declaraciones. Estas primeras revelaciones del ex aliado al gobierno son parte de un documento preliminar de acuerdo de colaboración premiada, que aun necesita ser homologado por el STF.

El impeachment vía Tribunal Supremo Electoral

Hasta hace algunos días, antes del episodio de la detención de Lula y la fuga de información sobre las declaraciones de Delcídio, la oposición parecía apostar sus fichas al impeachment contra Dilma a través de la impugnación de la lista electoral por el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Por un lado, esto perjudicaría directamente a la cúpula del PMDB ya que involucra también al actual vicepresidente Michel Temer (PMDB) y por otro, dejaría en la sucesión del cargo a un político desprestigiado e inestable como Eduardo Cunha, presidente de la Cámara de Diputados.

Al reposicionarse políticamente, el PMDB da muestras de que también tiene intereses en la reconfiguración política que está impulsando la oposición y los nuevos sectores económicos interesados en el avance del proceso de impeachment.

Ahora queda por saber en qué medida las manifestaciones convocadas para el próximo fin de semana darán respaldo a la política oportunista de estos partidos del régimen y parte activa en los esquemas de corrupción, o bien si el gobierno podrá logra algún viento a favor. La mejor alternativa para los trabajadores es que la izquierda sea capaz de fortalecer una alternativa independiente a partir de las luchas en curso, generando una fuerte movilización de los trabajadores y los jóvenes que cuestione los privilegios de estos políticos y se plantee resolver los grandes problemas sociales y económicos del país, peleando por imponer a partir de la movilización, una Asamblea Constituyente Libre y Soberana.