Lunes 30 de marzo de 2020
En días recientes, el rector de la Universidad Autónoma Chapingo, José Solís Ramírez, envió una carta al Sindicato de Trabajadores (STUACh), en ella se expone que debido a la crisis sanitaria y los recursos que se requieren para atenderla se “imposibilita negociar mejores condiciones laborales en este momento”.
Además –añade–, “es necesario considerar que la situación económica tan delicada en la que se encuentra nuestra patria (baja del precio del petróleo y la alza del precio del dólar) limita seriamente los recursos del Gobierno Federal del que dependemos, esto adicionalmente a las medidas de austeridad republicana anunciadas por el Presidente de la República Mexicana”
Por lo que “invita” al sindicato a levantar la huelga y así se compromete a pagar, entre otras migajas, salarios caídos y adelantar una o dos catorcenas para hacer frente a la pandemia. En pocas palabras,
¡Ríndanse! Por el bien de la Nación
A principios de este mes, en un mitin convocado por el Sindicato Nacional de Trabajadores del Colegio de Postgraduados (SINTCOP), sindicato hermana del de Chapingo, pues ambos dependen de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), la Campaña Queremos Trabajo Digno señalamos:
“para echar a andar los 61 programas prioritarios, impulsados por la 4T, se requieren demasiados recursos (solo por citar un dato, el programa de apoyo a los adultos mayores, para 2019, absorbió un presupuesto de 100 mil millones de pesos), una parte los están obteniendo de los trabajadores estatales, a los cuales se le expropia el costo de sus derechos laborales: aguinaldos, jubilaciones, prestaciones, etcétera; más no de los grandes acaudalados que siguen saqueando el país.”
“Es por esta razón que los conflictos entre trabajadores y autoridades que se han desarrollado desde finales del 2018, hay una línea característica: la 4T ha mostrado una línea muy dura e inflexible, pues se tienen que obtener recursos cueste lo que cueste.”
Esto fue el 3 de marzo, cuando la crisis sanitaria no figuraba en el escenario de la vida de la población mexicana. Si para entonces el margen de maniobra era de por sí muy limitado para el presupuesto de la 4T, con los problemas sanitarios de hoy, este margen tiende a desaparecer y la línea dura se potencia.
El STUACh, por su parte, en un acto de combatividad no pretende doblegarse, pues como lo indican en su comunicado de respuesta:
“El pretender jugar con las necesidades de los trabajadores administrativos es una estrategia muy baja que está empleando el Dr. José Solís Ramírez, incitando la posibilidad de adelantar una o dos catorcenas, cuando sabe que eso puede generar endeudamiento y una mayor crisis en nuestras familias. No le queda claro que los trabajadores administrativos vivimos al día, como millones de mexicanos, debido a los raquíticos salarios, por lo que adelantar una o dos catorcenas sería condenarnos a una crisis a mediano y largo plazo.”
En este contexto de conflictos, entre trabajadores y autoridades, se está desplegando la crisis sanitaria que hará saltar las contradicciones de la 4T: o da migajas a los trabajadores o sigue acatando las órdenes del gran capital. El gobierno de ricos y pobres, donde a los primeros se les “cuida celosamente las sacrosantas ‘variables macroeconómicas’ (déficit fiscal, inflación, tipos de cambio, balanza de pagos y comercial)” [1] y a los segundos se les arrojan las migajas mediante programas asistenciales y la promesa –cada vez más lejana– de mejoras.
Es claro que si la crisis se agudiza, el pacto entre el 1% de los multimillonarios y la mayoría de la población mexicana en la precariedad quedará en entredicho, así el Estado podría recurrir al golpe de mano (la fuerza) para terminar con estos conflictos y hacer cumplir la cuarentena, sin embargo, esto dependerá de la fuerza organizada, la resistencia y solidaridad de nosotros, las y los trabajadores.
Nuestra vida vale más que sus ganancias.
¡Viva la huelga del STUACh!
[1] Sotelo Valencia, A., “¿Neo-desarrollismo o neoliberalismo con la 4 transformación (4t)? balance preliminar”