Trabajadores de la salud. La bronca desde abajo preparó el paro nacional de sanidad

Las medidas comenzaron desde la primera hora de este jueves en varios establecimientos de salud del sector privado. Con asambleas y reclamos en las puertas de los establecimientos, se hicieron escuchar los trabajadores de la salud. Exigen aumentos salariales y denuncian la cantidad de trabajo que están teniendo por salarios mínimos.

El reclamo y las acciones seguirán mañana con un paro por franjas de tres horas en los distintos turnos.

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Luego del fracaso de las reuniones paritarias entre el cegetista Héctor Daer del gremio de Sanidad y las patronales del sector, la bronca de enfermeras, camilleras, mantenimiento, personal técnico, por nombrar algunos, se hizo escuchar en los pasillos de clínicas, sanatorios, etc. como muestran los videos y decenas de testimonios que llegan a este medio.

“Hay bronca y malestar por las condiciones en las que trabajamos enfermeras, camilleras, mantenimiento, personal técnico, por nombrar algunos” expresaba una trabajadora en las puertas del Sanatorio Otamendi. Esta misma bronca desde los trabajadores fue la que terminó imponiendo el paro que asumió la conducción de Daer.

También se realizó un corte en Avenida Córdoba donde participaron trabajadores del Sanatorio Otamendi, el Sanatorio Finocchietto y el Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento (IADT).

Las prestadoras privadas, se niegan a aceptar el magro aumento del 16% en una cuota desde abril, que propone el sindicato. Insisten que no podrían afrontar el aumento salarial para este año y aprovechan para presionar con la actualización de los valores de las prestaciones. En el Hospital Italiano expresaron también esta indignación sobre estos argumentos de empresas que vienen teniendo grandes ganancias a costa de la salud de las personas.

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Esta situación alarma en casos de empresas que están siendo vaciadas o deben sueldos, como la Clínica San Andrés o la Constituyente.

Durante toda la pandemia denunciaron en varias oportunidades las condiciones en las que tuvieron que hacer frente desde la primera línea a la pandemia. Jornadas extenuantes, precarización creciente, falta de insumos de bioseguridad, entre otras son moneda corriente. Estos esenciales que salvaron miles de vidas, terminan siendo los más explotados, para que empresas sigan ganando millones a costa de la salud y en un contexto de pandemia.