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Red Internacional
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Ajedrez. La burocracia dirigiendo al ajedrez - Segunda parte

A la par que se enfrentaban las primeras dos K del ajedrez (Korchnoi y Kárpov) por el campeonato del mundo iría surgiendo en el firmamento del ajedrez una nueva estrella: Gary Kasparov.

Viernes 20 de febrero de 2015

Foto: Kasparov vs. Korchnoi en 1983, Londres.

El joven, nacido en 1963 en la lejana Bakú, capital de la República Soviética de Azerbaiyán, se convertirá en una verdadera amenaza para el reinado de Anatoli Kárpov. En esta nota mostraremos las escaramuzas de la burocracia soviética por evitar que el alumno predilecto de Botvinnik se enfrentara al campeón mundial.

El hijo del cambio

Corría el año 1978 cuando Anatoli Kárpov defendía exitosamente su título de campeón mundial frente a Víctor Korchnoi, en Baguio. Mientras tanto, Gari Kasparov superaba la norma de maestro en 3,5 puntos en el memorial Sokolsky, en Bielorrusia (Minsk) y prontamente se clasificaría a la final del Campeonato Soviético de ajedrez con solo 15 años. Allí se enfrentaría con jugadores de una enorme talla: Mijaíl Tal, Lev Polugaievsky, Efim Geller. El corazón de Gary latía cada vez más fuerte de solo pensar en ello. Por primera vez Gary se encontraría en la escena de un bonito teatro ante numerosos espectadores. ¿Podría superar esta prueba de fuego? Luego de seis partidas el joven se encontraba invicto entre el grupo de liderazgo, ya había hecho morder el polvo a Kuzmin y a Polugaeivsky. Pero al final, los nervios le jugaron una mala pasada y solo finalizó en mitad de tabla, lo que no está nada mal para un debutante. Con su actuación ya se había clasificado para la siguiente final del Campeonato Soviético. Y lo más importante, había llamado la atención de todo el país y especialmente de Anatoli Kárpov.

En 1979 empezaron las primeras limitaciones que imponían los burócratas del deporte en la URSS. Gary Kasparov no era un gran maestro. Por lo tanto, cuando su entrenador Nikitine pidió para Gary una competición internacional correcta, es decir, un nivel apropiado para su pupilo y no forzosamente en el extranjero, recibió la siguiente contestación: “¿En qué Kasparov es mejor que sus colegas que hacen cola para las competiciones? Aún es joven, puede esperar. Algunos están aún en este caso desde hace varios años”. Lapidaria respuesta de un burócrata que no entendía nada del ajedrez. Según Nikitine, “la elección se realizaba según unas misteriosas cuotas comunicadas a los funcionarios de deportes por unos poderosos y no menos misteriosos miembros del Comité Central”.

Gari se encontraba ante el peligro de vegetar por largos años y que su talento se marchite. De esta situación no hubiera salido de no ser por la impaciencia y el prestigio de su entrenador, Mijaíl Botvinnik. De esta manera, conseguiría participar de un torneo internacional en Banja Luka, Yugoslavia. Representó a la URSS junto al ex campeón mundial Tigrán Petrosián, en un fuerte torneo donde 14 jugadores de los 16 invitados poseían el título de GM. Después de unas tablas en la primera ronda, Gari ganó partida tras partida, imponiéndose con 11,5 sobre 15 disputados (8 victorias y 7 tablas). Superó varias veces la norma de gran maestro y se convirtió en la maravilla del mundo del ajedrez con sólo 16 años. Así también encontraría un nuevo protector en la persona de Gueidar Aliev, el líder de la Republica de Azerbaiyán. En la vida deportiva de una república “socialista” era imposible escalar hasta la cumbre sin grandes influencias políticas. Así lo había entendido Kárpov, que había entablado una estrecha relación con Leonid Brezhnev, secretario general del Partido Comunista. Con el ascenso de Aliev en la nomenclatura soviética, Kasparov pudo disputar la corona mundial, como ya veremos.

El ascenso a la cumbre mundial

Un largo entrenamiento con un gran equipo de profesionales y su enorme esfuerzo sostenido entre 1980 y 1982 le permitió obtener en 1981 el título de campeón superior de la URSS y representar a su país en la olimpíada de Lucerna en 1982, junto al campeón mundial Anatoli Kárpov y los ex campeones mundiales de esa fuerte selección. Ahora debía disputar el siguiente ciclo de candidatos al título mundial. Como anécdota, al final de la olimpiada se realizó el sorteo de los jugadores, que se notó especialmente por la mano negra de la burocracia soviética. De un lado del cuadro, los principales favoritos, entre los que se podían cruzar en semifinales Kasparov y Korchnoi. Del otro lado del cuadro, jugadores de segundo nivel y el señor Vassily Smyslov, con sus 63 años a cuestas.

Para su exigente preparación, el gobierno de Azerbaiyán les facilitó una casa de montaña a Gary y sus numerosos entrenadores. ¡Un mes y medio en la montaña, lejos de las tentaciones y de la gente! Además, debieron establecer una propia red de informaciones ajedrecísticas, porque la utilizada en la Unión Soviética estaba, en primer lugar, al servicio del campeón mundial de ajedrez. La información restante llegaba a cuenta gotas. Este largo y duro entrenamiento serviría para reorganizar todo el repertorio de aperturas de Gary y ponerlo a punto para tan dura competencia.

El primer escollo en el camino fue el GM Alexander Beliavsky, que fue vencido por 6 a 3 en el match. Esto generó una gran preocupación en torno a los políticos que defendían al campeón mundial. Ahora sí, empieza la novela para dejar fuera de competición al inocente aspirante de 19 años.

Pacto entre la URSS y FIDE

Gary debía enfrentarse a Korchnoi en dos meses, lo que nadie sospechaba era que el Comité de deportes de la URSS y la KGB se venía planificando desde hacía mucho tiempo una jugada de enorme importancia. Debían hacerla de tal manera que nadie pudiera responsabilizarlos, que ellos quedaran en una posición de prestigio y que la culpa recayera sobre otras organizaciones o personas específicas.

Veamos como Nikitine explica la trama de esta tormentosa novela: “Todo empezó cuando el Comité de deportes envió a Gary, para que firmara, una lista preferencial de las ciudades donde se podría organizar el encuentro. En primer lugar figuraba Las Palmas y, en segundo, Rotterdam. En ese momento, todo el mundo sabía que Korchnoi solo había mencionado Rotterdam. Gary también quería inclinarse por la ciudad holandesa o, al menos, colocarla al mismo nivel que la otra. Los dirigentes de Moscú respondieron que este último caso no estaba previsto por el reglamento y le pidieron (por razones “políticas”) que se inclinara por España. “De todos modos, Rotterdam figura en la lista de los dos participantes y la elección ya está hecha”. Le mentían. Ellos sabían que cuando las dos listas llegaran al presidente de la FIDE, se jugaría el segundo acto: Campomanes designaría un tercer lugar, Pasadena, la ciudad americana eliminada por los dos grandes maestros. Invocaría, para justificar esta elección, el hecho de que los jugadores... ¡No habían llegado a un acuerdo total! Los entrenadores estaban contentos con la elección de España y Gary aceptó tranquilamente la decisión de los dirigentes, aunque ésta le sorprendió. ¡Lo ingenuos que podemos ser!”.

“Cuando una decena de días después Korchnoi dio su acuerdo para jugar en Pasadena, los regidores habían decidido continuar la obra. Desde Moscú, la Federación de Ajedrez de la URSS mostró su rechazo de enviar a Kasparov a la ciudad americana, bajo el pretexto de que era imposible garantizar su seguridad. Nuestra prensa, siempre servil, obedeciendo alguna discreta orden, vilipendió a Campomanes y enumeró los peligros que amenazaban a Kasparov. El hecho que desde hacía una semana el equipo de nadadoras soviéticas conducidas por el más brillante del momento, Vladimir Salnikov, se hospedará allí y que hasta el momento nadie les había robado o asesinado no se mencionaba. Ahora, para rematarlo del todo, era necesario enfadarse ’oficialmente’ con Campomanes. De esta manera, se cortaba cualquier vía de compromiso. Para esto, el presidente fue invitado a Moscú y en presencia de todos los interesados, el último acto fue interpretado con brillantez. Esta vez, los autores del espectáculo, incluso, aparecieron en escena, sobre todo la persona del general de la KGB, Abromov. Se presentaron al presidente de la FIDE tales condiciones que incluso se podía preguntar si el presidente de los Estados Unidos hubiera estado en condiciones de cumplir. Campomanes, que ya las conocía, respondió con un rechazo categórico. (...) Unos días después, Kasparov era descalificado. Aterrado, Gary acudió a un alto dignatario del Partido Comunista, un tal Boris Stoukaline. Unos días más tarde tuvo una respuesta vergonzosa: “Usted aún es joven; puede esperar unos tres años”.

Sólo le quedaba una posibilidad: dirigirse a Aliev que, luego de la muerte de Brezhnev, había ascendido al rango de los cinco dirigentes más importantes del país. Nadie sabe que hizo este hombre, pero luego de su intervención se abrieron todas las puertas que anteriormente fueron cerradas. Todos desplegaron una febril actividad para dar marcha atrás con la decisión que había sido tomada. Campomanes comprendió que sus socios estaban en una situación de ’ahogado’ y no les quedaba otra que enfrentarlo para salvar su honor. Acusaciones reciprocas, mensajes a la opinión pública, recogidas de miles de firmas, todo fue utilizado con un único objetivo: dejar en las sombras a los responsables.

Finalmente, se fijó la fecha de apertura y el lugar de las semifinales de los candidatos: Londres. Kasparov perdió la primera partida pero ganó el encuentro por 7 a 4 (+4 =6 -1). Veamos una de sus mejores producciones en este match de semifinales.

Kasparov,G - Korchnoi,V [E04]
London (m/7), 1983
[Korchnoi,V]
1.d4 Cf6 2.c4 e6 3.g3 Kasparov adopta una estrategia sorpresiva: juega la apertura favorita de su oponente para afectarlo psicológicamente. ¿Jugará Korchnoi la mejor defensa frente a su apertura? 3…d5 4.Ag2 dxc4 5.Cf3 Ad7?! La estrategia da sus primeros frutos. Korchnoi elude las variantes principales y decide realizar un pequeño experimento. 6.Dc2 [6.Ce5 Ac6 7.Cxc6 Cxc6 8.0–0 a) 8.Axc6+ bxc6 9.Da4 (9.0–0 c5=) 9...Dd5 (9...Dd7 10.Cc3! c5 11.dxc5) 10.0–0 Db5 11.Dc2 Cd5; b) 8.Da4 Dd7 9.Dxc4 Cxd4 10.Axb7 (10.0–0!?) 10...Td8 11.0–0 c6 12.Aa6 e5; 8...Dd7 9.Cc3 (9.e3 Tb8 … 10... e5, 10... b5) 9...Cxd4 10.Axb7 Tb8 11.Ag2 (11.Aa6 Dc6) 11...Ae7; 6.0–0 Ac6 7.Dc2 b5 8.a4 a6 9.Cc3 Cbd7 10.e4 b4 11.d5] 6...c5 [6...Ac6]

7.0–0 [7.Ce5! cxd4!? (7...Cc6 8.Cxc6 Axc6 9.Axc6+ bxc6 10.dxc5 Axc5 11.0–0; 7...Db6 8.dxc5 Axc5 9.Cxc4 Da6 10.Ce5) 8.Axb7 Da5+ 9.Rf1 (9.Cd2 d3!) 9...Dxe5 10.Axa8 Dc7 11.Cd2 Ab5 Kasparov,G] 7...Ac6 8.Dxc4 Cbd7 9.Ag5! [9.Cc3 b5! 10.Dd3 b4 11.Cb1 cxd4=] 9...Tc8 [9...cxd4!? 10.Cxd4 Axg2 11.Rxg2 Ae7 12.Td1 0–0 13.Cc3 Da5 14.Db5 Dxb5 15.Cdxb5 Tfd8] 10.Axf6! [10.Cc3 b5 11.Db3 b4] 10...Cxf6?! [10...Dxf6! 11.Cc3 Ae7 12.e4 (12.dxc5 Cxc5 13.b4 0–0 14.e4 (14.bxc5 Axf3 15.Axf3 Txc5=) 14...Ca4=) 12...0–0 (12...cxd4 13.Cxd4 Cb6 14.Dd3 Td8? 15.e5! Dxe5 16.Cxc6±) 13.d5 (13.Tac1? cxd4 14.Cxd4 Tfd8; 13.Tfd1? cxd4 14.Cxd4 Axe4; 13.Dd3 cxd4 14.Cxd4 Ce5 15.De2 Ac5=) 13...Cb6 14.Dd3 (14.Db3 exd5 15.exd5 c4 16.Dd1 Tcd8) 14...exd5 (14...c4 15.De2 exd5 16.e5 Dg6 17.Cd4) 15.exd5 (15.Cxd5 Axd5 16.exd5 Tfd8 17.Ch4 Dxb2) 15...Tfd8 16.Cd2 c4 17.Cxc4 Cxc4 18.Dxc4 Axd5 19.Cxd5 Txc4 20.Cxf6+=]

11.dxc5± Axf3 12.Axf3 Axc5 13.Db5+ Dd7 14.Cc3 [14.Dxd7+ Rxd7 15.Axb7 Tb8=] 14...Dxb5 15.Cxb5 Kasparov dispone de una pequeña iniciativa debido a la mayor actividad de sus piezas. Re7 16.b4! [16.Axb7? Tb8 17.Tac1 Txb7 18.Txc5 Cd7 19.Tg5 h6–+; 16.Tac1!? Cd5 17.Axd5 exd5 18.Tfd1] 16...Axb4 17.Cxa7 Tc7?? [17...Ta8 18.Tfb1!? (18.Cb5 Ta5 (18...Tab8!?; 18...Thb8!?) 19.a4 (19.Cd4 Ac3 20.Tab1 (20.Cb3 Ta3 21.Tac1 Ae5=) 20...Axd4 21.Txb7+ Cd7 22.Td1 Tb8 23.Txd4= (23.Tc7?? Ta7–+) ) 19...Tb8 20.Tac1! (20.Tfc1 Cd7 21.Tc4 (21.Tc7 Ad6 22.Txb7 Txb7 23.Axb7 Cc5 24.Ac6 Ae5=) 21...Ac5 22.Td1 b6 …) 20...Rf8 (20...Txa4 21.Tc4 Tba8 22.Axb7 Tb8 23.Ac6 Ta6 24.Txb4 Txc6 25.Cd4+-) 21.Tc4 (21.Tc7 Txa4=; 21.Tfd1 Txa4 22.Tc4 Tba8 23.Axb7 Ta1 24.Txa1 Txa1+ 25.Rg2 Tb1) 21...Ae7 22.Tfc1 g6 23.Cd4 Aa3 24.Tb1 (24.T1c2 Cd7) 24...Tc5 25.Txc5 Axc5 26.Cb3 (26.Cc2 Cd5) 26...Ad6 27.Ca5 b6 28.Cc6 Ta8) 18...Txa7 19.Txb4 Kasparov,G] 18.Tfc1+- Td7 [18...Txc1+ 19.Txc1 Ta8 20.Tc7+ Rf8 21.Txb7 Ac5 22.Cc6 Txa2 23.Ce5 Ta7 24.Tb8++-] 19.Tab1 Ad2 20.Tc2 Thd8 21.Axb7 Rf8 22.Cc6 Tc7 23.Tbb2 Td6 24.a4 Ae1 25.Tb1 Cd5 26.Aa8 Tc8 27.Ab7 Tc7 28.Tc4 Ce7 29.Ce5 Aa5 30.Tb5 Cg6 31.Cc6 Td1+ 32.Rg2 Ae1 33.a5 Ce7 34.a6 Cxc6 35.Txc6 Txc6 36.Axc6 Ta1 37.Tb8+ Re7 38.Tb7+ Rd6 39.Ab5 Ac3 40.Txf7 Af6 41.Td7+ Rc5 42.Ad3 h6 43.Tb7 Ta3 44.a7 Rd5 45.f3 Rd6 46.Tb6+ 1–0

Finalmente, Gary tuvo su recompensa en la serie decisiva. Enfrentarse a un señor de 65 años aunque sea el mismísimo Vassily Smyslov no debería ser una gran complicación deportiva para el candidato favorito de 21 años. A ese nivel de competencia, donde la resistencia física juega un papel fundamental, la ventaja de Kasparov era evidente sobre su veterano adversario. Aun así hubo muchas partidas interesantes, una pequeña discusión teórica en la defensa Tarrash y el surgimiento de una entrañable amistad. Gary liquidó el match 8,5 a 4,5 y se consagró retador del campeón mundial Anatoli Kárpov.

Para el equipo del retador era un encuentro especial. No solo luchaban por la corona sino por la “justicia”. La falsedad y duplicidad que imponía la burocracia a la política soviética de la que Kárpov formaba parte, hacían del match un acto de protesta. No solo buscaban derribar al campeón, símbolo del comunismo, sino también que se declaraban en contra de su sistema económico y moral. Si bien Gary se había afiliado al Partido Comunista en 1983, lo había hecho solo para sacar el máximo provecho posible de ser un “comunista”. En realidad, era un acérrimo crítico de la propiedad colectiva, pues le “expropiaban” sus títulos para la Unión Soviética. Gary Kasparov tenía una alta consideración de sí mismo y así como él realizaba un enorme esfuerzo creía que los méritos solo debían ser suyos propios (así como las grandes sumas de dinero que obtenía en los torneos fuera del país). Esto lo llevaría a subestimar el trabajo de equipo necesario para vencer a Kárpov, como veremos en la nota siguiente.