Un informe sacado por el centro de estudio de derecha conservadora Libertad y Desarrollo elaborado por ex Ministro Tomás Flores, busca meterse al debate de la reducción de la jornada y fortalecer la campaña del terror del Gobierno contra el proyecto de las 40 horas. Ante una derecha alineada con los empresarios contra este proyecto es necesario levantar un movimiento desde las y los trabajadores por la reducción de la jornada.
Viernes 4 de octubre de 2019
El ex Subsecretario de Economía del primer Gobierno de Piñera, quien es autor de la investigación del centro de estudios Libertad y Desarrollo se sumó a la campaña del terror que durante estos últimos meses han llevado adelante los empresarios, la derecha y el Gobierno en contra del proyecto de reducción de la jornada a 40 horas propuesto por Vallejo del Partido Comunista con apoyo del Frente Amplio.
Ya en semanas anteriores habíamos visto cómo el ex Ministro de Bachelet, Rodrigo Valdés, en la misma línea que empresarios y la derecha, discutía en contra del proyecto de 40 horas, centrándose en que los incrementos de costos de los sueldos sería un 11%; esto sumado a los argumentos de Flores buscan fortalecer una campaña del terror ligada a la supuesta pérdida de más de 300 mil empleos.
El debate sobre la jornada laboral ha ido mostrando la verdadera cara de la derecha y sus políticos, quienes se empecinan en defender los intereses de los empresarios. Por una parte alertan sobre los costos para el sector privado y también para el sector público, donde el Estado se vería afectado al tener que desembolsar mayores gastos si es que avanza el proyecto de 40 horas sin reducción de sueldo -argumento de la derecha para declararlo inconstitucional- pero nada dicen ni se inmutan por la reforma tributaria de Piñera bajo la cual el Estado dejaría de percibir aproximadamente 800 millones de dólares, mientras los impuestos para los sectores populares y trabajadores no ven luces de desaparecer.
Además el derechista de Flores, al igual que el Gobierno, insiste con la gradualidad del proyecto, que no debe ser implementada sólo para las Pymes, sino que para el conjunto de las empresas acusando una “inequidad horizontal” en la que convivirían trabajadores de forma desigual en los lugares de trabajadores donde confluyen Pymes y no Pymes. Pero ¿realmente a la derecha le interesa que se creen diferencias entre trabajadores de primera y segunda?
Claramente no les interesa, el mundo del trabajo está totalmente fragmentado entre trabajadores de primera y segunda categoría; bien lo saben las y los trabajadores que han sido víctimas de la flexibilidad a través del subcontrato por ejemplo. Es más, los empresarios utilizan a las Pymes como las pobres víctimas de la reducción. Pero si nos adentramos sólo al sector de la minería, daríamos cuenta que existe un gran universo de Pymes que, a través del subcontrato y en alianza con empresas mandantes, han sometido durante décadas a las y los trabajadores a condiciones laborales paupérrimas, incluso grandes grupos económicos son dueños de Pymes. Bien lo sabe el clan Luksic que, a través del mecanismo fraudulento del multi-rut, tiene sus propias Pymes como se ha visto en el Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia o el Antofagasta Terminal Internacional-ATI, donde las utilidades van a parar a las mismas arcas.
Es necesario levantar un gran movimiento por la reducción de la jornada
Los grandes empresarios, sus gremios, los políticos de derecha y algunos de la ex Nueva Mayoría junto al Gobierno de Piñera ya vienen mostrando su disposición a defender con todo los intereses de su clase, es decir, muestran que conquistar la reducción de la jornada en beneficio de millones de trabajadores no será fácil.
Pero por otra parte, quienes estamos de acuerdo con reducir la jornada somos mayoría, lo demuestra el más del 70% de la población que quiere trabajar menos tiempo para tener más tiempo para la familia, la cultura, el deporte, la educación o el ocio.
Para esto es necesario articular un gran movimiento que apueste a conquistar la reducción en las calles donde confluyan las y los trabajadores, las mujeres y los estudiantes que por años han sido golpeados por brutales jornadas de trabajo como también por la precarización que ha significado la flexibilidad laboral como el subcontrato, el subempleo, el trabajo eventual y honorario, entre muchos otros -mecanismo que la derecha y la ex Concertación han profundizado del legado de la dictadura pinochetista-, por eso para conquistar la reducción es necesario luchar contra toda flexibilidad que no es más que profundizar la precarización de millones.
Por lo mismo los organismos sindicales que dirige el Partido Comunista y el Frente Amplio quienes han puesto al centro del debate nacional la reducción de la jornada, como la CUT, el Colegio de Profesores, el Movimiento NO + AFP, la CONFECH, entre otras organizaciones que levantaron la Mesa de Unidad Social, deben llamar a asambleas en los lugares de trabajo y estudio, para organizar Coordinadoras por la reducción de la jornada, donde seamos las y los trabajadores quienes discutamos cuánto y cómo queremos trabajar repartiendo las horas de trabajo con quienes están desempleados, confiando en nuestras propias fuerzas y no en la alianza con los partidos del régimen como la Democracia Cristiana que le ha votado los principales proyectos al Gobierno. Si la demanda de al reducción trae costos que sea pagada por los empresarios y las grandes ganancias ganancias que han tenido por años a costa de la flexibilidad de millones.
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