El “Santo” cerró las puertas del cielo para el humilde Viale FC, club entrerriano que milita en el Torneo Federal B con un plantel compuesto enteramente por trabajadores. San Lorenzo con equipo alternativo ganó 3 a 0, con goles de Verón, Cauteruccio y Cardona.
Jueves 21 de mayo de 2015
Foto: Infobae
A diferencia del vibrante partido en el que Alianza de Coronel Moldes casi elimina a Independiente de la Copa Argentina, anoche San Lorenzo hizo pesar la diferencia de categoría y no perdonó: se llevó un triunfo cómodo por 3 a 0 en Formosa y de esta manera avanza a 16avos de final. Lo espera Instituto de Córdoba.
En el primer cuarto de hora el Ciclón encontró la tranquilidad del gol, a los 13 minutos se puso en ventaja con un cabezazo de Gonzalo Verón, sólo para picársela al arquero Lucas Rodríguez, empleado administrativo del registro automotor que cuida los tres palos del Viale FC.
En el segundo tiempo lo aseguraron Cauteruccio (a los 17 minutos) y el debutante Cardona (a los 41), ambos también de cabeza.
Pero lo novedoso no pasó tanto por el resultado, que era el lógico en los papeles, sino por la situación de observar un partido entre sacrificados jugadores amateur que en su mayoría viven de su trabajo fuera del fútbol contra futbolistas profesionales que se codean con las grandes estrellas del fútbol mundial; hace apenas 6 meses los jugadores del azulgrana enfrentaban a Cristiano Ronaldo.
Y resulta inevitable simpatizar con jugadores que son “como nosotros”, laburantes que hacen sacrificios indescriptibles para desarrollar una carrera deportiva que nunca les retribuye con dinero ni fama, sino con la pequeña gloria de hacer conocido el nombre del pueblo al que representan.
El plantel del Viale incluye un expendedor de estación de servicio; un obrero de frigorífico que le puso calor a la marca de los delanteros azulgranas; otro de una planta de alimento balanceado; Nelson Alegre, que hace el delivery de una rotisería que hizo todo lo posible por no dejar pasar a Cauteruccio ni a las papas fritas; y personas tan parecidas a quienes miramos el partido que no podíamos dejar de proyectarnos en ellos.
La mayoría tuvo que pedir permiso en sus trabajos para viajar a Formosa a enfrentar a los Gauchos de Boedo. Esta vez nadie se lo quiso perder, como a veces pasa con otros partidos: jugarlo puede significar perder el premio en la fábrica. En un partido de la liga de Paraná, un jugador de Viale jugó el primer tiempo pero tuvo que pedir el cambio para que no lo amonesten… ¡¡en su trabajo!! Digno de un cuento de Fontanarrosa.
El humilde club de apenas 400 socios tomó el desafío de este partido con el objetivo de recaudar fondos con un fin solidario: pagarle el tratamiento de recuperación a uno de sus jugadores que sufrió una fractura de tibia y peroné. Esa era toda la ambición, en este plantel nadie sueña con una Toyota Hilux.
Y transcurrió el partido en la noche formoseña como se preveía, San Lorenzo ganando sin mucho esfuerzo. Viale aguantando con mucho esfuerzo. Deseamos que esos obreros pudieran hacer sufrir a otro de los grandes del fútbol argentino, pero no pudo ser. Esta vez, la clase obrera del fútbol no llegó al paraíso. Pero no faltará oportunidad.