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Red Internacional
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ANTE LA OFENSIVA PATRONAL QUE SE VIENE. La clase trabajadora debe levantar medidas de autodefensa

Áñez, respondió al clamor del empresariado y anuncio créditos blandos para pagar salarios. También les ofrece un fondo para la “reactivación de operaciones y funcionamiento” por valor de 1.500 millones de bolivianos. Estos discursos en “en defensa del empleo” sin embargo se dan luego de haberse producido decenas de miles de pérdidas de empleo de talleristas y pequeños centros de trabajo, así como el agravamiento de las condiciones salariales y de trabajo que estos empresarios imponen con el pretexto de la crisis y que hoy parecieran ser premiados con fondos estatales.

Pity Ezra Militante de la LOR-CI

Martes 14 de abril de 2020

Foto: almuerzo de Áñez con el directorio de la Cámara Nacional de Comercio (tomada del twitter de Áñez, diciembre 2019)

La semana pasada la Cámara Nacional de Comercio (CNC) encargó una encuesta con la que evaluó el impacto de la cuarentena sobre la actividad empresarial. Los resultados de la encuesta muestran que, de cada 10 empresas, ocho analizarán la posibilidad de despedir personal en los próximos tres meses.

“La encuesta también muestra que el 60% de las empresas encuestadas redujo sus ingresos en más del 70% durante la cuarentena; el 17% de las firmas encuestadas no podrá reanudar operaciones luego de la cuarentena y deberán cerrar, y de cada 10, 6 empresas consideran muy importante implementar políticas de reducción de impuestos, acceso a créditos con tasas preferenciales y flexibilización de la normativa laboral”. (Página Siete Digital).

Por su parte, representante de la Asociación Boliviana de Empresarios y Emprendedores, Ricardo Marroquín, dijo que “Nuestras propuestas no se cuelgan de la corbata del gobierno, nuestra filosofía es que esto se tiene que superar con solidaridad y queremos redistribuir el peso de la crisis en los distintos actores económicos. Apelamos a que este peso se distribuya entre el Gobierno, la banca, el trabajador y los empresarios y que no caiga solo sobre uno” (…) “Parece descabellada la idea (reducción de salarios), pero se justifica. Este trabajador tiene los gastos de agua y electricidad subvencionados, tiene sus créditos bancarios diferidos; tiene una canasta familiar y bonos; así el trabajador le pone el hombro al país y a la empresa. Hay que entender que las empresas que no logren reactivar y sostener su flujo de gasto van a quebrar” (…) “las condiciones de un trabajador son mejores cuando está en encierro que cuando desarrolla sus actividades normalmente” (Página Siete Digital).

Con estas medidas lo que se pretende es que la burguesía empresarial descargue sobre la clase trabajadora y el pueblo pobre la crisis económica que se viene acrecentando con la aparición del Covid-19. La burguesía demuestra una vez más que es una clase parasitaria, su rentabilidad y ganancias lo valen todo, y de allí su desprecio por la vida de la clase trabajadora que crea, produce, distribuye todo lo que consumimos y brinda servicios esenciales para la existencia.

Nuestras vidas valen más que sus ganancias

No vamos a permitir que sean los trabajadores, las trabajadoras y el pueblo pobre quienes carguen sobre sus espaldas la crisis. Para esto proponemos medidas que deben ser banderas de todo el movimiento obrero. Estas medidas solamente las lograremos recuperando los sindicatos y las organizaciones de los trabajadores y las trabajadoras.

  1. Pago del 100% de los salarios. Ningún cambio en las condiciones de trabajo. Ningún despido ni suspensiones con rebaja salarial.
  2. Salario de cuarentena para todas y todos aquellos que tengan que cumplir el aislamiento obligatorio y no tengan una licencia laboral paga, extensivo a las y los jubilados que perciban menos que esa cifra. Los bonos de 500bs son absolutamente insuficientes.
  3. La prohibición de despidos tiene que ser garantizada por los sindicatos. La única forma de garantizar esta prohibición es con la organización y lucha por lugar de trabajo, exigiéndoles a los sindicatos que dejen de mirar para otro lado y se pongan a la cabeza de esta pelea por nuestra supervivencia como clase, en el camino de echar a la burocracia sindical y recuperar las organizaciones para las y los trabajadores.
  4. Toma y estatización de toda empresa que cierre o despida masivamente.
  5. Distribución de las horas de trabajo entre todos los trabajadores de una empresa que haya tenido que bajar la producción, sin rebaja salarial, excluyendo a todas las personas pertenecientes a grupos de riesgo que serán licenciadas con el 100% del salario.
  6. Asambleas en cada lugar de trabajo con las medidas de bioseguridad necesarias. Nada debe impedir que las y los trabajadores podamos debatir libremente y tomar las decisiones necesarias en defensa de nuestras vidas y la de nuestras familias. En numerosas dependencias donde se está trabajando, se están utilizando aplicaciones de "video-conferencia" para que todas y todos puedan participar de las asambleas sin riesgo. Ese método puede servir también para deliberar con las y los compañeros de los sectores que están licenciados o suspendidos.
  7. Comités de higiene y salubridad en cada lugar de trabajo con miembros elegidos democráticamente entre los trabajadores y trabajadoras. Estos comités deben tener plenos poderes para controlar y exigir todo lo que tenga que ver con la salud de las y los empleados, desde barbijos, guantes descartables, termómetros electrónicos a la entrada de los establecimientos, etc. Asimismo, deberán poder determinar en cada momento si están dadas las condiciones de salubridad para que la empresa funcione, y en caso contrario determinar en asamblea el inmediato cese de actividades sin que las patronales puedan tomar represalias de ninguna especie. Las y los integrantes de estos comités deben tener los mismos fueros legales que cualquier delegado.
  8. Rechazo al financiamiento de bancos mediante los aportes jubilatorios de los trabajadores.
  9. Rechazo al retiro de aportes para hacer frente a la cuarentena arriesgando la sostenibilidad de las jubilaciones. El Estado debe garantizar la alimentación y los recursos necesarios para toda la población.

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