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Viernes 6 de mayo de 2016 08:24
Marcos Andrés es Residente de Psiquiatría del Hospital Nacional de Salud Mental y Adicciones Cenareso, la Izquierda Diario dialogó con él acerca del consumo de sustancias psicoactivas y las políticas de reducción de daños.
¿Cuáles son las principales sustancias problemáticas?
Primero tendríamos que ponernos de acuerdo en que consideramos como problemático. Desde una perspectiva de salud pública se habla de sustancias problemáticas en la relación al riesgo potencial y evidencia de daño que producen tanto a nivel orgánico como a nivel conductual. Lógicamente también tiene que ver la prevalencia del consumo. Podría decirse que en nuestro medio las sustancias que generan mayores daños en la salud y problemas sociales y vinculares son el alcohol y la pasta base de cocaína. En Europa la más problemática continúa siendo la heroína y algunas sustancias de diseño como PMMA y Spice.
¿Definirías al alcohol o al tabaco como un “tipo de droga”?
Conceptualmente droga y fármaco indican el equivalentes a moléculas con principios activos que aplicados a una estructura viva originan una respuesta. Fármaco y sustancia se utilizan entonces como sinónimo de Droga y hablamos de Medicamento cuando los efectos de una droga tienen como objetivo un tratamiento comprobado que cumplió con las fases de estudios pre-clínicos y clínicos. Un sub grupo de drogas son las psicoactivas, dentro de estas se encuentran las moléculas que atraviesan la Barrera Hematoencefálica y producen efectos sobre el Sistema Nervioso Central. Tanto el alcohol como la Nicotina (principal principio activo del tabaco) son drogas psicoactivas.
¿Se podría decir que muchas personas también son adictas a los medicamentos? ¿comparten algún tipo de “sustancia” tanto las drogas legales como las ilegales?
Si, en Argentina y Uruguay existe alta prevalencia a la dependencia de Bezodiacepinas, un grupo de medicamentos con efectos ansiolíticos, anticonvulsivantes, hipnóticos y miorrelajantes utilizados principalmente en Psiquiatría y Neurología entre los que se incluyen Clonazepam y Alprazolam. Estos medicamentos son legales con prescripción médica. La clasificación sobre la legalidad o ilegalidad de las drogas no se basa en alguna característica química, ni sobre como el cuerpo modifica una sustancia (farmacocinética) o como la sustancia transforma acciones del cuerpo (farmacodinámica) sino que es netamente cultural y política.
¿Cómo ves la situación actualmente como trabajador de la salud respecto a las políticas de Estado para quienes consumen sustancias psicoactivas?
No existe una estrategia de salud pública para el abordaje integral de las problemáticas producidas por el abuso o la dependencia a sustancias psicoactivas. El organismo del estado más importante dedicado al tema es Sedronar. El mismo se creó en 1989 y como lo indica su acrónimo (Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico) es una institución que mezcla la tarea asistencial de salud con la criminalización del consumo.
Esto no es para nada casual, constituyó una estrategia inicialmente implementada en la década de 1970 en EE.UU. y luego extendida a Latinoamérica por la Dea (Drug Enforcement Administration) la agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos dedicada a la lucha contra el contrabando y el consumo de drogas, en la cual se instó a los países a realizar dicha centralización y recibir asesoramiento para combatir el consumo de sustancias. El “asesoramiento norteamericano” incluía desde escuelas de formación para las policías locales hasta instalación de bases militares. Esta fue la llamada Guerra contra el narcotráfico. Los países que mas convenios firmaron en esta línea fueron Colombia y México, hoy podemos ver las consecuencias devastadoras de esta estrategia. El episodio de Ayotzinapa es un emergente de cómo el entramado de corrupción que propició la guerra contra el narcotráfico transformó a México en una dictadura jurídica con terrorismo de estado y desaparición de personas.
Un ejemplo de la hipocresía sobre este abordaje actual es que Sedronar nunca fue dirigido por un profesional de la salud. José Ramón Granero dirigió la secretaría entre 2004 y 2011 y está procesado por posible implicación en tráfico de los precursores para la producción de metanfetamina, la efedrina y pseudoefedrina junto con otros cinco funcionarios.. Actualmente el organismo es dirigido por Roberto Moro un militante pro de la provincia de La Pampa sin ningún tipo de formación profesional.
¿Estás de acuerdo con las políticas de reducción de daños?
Totalmente. Como contrapartida a la Guerra contra el narcotráfico, que mencionaba antes, en la década de 1980 surgió en Reino Unido la estrategia de reducción de riesgo y daños. Basada en un sistema de salud pública y con abordaje territorial desde Atención Primaria de la Salud se buscó una política que respondiera ante el avance de la transmisión de VIH por vía parenteral, la misma debía abordar a los consumidores de heroína ya que el consumo compartido de inyectables aumentaba enormemente la transmisión.
Entonces se implementaron centros asistenciales en hospitales y centros de salud periféricos que ofrecieran tratamiento a consumidores sin exigirles abandonar el consumo, se estudio la terapia de remplazo con Metadona y se les aportó información sobre las características de la sustancia cómo así también tácticas para prevenir mayores riesgos.
Se les regalaban jeringas estériles y descartables. Además se les ofrecía a todos un tratamiento de Salud Mental. La estrategia fue un éxito y mejoraron en poco tiempo todos los indicadores de salud. Esta modalidad se hizo extensiva a otros países de Europa y también a otro tipo de sustancias. Es importante remarcar que la estrategia de reducción de riesgo y daño tiene variantes según el tipo de sustancia y el lugar donde se implementa.
A modo general sus pilares son: el aumento de la Accesibilidad con un abordaje desde la salud pública sin ningún tipo de criminalización de consumo, el Umbral Mínimo de Exigencia donde los pacientes o usuarios pueden continuar un tratamiento sin que se les demande la abstinencia al consumo, la Interdisciplina que ayuda a coordinar tratamiento con efectores de la salud de distintas especialidades (Ej. Psiquiatras con médicos clínicos y trabajadores sociales) y la Educación para la Salud, es decir sin ningún discurso moralista, brindar información sobre las particularidades de cada droga, la calidad o toxicidad de las mismas, y como disminuir los daños.
¿Se aplica en algún lugar del país? ¿Se realiza control de calidad de las drogas?
En este momento el esfuerzo para implementar esta estrategia proviene exclusivamente de los trabajadores de la salud. Algunos Centros de Salud de la Ciudad de Buenos Aires (CESACs), los Hospitales de la Ciudad de Neuquén y el Hospital Cenareso, donde realizo la residencia, comenzaron a aplicar algunos lineamientos en esa dirección.
La Asociación de Reducción de Daños de la Argentina (ARDA) junto al Centro de Estudios Avanzados en Drogadependencias y Sida (Ceads) de la Ciudad de Rosario propusieron implementar ante lo sucedido en la fiesta Time Warp que se testee el tipo de anfetamina para reducir los daños que puede producir el remplazo de MDMA por PMMA o la adulteración o la mezcla de principios activos. La propuesta fue tratada por el Concejo Municipal de Rosario y se aprobó como decreto lo cual fue un avance importantísimo. A los pocos días sectores reaccionarios y oscurantistas impusieron la anulación del decreto.
Hace algunas semanas vimos en todo los medios la tragedia de Time Warp que reabrió nuevamente el tema de la despenalización o legalización de las drogas, ¿cuál es tu opinión?
En primer lugar creo que ningún consumo de sustancias debería ser perseguido y criminalizado, como remarque antes esta política es funcional a los sectores de poder y a perfeccionar el aparato represivo. Opino que el debate sobre si despenalizar o legalizar hay que propiciarlo de manera paralela con la discusión sobre quienes dominan la producción de las sustancias legales actualmente. En ese sentido es interesante la experiencia que está realizando Uruguay donde la producción de Marihuana es realizada en “Clubes Canabicos” que son asociaciones de consumidores y que reciben supervisiones de calidad por parte del Ministerio de Salud, todo con un sistema de salud presente que busca evitar los daños potenciales como la psicosis aguda en usuarios adolescentes detectando casos de riesgo rápidamente. Próximamente el estado uruguayo producirá Marihuana que será dispensada en farmacias, con registro de máximos de dosis por usuarios, que si no me equivoco rondan los 40gr mes y sin valor agregado. Creo que diseñado con un programa de salud pública y gratuita cualquier experiencia tanto de despenalización como de legalización es útil contra los desastres sociales que produce la demagogia prohibicionista si se acompaña con la denuncia y lucha contra las corporaciones que manejan la industria, farmacéutica o tabacalera por ejemplo, de forma permanente.
Por último, este sábado se realiza la marcha por la despenalización de la marihuana, ¿qué opinás al respecto?
Me parece muy importante que la juventud se organice para decir basta a la criminalización al consumo. La política prohibicionista es totalmente servil a la represión contra jóvenes y trabajadores. Si bien los profesionales de la salud podemos aportar en esta discusión la lucha por este cambio de paradigma se da en las calles, con organización y movilización.