La oposición ha actuado frente a la represión en la Araucanía al servicio del gobierno de Piñera, desactivando las movilizaciones con su estrategia parlamentaria que concluyen a mesas técnicas.
Domingo 13 de enero de 2019
Esta semana se dio a conocer las declaraciones del general en retiro de Carabineros, Mauro Vittoriano, en Fiscalía quien aseguró haber dicho al ministro Chadwick que Catrillanca estaba desarmado y que no hubo enfrentamiento. La oposición se activó, y las direcciones del Partido Socialista, Partido Comunista, Partido Radical, Partido por la Democracia y el Frente Amplio acordaron exigir la renuncia, incluso algunos amenazaron con una acusación constitucional.
La primera reacción del gobierno fue el argumento de la “interferencia”, una alerta parecía poner en peligro al ex alumnos de Jaime Guzmán y primo de Piñera, quien salió a blindar a su ministro cuestionado tras el asesinato del joven mapuche, Camilo Catrillanca, a pesar de que la oposición no contaría con los votos necesarios para una acusación constitucional. Finalmente se acuerda una mesa técnica tras un encuentro con la oposición, mientras el ministro del interior se reúne con los empresarios de la Araucania en el contexto de una fuerte represión en las últimas semanas.
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Esta “alerta” fue la noticia de la semana que prospero a favor del gobierno. La crisis abierta en el gobierno con los casos de corrupción de carabineros, la manipulación de pruebas como se mostró en el caso Huracán y el asesinato de Catrillanca, que dejó una nueva evidencia del actuar de las Fuerzas Especiales en la Araucanía contra el pueblo mapuche.
El gobierno de Piñera es débil, carece de hegemonía para instalar sus reformas que favorecen al gran empresariado y sus riquezas. En este sentido, salvar la institución de carabineros es una prioridad para su gobierno, para ello avanzan en proyectos para reformar a la institución, siendo uno de sus proyectos el aprobado por el Senado, la llamada modernización de la gestión institucional de las policías. La oposición con su estrategia parlamentaria de interpelaciones, exigencias de denuncias, amenazas constitucionales, y más aún, mesas técnicas, ha sido el principal sustento para que el gobierno no desarrolle su crisis.
Con sus propuestas han sido un bastón para el gobierno, desviando la movilización y el repudio en las calles por la militarización en la Araucanía y la solidaridad al pueblo mapuche reprimidos con los allanamiento, presos políticos, detenciones a menores y asesinatos por la espalda.
Para que sea efectiva la desmilitarización de la Araucanía, la verdadera oposición no se encuentra en el laberinto parlamentario y su confianza en las palabras del gobierno y sus mesas técnicas, sino en la movilización de cientos de miles en las calles, a la que la oposición parlamentaria no ha hecho más que desactivar, con imponiendo una y otra vez la confianza en las instituciones y ayudando a la regeneración de la policía, sin cuestionar su rol represivo. Para acabar con la represión, es necesaria la disolución de las fuerzas especiales.
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El Frente Amplio, se ha manifestado a favor del derecho a la autodeterminación del pueblo mapuche, sin embargo esto es imposible, mientras el propósito del Estado sea la protección a las grandes forestales que han usurpado las tierras ancestrales del pueblo mapuche. Mientras no se cuestione el Estado capitalista y su policía que les sirve para la protección de la propiedad privada, privilegio de un sector extremadamente reducido de la población.
