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Red Internacional
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Opinion. ¡La crisis de la educación y la salud pública la sentimos tod@s!

Las trabajadoras y trabajadores de la primera línea venimos siendo golpeados por el Gobierno de Piñera, por un lado nos aplauden y por otro empeoran nuestras condiciones de trabajo con vetos e inestabilidad laboral. Mientras despiden a honorarios COVID en el Hospital más grande del norte, en la educación se instalarán los servicios locales en Antofagasta, siendo ambos ataques que perpetúan el negocio con la salud y educación del pueblo.

Martes 2 de noviembre de 2021

La educación y la salud pública van de mal en peor

Las trabajadoras y trabajadores de la primera línea venimos siendo golpeados por el Gobierno de Piñera, por un lado nos aplauden y por otro empeoran nuestras condiciones de trabajo con vetos e inestabilidad laboral. Mientras despiden a honorarios COVID en el Hospital más grande del norte, en la educación se instalarán los servicios locales en Antofagasta, siendo ambos ataques que perpetúan el negocio con la salud y educación del pueblo.

En la educación pública, el último mes fue marcado por el veto de Piñera al proyecto de ley donde se garantizaba la titularidad a más docentes, derecho a vacaciones de invierno, estabilidad en enero y febrero, y en suma, mejores condiciones de trabajo para educar a miles de niñas y niños.

Las escuelas y liceos por estos días enfrentan un retorno gradual a la presencialidad, sin condiciones óptimas ni insumos necesarios. Después de dos años de pandemia, donde el gobierno abandonó y desfinanció la educación, son los mismos profesores y trabajadores de la educación los que siguen sosteniendo un sistema sumamente precario, situación que se agudiza con los traspasos a Servicios Locales en todo Chile.

Además, podemos observar en la salud pública, el anuncio de cientos de despidos a trabajadores honorarios a nivel nacional por el término del estado de catástrofe, con el que se financió la crisis sanitaria. Esto es un plan del gobierno para sostener la inestabilidad laboral y el negocio de los empresarios de la salud, porque los recursos en salud siguen siendo urgentes, y quitarlos en este momento, solo muestra la indiferencia ante las largas listas de espera y las precariedad con la que se atiende a la mayoría de los chilenos, que frecuenta el sistema público.

A los trabajadores que enfrentaron la crisis sanitaria en consultorios y hospitales, les dicen muchas gracias, estás despedido. Por ejemplo en el HRA, desconociendo el déficit histórico de personal, en abril, julio y septiembre anunciaron despidos por el "retroceso" de la pandemia, lo que empeorará gravemente la atención de los usuarios y el agobio laboral.

En septiembre, los dirigentes gremiales pactaron con el director extender los contratos hasta diciembre ¿pero y después qué?, después lo que pasó fue que hace una semana se anunciaron 150 despidos y los trabajadores respondieron con rabia por el ataque a su sustento y a la calidad de atención de sus usuarios.

Como vemos la educación y la salud pública es una crisis que atañe a todos, son derechos básicos con los que el régimen de los 30 años ha lucrado y enriquecido a unos pocos, a costa del saqueo y la privatización. Una salud y educación de mercado que han sido administradas en los 345 municipios, con enormes desfalcos y malversación de las subvenciones, recursos públicos con los que se administra precariamente ambos sectores. Estas son necesidades que el pueblo puso arriba de la mesa cuando salió a luchar durante el estallido, y que, producto del desvío de la derecha junto a los partidos que pactaron, siguen inconclusas.

Frente a lo anterior, ¿Qué plantean las direcciones de los gremios y sindicatos de salud y educación?

Toda esta situación los trabajadores y docentes la enfrentan con otro obstáculo encima: las dirigencias del Colegio de Profesores nacional, regional y comunal, mantienen en pasividad cualquier respuesta de este sector frente a los abusos del gobierno, optando por el camino de dialogar con cada uno de los parlamentarios, en vez de confiar en las fuerzas desplegadas durante la primera jornada de paro y movilización contra el veto.

Esta espera pasiva también la hemos visto en los dirigentes de los gremios de salud, quienes han llamado a asambleas ampliadas, pero pese a los más de 150 despidos a honorarios nuevamente anunciados este mes, se han pactado prolongaciones de contrato de cinco días con el director (para evitar demandas al hospital y el servicio de salud por faltas al contrato), y aún no se ha hecho un claro llamado a las trabajadoras y trabajadores de planta, suplencias e incluso subcontratados, para fortalecer la demanda por trabajo estable y en defensa de la salud pública con movilizaciones unificadas, como las auxiliares de aseo de siglo XXI que tuvieron un histórico triunfo por medio de la movilización.

Pero las y los trabajadores de salud y educación se ponen al frente y levantan asambleas autoorganizadas

Frente a esa situación, que sin duda afectará al sector educativo de Antofagasta, es que los profesores, llamaron a una asamblea autoconvocada, donde buscan enfrentar el traspaso con una fuerza regional de los trabajadores de la educación. Organizándose profesores de base en cada centro de estudio, ante la inactividad de sus dirigentes.

En el Hospital los trabajadores a honorarios se vienen organizando en asambleas y delegados de distintos servicios con el objetivo de expandir su organización en el conjunto del hospital. Pero también enfrentan el bloqueo de los gremios (FENTESS, FENATS, FENPRUSS ASENF y el COLMED) quienes a pesar de declaraciones de apoyo no han buscado organizar activamente al conjunto de trabajadores del hospital en defensa de los honorarios y su lucha, confiando nuevamente en estrategias de negociación y en los directivos.

¡Levantemos una gran coordinación por la defensa de la salud y la educación pública!

Debemos defender la salud y la educación pública frente a los ataques del gobierno, existen trabajadores en los liceos, escuelas y en el hospital dispuestos a dar esta lucha, aún cuando sus dirigentes se mantienen sin dar una respuesta a la altura de la situación, debemos rodearlos de solidaridad y apoyo.

Es necesario que las instancias de autoorganización como las asambleas autoconvocadas se fortalezcan, logrando organizar ampliamente a los trabajadores de cada lugar de trabajo, pero también avanzar en la coordinación de estos 2 sectores tan claves para el bienestar de la población, que permitan enfrentar de conjunto al gobierno de Piñera y sus representantes locales.

Es urgente que los principales gremios y sindicatos de la educación y salud rompan su estrategia de conciliación para organizar en unidad de los trabajadores de sus sectores, convocando a asambleas unificadas para discutir un plan de lucha desde las bases.