Gabriela Michetti ratificó sus declaraciones de hace poco más de un año: es posible una fórmula presidencial entre Mauricio Macri y Elisa Carrio. Claro que hoy esas mismas palabras están situadas en un contexto distinto. Es que el triunfo del candidato del PRO y la UCR en las elecciones municipales de Marcos Juárez trajo mar de fondo.
Jueves 18 de septiembre de 2014
Gabriela Michetti ratificó sus declaraciones de hace poco más de un año: es posible una fórmula presidencial entre Mauricio Macri y Elisa Carrio. Claro que hoy esas mismas palabras están situadas en un contexto distinto. Es que el triunfo del candidato del PRO y la UCR en las elecciones municipales de Marcos Juárez trajo mar de fondo. Tras la victoria de Pedro Dellarosa con el 36,48% de los votos, la UCR parece en pleno estado de ebullición por las perspectivas del FA-UNEN.
Dirigentes radicales de Córdoba, como el intendente de la capital Ramón Mestre y el intendente de Río Cuarto, Juan Jure, sostienen abiertamente un pacto con el PRO, acompañados por Ernesto Sanz, precandidato presidencial y jefe del partido, que propone agregar al ex titular de la UIA mediterránea, Ercole Felippa. Si bien de conjunto los resultados de los comicios enunciados más arriba reflejaron la crisis del régimen de partidos heredada desde diciembre de 2001 (Dellarosa ganó por una diferencia exigua de apenas 1000 votos), figuras de notable de peso de la UCR se proponen consolidar este armado con el PRO persuadiendo al PS de Hermes Binner, el que durante los últimos tiempos abjura hasta de la rosa roja que utiliza como ícono de su identidad. Como retribución, los “socialistas” invitaron a Mario Negri, jefe del bloque radical en la Cámara de Diputados, a la asunción de Roberto Birri, el nuevo presidente del PS. Birri agitó la necesidad de “construir una alternativa al modelo agotado de Unión por Córdoba en la provincia”, abriendo una puerta sin precisiones.
El detalle de color es que Víctor De Gennaro, ya lanzado candidato a presidente por la Unión Popular, aún apuesta una ficha por el sojero Binner, quien a fines de junio había ofrecido al fundador de la CTA la precandidatura de gobernador de la provincia de Buenos Aires.
Más audaz, el diputado nacional de la UCR José Cano aspira a arrebatar el cetro al gobernador kirchnerista de Tucumán José Alperovich, poniendo en pie una alianza con “todos los sectores sociales y políticos”, incluido el peronismo opositor agrupado detrás de Massa. Al respecto afirmó que “podemos hacer acuerdos locales, lo que no obsta que quienes formamos parte de la matriz del Frente trabajemos con nuestros propios candidatos en las PASO y que los peronistas disidentes hagan lo propio con Massa”, “UNEN, como espacio nacional surgió en la Capital Federal, pero en su acta fundacional está claro que cada distrito del país tiene sus particularidades y su libertad para hacer los acuerdos y alianzas electorales que sean necesarias”. Efectivamente, en Catamarca la UCR impulsó el Frente Cívico y Social encabezado por Eduardo Brizuela del Moral con el peronismo disidente agrupado en torno al massismo y el PRO.
Sin quedarse a mitad de camino y ante un eventual ballotage, Cano señaló que apoyaría "al candidato que garantice un modelo de país más federal”, “cinco o seis puntos básicos que tienen que ver con el federalismo, con la necesidad de establecer una compensación por fletes para los productores del NOA y las asimetrías impositivas que sufre el campo en la región". Cano parece la expresión más fiel del radicalismo, abrazado sin tapujos con la derecha y los grandes terratenientes.
Mejor humorista que “progresista”, el senador Luis Juez arrimó el bochín al recién electo intendente macrista de Marcos Juárez, en tanto estimó que “es clave” acordar con el candidato a gobernador del PRO. En tono intimista, Juez confesó que “mi limite es la corrupción, para desbancar a De La Sota tenemos que sumar a todos los que estén dispuestos a dar la pelea contra el autoritarismo”, “hay que animarnos a construir una opción política con distintas ideologías pero con los mismos valores, donde un tipo llegue a esos valores por izquierda o por derecha”. Una posición similar fue sustentada por Martin Lousteau, ex ministro de Economía del kirchnerismo, quien sostuvo la necesidad de celebrar acuerdos con el macrismo en todos los distritos posibles.
Acaso con más reparos, el diputado Ricardo Alfonsín metió la cola señalando que “algunos quieren disolver la identidad histórica de la UCR” para que “el FA-UNEN sea un partido conservador con Macri a la cabeza”. Obviamente Ricardito omite que fue precursor de la alianza UDESO de 2011 con el banquero menemista Javier González Fraga y con el derechista Francisco De Nárváez como candidato a gobernador de la provincia.
En medio del cambalache, la ironía es que el GEN de Margarita Stolbizer denunció penalmente al jefe de Gobierno porteño por manejos turbios en la colocación de bonos que la Ciudad realizó entre 2012 y 2013, de los que se desconoce a sus poseedores.
Tantos chisporroteos convencieron a los dirigentes de este espacio, como Pino Solanas (curado de espanto con las escenas de Carrió), a evitar las actividades conjuntas para amortiguar los papelones. De lo que no hay dudas es el abismo que media entre FA- UNEN y los intereses de las grandes mayorías populares.