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Red Internacional
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Corrupción Policial. La crisis policial y la interna en el PJ cordobés

Las divisiones en el oficialismo que gobierna la provincia se mezclan con la podredumbre de la policía. Los grandes medios también se enchastran.

Javier Musso Dirigente del PTS Córdoba

Jueves 12 de enero de 2017

Hace unos días analizamos en La Izquierda Diario la crisis de la Policía que viene atravesando la provincia en una escalada de escándalos de robos protagonizados por los miembros de la fuerza de seguridad.

En esa editorial se trabajaba sobre una hipótesis que plantea que la crisis actual se debe a una política de defensa de la propia fuerza para mantener su impunidad. Con esto se quería decir que la impunidad pactada con el ejecutivo y la justicia luego del auto acuartelamiento (donde no sólo se negociaron “salarios” sino impunidad por los vínculos con el negocio de la droga, casos de gatillo fácil, robo de armas) se puso en cuestión luego de la condena a perpetua de los policías Leiva y Chávez por el asesinato del joven de barrio Los Cortaderos, Guere Pellico. Los sucesivos hechos delictivos que son recurrentes pero que están viendo la luz, pueden ser una amenaza al poder político para frenar cualquier intento de avanzar sobre los innumerables casos de asesinatos de jóvenes en los que está implicada la policía. Este caso no pasó desapercibido sino que fue un cimbronazo para la fuerza, por lo que empezaron a circular mensajes de que “un azul está preso por reducir a un “caco” y frases por el estilo.

Esta hipótesis es un ángulo certero para analizar la crisis pero también puede observarse desde las internas en las altas esferas. Nos referimos a la división que existe actualmente en el partido gobernante Unión por Córdoba.

Es de público conocimiento las fricciones históricas entre Schiaretti y De la Sota que algunos analistas denominaron como “matrimonio de conveniencia”. Estas diferencias se desarrollaron a lo largo del gobierno kirchnerista ya que en la primera gobernación de “el gringo” (2007-2011), donde asumió luego del fraude electoral, éste selló vínculos con Nestor Kirchner para dar un manto de cobertura a su gobierno.

Schiaretti se mostraba con un rostro de “derechos humanos” impulsando, por ejemplo, la inauguración del museo La Perla, participando en actos en la ciudad junto a la presidenta Cristina Fernández y el “soldado” Giacomino. Esa relación con el gobierno nacional se rompió con la defensa de Schiaretti a las patronales agrarias y cambió con la tercera gobernación de De la Sota quien fue un rabioso opositor al gobierno central inaugurando su “cordobesismo”. Actualmente, son públicas las diferencias en torno al gobierno de Mauricio Macri. Mientras De la Sota se encuadra en una “oposición colaboracionista” del lado de Massa, el gobernador pareciera ser todo un “soldado de Mauricio”.

Ahora bien, estas internas por las opciones políticas en el tablero nacional no dejan de tener repercusiones en la provincia: los murmullos en los pasillos de la legislatura tuvieron sus ecos en la superficie. Cuando el Ejecutivo provincial impulsó la reforma de la Ley de Bosques no sólo se demostró un masivo rechazo popular, sino también las propias internas. Una de las personas fuertes del “gallego” en la legislatura como es Oscar González fue uno de los portavoces del “diálogo” diciendo que sin consenso no se iba a aprobar esta ley, algo raro viniendo del brazo legislativo de “José Manuel”. Por otro lado, el resto de los legisladores cercanos a De la Sota hicieron un vacío en la defensa de la ley dejando solos a los schiarettistas. Pero el nuevo escándalo policial puede estar abriendo abiertamente esas sospechas periodísticas y de pasillo. Veamos.

La crisis se desata por un robo la noche de navidad en una casa donde se encontraban abogados, contadores y funcionarios de la “primera plana” provincial. Este robo fue realizado por un grupo comando organizado por un sub comisario de Villa Allende. Resulta muy raro que personas que acceden a ese nivel de información no supieran quienes se encontraban en esa casa; que hayan arriesgado su pellejo por una ganancia de unos pocos miles de pesos. Pero los días fueron mostrando que no arriesgaron mucho, porque ahora salen en libertad por falta de pruebas. ¿No habrá sido planeado desatar el escándalo a partir de ese robo? Además, tuvo que ser removido de su cargo el jefe de investigaciones Calixto Luna porque no se había avanzado en nada con la investigación. Sigamos.

Llamativamente, luego de ese hecho las corporaciones mediáticas de Córdoba como La Voz del Interior, Cadena 3 y Canal 12 comenzaron a publicar noticias diarias sobre innumerables casos de robos y delitos menores protagonizados por policías. Decimos que es llamativo porque estos medios jamás publicaron sobre casos de presuntos asesinatos protagonizados por la policía y fueron una de las principales fuerzas que actuaron para encubrir la impunidad de la cúpula de la división de Drogas Peligrosas sospechadas del narco escándalo ¿Por qué estos medios sacan diariamente noticias de robos de un vaso térmico, una pelea de un oficial en un boliche, un fraude financiero menor? La respuesta puede estar en las propias divisiones del oficialismo dónde una de sus alas está "fogoneando" está crisis.

Además de ser conocidos los vínculos de De la Sota con el poder mediático provincial (algo que podría cambiar de un gobierno a otro por la pauta oficial), es clara la influencia del ex gobernador en la policía. A diferencia de Schiaretti, De la Sota cuenta con sus “cuadros leales” que se formaron y ascendieron durante sus dos primeras gobernaciones, con una pieza fuerte como es el ex jefe y ex ministro de seguridad Alejo Paredes, con influencia en todos los rangos de la policía provincial. Con esto queremos decir que la interna en Unión por Córdoba tiene un nuevo capítulo que se desarrolla en la policía, punto sensible si los hay en la provincia. Que la fuerza de seguridad provincial participe del gran delito y del robo a menudeo no debe ser noticia para la mayoría de los cordobeses, pero que esto que ocurre cotidianamente sea levantado con un sentido de espectáculo por los grandes medios al inicio de un año electoral genera muchas sospechas. Lo que tampoco sería una novedad es que De la Sota meta mano a este recurso mediante sus “cuadros leales” y medios de comunicación amigos para embarrarle la cancha a Schiaretti, intentando primar en las listas legislativas e imponer su fuerza.

Sin embargo, para el común de los trabajadores y la población cordobesa, una vez más (esta vez por las divisiones por arriba), se demuestra la podredumbre y descomposición de una fuerza que aumenta su poder año tras año. Los discursos securitarios, de mano dura, de mayor punitivismo que alientan esos mismos medios, no hace más que acrecentar esta fuerza criminal como es la policía de Córdoba.