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Red Internacional
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Crisis Energética. La crisis que viene: Bruselas exige una reducción del 15% del consumo de gas

En un panorama de crisis energética cada vez más aguda en Europa desde el comienzo de la guerra en Ucrania, la Comisión Europea ha presentado este miércoles un plan de choque que se pone en el peor de los casos: el corte del suministro ruso.

Miércoles 20 de julio de 2022

Brussels (Belgium), 20/07/2022.- European Commission President Ursula von der Leyen attends a press conference on the 'Save gas for safe winter' pacakge at the European Commission in Brussels, Belgium, 20 July 2022. (Bélgica, Bruselas) EFE/EPA/STEPHANIE LECOCQ

Brussels (Belgium), 20/07/2022.- European Commission President Ursula von der Leyen attends a press conference on the ’Save gas for safe winter’ pacakge at the European Commission in Brussels, Belgium, 20 July 2022. (Bélgica, Bruselas) EFE/EPA/STEPHANIE LECOCQ

El plan de preparación para el invierno recomienda una reducción voluntaria de gas en todos los países de la UE durante los próximos ocho meses –del 1 de agosto de este año al 31 de marzo de 2023–.

El objetivo es reducir el consumo en un 15%, primero de manera voluntaria y, si deja de llegar el gas ruso, de manera obligatoria. Si Rusia cortara el suministro de gas a Europa, la economía de la UE podría contraerse hasta en un 1,5% del PIB, calcula la Comisión.

La Unión Europea lleva años intentando diversificar sus proveedores de gas y petróleo para reducir su dependencia de Rusia en este ámbito. De hecho, hasta ahora la UE importaba el 40% de su gas de Rusia. La guerra de Ucrania ha puesto de relieve esta situación y en particular, desde el punto de vista de las potencias europeas, la necesidad de acelerar la búsqueda de nuevas fuentes de suministro de gas y petróleo.

En todo caso, el plan de Bruselas debe recibir el visto bueno de los gobiernos para entrar en vigor. Los 27 ministros de Energía se reúnen el martes que viene en un consejo extraordinario, y hay muchos que no se sienten cómodos con la idea de que la Comisión obligue a los países a hacer recortes.

Este plan es la respuesta de la Comisión Europea ante “posibles interrupciones adicionales en el suministro de gas de Rusia en vista de la próxima temporada de invierno”. Para alcanzar el objetivo de la reducción del 15%, el plan describe varias medidas mediante las cuales los Estados miembros pueden fomentar la disminución de la demanda y el consumo de gas por parte del sector público, empresas, así como los hogares.

El documento incluye medidas disponibles para incentivar el cambio de combustible y la disminución del consumo de gas y presenta criterios para que los Estados miembros identifiquen a los consumidores críticos no protegidos en caso de que sea necesario el racionamiento: sectores que incluyen salud, alimentos, seguridad, refinerías y defensa, así como la provisión de servicios ambientales; cadenas de suministro transfronterizas, sectores o industrias que proporcionan bienes y servicios críticos para el buen funcionamiento de las cadenas de suministro de la UE; entre otros.

Además, el plan viene acompañado de una propuesta legislativa que introduce una nueva herramienta de emergencia de la UE para abordar una brecha potencial entre la oferta y la demanda en el mercado europeo del gas. El reglamento que propone Bruselas (basado en el artículo 122 del Tratado de la UE), introduce un proceso para declarar, previa consulta al Consejo (los Gobiernos), una alerta de la UE si los objetivos voluntarios de reducción de la demanda no son suficientes para evitar esta brecha. En caso de tal situación, la Comisión está facultada para activar un objetivo vinculante de reducción de la demanda (es decir obligar a consumir menos a los Estados)”.

La Comisión argumenta también que “Antes de considerar las reducciones, los Estados miembros deberían agotar todas las posibilidades de sustitución de combustibles, planes de ahorro no obligatorios y fuentes de energía alternativas. Siempre que sea posible, se debe dar prioridad al cambio a energías renovables u opciones más limpias, menos contaminantes o con menos emisiones de carbono”. “Sin embargo”, dice Bruselas, “el cambio al carbón, petróleo o nuclear puede ser necesario como medida temporal”.

A pesar de extender sus tentáculos imperialistas hacía África y los acuerdos multimillonarios para las arcas estadounidenses, la UE empieza a vislumbrar un invierno realmente oscuro donde la posibilidad de realizar cortes en el uso del gas sean una realidad.

Inclusive parece insuficiente el pacto con Israel, que a través de Egipto espera importar gas a la UE. Un pacto con una dictadura brutal y carnicero del pueblo palestino al cual lleva décadas masacrando.

Años anteriores sin el contexto de la guerra de Ucrania ni las sanciones imperialistas de fondo, ya en el Estado español y otros estados de la UE, los barrios obreros y más humildes sufrieron apagones, falta de agua caliente o calefactores, provocando muertes y auténtico drama social.

Con la mirada puesta en el otoño y especialmente en el invierno la principal preocupación en este caso es que una disminución total de sus importaciones desde Rusia, produzca una escasez en las industrias, pero también en los hogares de sus poblaciones, provocando un aumento en la disconformidad hacia esos mismos gobiernos.

Unos gobiernos que siguen aumentando sus presupuestos militares en detrimento de partidas presupuestarias que vayan a las necesidades básicas de las mayorías populares, como la salud, la vivienda o el suministro energético.