PP, Ciudadanos y Vox convocan un acto este domingo en la Plaza de Colón de Madrid para “echar a Pedro Sánchez” de la Moncloa. Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal, sus respectivos presidentes, llaman a sus bases a movilizarse contra el gobierno del PSOE y buscan mostrar fuerza en las calles.
Clara Mallo Madrid | @ClaraMallo
Sábado 9 de febrero de 2019 01:04
Con un claro discurso españolista, misógino, reaccionario y antidemocrático, los tres partidos de la derecha se preparan para movilizar a sus bases contra el Gobierno de Pedro Sánchez.
Pablo Casado apela a la “España de los balcones” y a los “españoles de bien” a que “se pongan en pie y en marcha” contra las “cesiones” del gobierno a los independentistas. Albert Rivera alude al “intento de Sánchez de vendernos a los separatistas” para movilizar a “los españoles”. Santiago Abascal por su parte llama a “sus compatriotas a defender España de sus enemigos y hasta las últimas consecuencias”.
A la convocatoria lanzada por estas tres formaciones pronto se han sumado a participar grupos de extrema derecha como Hogar Social y Falange.
Después de que estos tres partidos se hicieran con el Gobierno de Andalucía en las pasadas elecciones, ahora se preparan para fortalecerse estatalmente con un discurso fuertemente reaccionario. La derecha “sin complejos” de Casado, Rivera y Abascal está protagonizando un proceso de radicalización que encuentra en las mujeres, la inmigración y la represión catalana sus tres principales blancos de ataque.
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La convocatoria fue lanzada originalmente por el PP y Ciudadanos tras conocerse que el Ejecutivo acepta la figura de un “relator” en el diálogo en Cataluña. El componente claramente anticatalán es el eje de esta convocatoria. Para los convocantes, la política de los socialistas es insuficiente y una cesión absoluta a las fuerzas independentistas. Para ellos, el artículo 155 de la Constitución, que habilita los mecanismos coactivos contra ellas, ha de ser “duro y sin final”.
La derecha ha encontrado en este gesto del Ejecutivo la brecha para golpear. Además del anticatalanismo, los partidos convocantes no quieren perder la oportunidad de aparecer con todo su discurso y programa.
Desde la aparición de VOX en las elecciones andaluzas, con un discurso que ponía en primer plano el discurso misógino, el resto de la derecha se ha sumado a poner también en primer término de su oratoria el ataque a los derechos de las mujeres. Vox presentaba un programa en Andalucía que se concretaba en su discurso contra la Ley de violencia de género y la intención de investigar a las mujeres que denunciasen ser víctimas de violencia, entre otras medidas. Ahora Pablo Casado encabeza una ofensiva discursiva contra el derecho al aborto, pidiendo la vuelta a la restrictiva Ley de 1985 y tratando de recuperar al “ángel del hogar”. Así, desplegando todo su discurso, prepara la derecha el acto del domingo.
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Por otro lado, el Gobierno de Pedro Sánchez trata de que salgan los presupuestos -algo que hoy es bastante incierto-. El anuncio de la figura del “relator” apareció un día después de que Izquierda Republicana de Cataluña (ERC) anunció que presentará una enmienda a la totalidad a los presupuestos de Sánchez. Más allá de que el gobierno catalán de Quim Torra haya acabado aceptando esta figura como parte de la mesa negociadora, todo apunta al fracaso del proyecto de “regeneración progresista” liderado por Sánchez, que mantiene su fidelidad con el modelo centralista y monárquico españolista.
Frente al fortalecimiento de las políticas de la derecha, este gobierno de los social-liberales del PSOE no es ninguna alternativa. El Gobierno de Pedro Sánchez, más allá de sus primeros gestos “progresistas” -ya ni se recuerdan- viene endureciendo hacia la derecha su política en todos los ámbitos. Hace unas semanas, el Consejo de Ministros anunciaba la intención de abrir un nuevo Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) en Algeciras. El bloqueo del Open Arms sigue impidiendo que esta ONG lleve su ayuda al Mediterráneo, donde mueren miles de personas. El rápido posicionamiento como parte de la ofensiva imperialista golpista en el conflicto venezolano también deja patente el carácter reaccionario e imperialista de este gobierno.
