La derecha golpea la mesa en el Senado en el marco de la discusión sobre las reformas, el gobierno de Boric acata respetuoso y mira fijo el tiempo que le queda. Es un hecho, se terminó el gobierno de las reformas, las medidas que nunca llegaron fueron remplazadas por acuerdos para cuidar el Chile neoliberal. Pero quienes saltaron a la polémica esta semana, como el senador PC Daniel Nuñez no proponen ninguna medida seria para enfrentar a los sectores conservadores, por el contrario, quieren atar nuevamente a la clase trabajadora a un estéril diálogo social con los empresarios ¿Por qué es urgente unificar las luchas y retomar las demandas de la clase trabajadora?
Miércoles 27 de marzo de 2024

Un pacto de gobernabilidad para que la derecha golpee la mesa
Daniel Núñez del PC salió a la polémica luego de reconocer que hay un “quiebre brutal” al interior del Senado, luego de que la oposición no respetara el acuerdo administrativo para dirigir la cámara alta. En el período que comenzó en marzo, le correspondía al Partido por la Democracia presidir el Senado, pero los legisladores lo obviaron y eligieron al RN, José García Ruminot.
Esta polémica se da en el marco del inicio de la discusión en torno a la reforma de pensiones, donde la derecha busca ganar terreno e imponer sus límites. Salen a denunciar que se “quebró el pacto de gobernabilidad “ y que la unidad de la derecha y Demócratas es un hecho que busca inclinar la balanza a su favor ¿Y por qué no?
El pacto de gobernabilidad en el senado es un ejemplo de que la línea de los acuerdos que el gobierno ha impulsado (donde está el PC y el frente amplio), continuando la política de la ex concertación, ha permitido que la derecha pueda poner sus límites.
Boric cambio su programa de reformas por medidas securitarias, el desalojo de cientos de familias de campamentos, el llamado a que militares puedan salir a resguardar la “seguridad pública” y una agenda de productividad que es beneficiosa para los empresarios. El Frente Amplio le llamo canallamente “batalla ideológica” a repetir las recetas de los Lagos y Bachelet, sin ninguna vergüenza salieron a relativizar las violaciones a los derechos humanos, y Camila Vallejos estuvo en primera plana en la guardia de honor a Piñera.
Daniel Nuñez del PC salió a plantear que había que retomar la “presión social” con el objetivo de emplazar a los parlamentarios frente al golpe de mesa que hizo la derecha en el senado. Pero es eso, presión dentro de los margenes para una que otra maniobra parlamentaria, mientras las reformas serán cocinadas con la derecha, maniobras que hemos visto totalmente fracasadas.
En las palabras de Eric Campos (PC) dentro de la CUT, lo que se busca es retomar un “diálogo social” con los empresarios, es decir, transformar las movilizaciones como moneda de cambio para hacer entrar a la burocracia sindical dentro de la línea de los acuerdos. Explícitamente Campos hablaba de una mesa tripartita entre la CUT, el gobierno y los empresarios.
En vez de unir las luchas, las burocracias sindicales las boicotean, el Colegio de Profesores mientras las comunidades educativas de Antofagasta siguen movilizadas, no han sido capaces de convocar a ninguna movilización nacional ni menos organizar un paro. Además son los portavoces de los políticos de la ex concertación que quieren que la movilización sea la base para el trabajo de una ley punitiva sin plantear nada frente a la crisis estructural de la educación pública.
Pero a pesar del balance tranquilizador del gobierno, lo cierto es que el descontento se acumula y comienza a salir a flote. El paro que ya lleva más de dos semanas en Antofagasta reflejando la crisis de la educación pública, donde se unen trabajadores, apoderados, docentes y estudiantes recibiendo el apoyo de la población frente al suicidio de la profesora Katherine Yoma es muestra de ello. Mientras Boric saluda la implementación de los SLEP, los docentes de Atacama siguen manifestándole, las semanas pasadas tuvieron paralizaciones de las trabajadoras manipuladoras de alimentos que denunciaron a la JUNAEB, la comunidad educativa del Liceo 1 de Santiago, entre otros. Además de los trabajadores de la Coca Cola, y la crisis abierta con la siderúrgica Huachipato.
Todos estos ejemplos muestran que comienza a mostrarse el descontento, pero falta unir las luchas y retomar las demandas de la clase trabajadora.
La unidad desde abajo muestra el camino, es urgente unificar las luchas y retomar las demandas de la clase trabajadora para enfrentar a la derecha y la línea de los “consensos” dentro del régimen que impulsa el gobierno de Boric.
En Chile es necesario un frente de independencia de clase, para denunciar el fracaso de la estrategia institucional de la izquierda frente amplista y del PC. Que sirva de herramienta para la agitación de un programa y estrategia alternativa, que cuestione las ganancias capitalistas en la perspectiva de un gobierno de las y los trabajadores.

Alejandra Valderrama
Redacción La Izquierda Diario Chile. Valparaíso, Chile