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Red Internacional
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CORONAVIRUS EN BARRIOS Y HOSPITALES. La desidia estatal sobre los vecinos de la Villa 21-24 y los trabajadores del hospital Ramos Mejía

En un mismo día dos noticias unidas. Los vecinos de la Villa 21-24 denunciando el maltrato de las autoridades cortando la calle Iriarte en Barracas. Mientras eran trasladados al hospital Ramos Mejía, donde se conocía la noticia de 4 enfermeros del mismo hospital contagiados. Villas y hospitales, dos sectores críticos y unidos en reclamos.

Miércoles 20 de mayo de 2020 11:44

En el día de ayer, lunes, llegaron mensajes de trabajadores del Hospital Ramos Mejía a la redacción de La Izquierda Diario denunciando que la sala de Neurología del Hospital fue cerrada tras la confirmación de 4 contagios entre el personal de salud.

Jorge López es trabajador del área y denuncia que la dirección del hospital no quería realizarle el hisopado porque no presentaba síntomas, sin contemplar que había estado en contacto con los enfermeros que dieron positivo; sólo accedieron a hacerlo cuando dijo que se iba a comunicar con la prensa. Esta realidad la venían denunciando y anticipando los trabajadores desde hace meses, donde realizaron asambleas, reclamos y siguen organizados, esperando lo inevitable por la desidia estatal: el salto de la curva de contagio y el colapso hospitalario.

Por la noche del mismo día, ayer lunes, desde la red de mujeres y disidencias de la villa 21-24 y Zavaleta denunciaron que las mujeres que fueron trasladadas al hospital por el gobierno de la ciudad, sin ninguna explicación y sin informarles el resultado del testeo rápido hecho durante el día, están siendo atendidas en el hospital sin ningún tipo de protocolo y las enviaron al mismo sector donde había personas que ya son covid-19 positivos.

Un día y medio estuvieron las vecinas contagiadas sin tener una respuesta clara de cual era su situación. Lo que genero la bronca de las vecinas y cortaron la calle Iriarte de Barracas para denunciar la situación de maltrato de sus vecinas. Las fallas del Pla Detectar, plan impulsado entre el Gobierno nacional y de Ciudad, son denunciados por los vecinos de la Villa 21-24. Una desidia total y un maltrato inaudito.

Esta realidad no cayo del cielo, fue construida por la desidia estatal. Barrios con contagios descontrolados y hospitales desbordados con trabajadores contagiados.

Los trabajadores y trabajadoras del hospital continúan reclamando la falta de insumos y denuncian que el sindicato Sutecba no está haciendo nada con la situación: “Entre que no están dando insumos, los casos aumentaron, hay contagios ahora ya dentro del hospital, estamos ya medio en el horno”, nos decían los trabajadores de la salud.

Desde que comenzó la cuarenta los trabajadores del Hospital Ramos Mejía vienen denunciando que el hospital no está preparado para recibir el pico de contagios: hay falta de protocolos, de insumos, de bioseguridad e infraestructura adecuada.

Hasta ahora la dirección del hospital y el Gobierno de la Ciudad desoyeron sus reclamos. El gobierno nacional sigue insistiendo en que la cuarentena permite ganar tiempo para estar mejor equipados. Sin embargo, tras dos meses de iniciada la cuarentena la curva de contagio no se viene aplanando entre los trabajadores de la salud y tampoco entre los habitantes de los barrios populares donde ya hay más de 1200 personas infectadas, con muertes evitables como la de Ramona y Víctor de la Villa 31.

Resulta urgente aplicar un impuesto a las grandes fortunas como plantea el proyecto del Frente de Izquierda. Esta plata se destinaría a la salud pública, lo cual permitiría por ejemplo testear masivamente a los trabajadores de la salud y a todos los vecinos de los barrios populares y asentamientos; y por otro lado se podrían poner en pie 100 mil viviendas en un año para evitar el hacinamiento en los barrios.

Medidas elementales y básicas para controlar la diseminación del Covid-19 entre los vecinos de los barrios y los trabajadores de la salud, los que tienen que cuidarlos.

Ayer lunes, fue una fotografía de una película que aún no termina y dejó claro que los reclamos del personal de salud deben unirse al reclamo de los vecinos de las villas de la ciudad.