Más allá de los actuales recortes, el trabajo de los becarios desde su inicio está signado por la angustia del desempleo, la competencia y la meritocracia

Luciana Nogueira Lic. en Psicología y doctora en Historia
Viernes 23 de diciembre de 2016 11:35
El inaudito recorte que hoy propone el macrismo avalado por el Ministro de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao, y el presidente de Conicet, Alejandro Ceccatto, no hacen más que profundizar la crítica y angustiante situación que ya veníamos atravesando los becarios durante nuestro “contrato” por 5 años –a veces, extendido 2 años más-, en la que el temor a quedar desempleado más tarde o más temprano atraviesa todo nuestro período de formación y trabajo de investigación.
Nunca estuvo garantizado el ingreso a planta permanente –lo que se denomina ingreso a la carrera de investigador- para ningún becario, a pesar de haber sido evaluado positivamente por el directorio de Conicet y haber aprobado su plan de trabajo.
Tampoco son todavía explícitos los criterios necesarios para ingresar a carrera –lo que sí está más claro en las convocatorias para obtener las becas de posgrado-, lo cual genera un clima de competencia y búsqueda de eficacia que se alejan en gran medida de la llamada “vocación investigativa” y del desarrollo científico de calidad. Es así que en lugar de las preguntas acerca de los temas y elaboración alcanzados, circulan más las preguntas acerca de ¿cuántos artículos publicaste? O ¿qué grado de alcance tienen las reuniones científicas a las que participaste?, producto del cuello de botella que siempre estuvo vigente en Conicet.
La incesante búsqueda de objetivos individuales y numéricos provoca que se dejen de lado otras situaciones de precarización laboral, tales como la falta de aportes jubilatorios, aguinaldo, obra social para el grupo familiar, un régimen de licencias por enfermedad y atención de los hijos. Entre otros, estos son los derechos laborales vedados para los becarios, producto de su no consideración como trabajadores. Por ello la consigna “Investigar es trabajar” sigue siendo el reclamo central de la lucha actual.
Estas cuestiones aportan a la consideración del trabajo en Conicet como cualquier otro trabajo, con sus particulares condiciones de explotación y opresión, las cuales hoy están siendo combatidas con valentía por los propios trabajadores, con apoyo de gremios, universidades, colegios profesionales, referentes políticos, de los derechos humanos. La lucha es por lograr un convenio colectivo de trabajo que termine de raíz con la precarización laboral producto del contrato actual por 5 años sin garantías de continuidad, con lo cual se mejoraría enormemente toda la trayectoria de los trabajadores estatales de Conicet y también actuaría como antecedente para la lucha por las condiciones laborales dignas de todos los trabajadores del Estado, ya que no es privativo de Conicet la existencia de contratos anuales, el trabajo a destajo y tercerizado en dependencias estatales.

Luciana Nogueira
Nació en Quilmes en 1986. Lic. en Psicología y doctora en Historia (UNLP), becaria de posgrado del CONICET y militante del Partido de los Trabajadores Socialistas. Estudia empresas recuperadas en la industria pesquera bonaerense.