Ante la virtual definición de la candidatura del PRI, los tiempos que presionan al frente para decidir la suya, provocan tensiones internas y surgen propuestas encontradas. Es una negociación que encierra ambiciones y proyectos de personalidades.
Jueves 7 de diciembre de 2017
Pese a que el destape de José Antonio Meade arranca en una desfavorable tercera posición ante el posicionamiento del Morena, liderado por López Obrador, y del Frente Ciudadano, los partidos que conforman la alianza frentista se ven presionados a decidir ya su candidatura.
Sin embargo, el estira y afloja al interior del Frente es tironeado por las posiciones internas tanto del PRD como del PAN, que buscan salir mejor posicionados ante sus aliados en la definición de la candidatura presidencial, gubernaturas, alcaldías, senadurías y diputaciones, por lo que la negociación se hace más densa.
Este acuerdo electoral es una política defensiva del PRD y el PAN que, en medio de su crisis y desgaste, buscan recomponerse mediante una campaña electoral -que incluye al Movimiento Ciudadano de Dante Delgado-, que los fortalezca, pues yendo solos a elecciones, sufrirían no sólo una derrota sino que profundizarían su crisis.
Por lo que difícilmente estos partidos dejarían pasar esta gran oportunidad que los sacaría del estancamiento que atraviesan.
En esta alianza, el PRD desdibuja más su carácter de centroizquierda y se corre más a la derecha, expresando así el contenido político del régimen de la alternancia, pues para converger con el derechista PAN -enemigo del derecho al aborto y los matrimonios entre parejas del mismo sexo-, tuvo que renunciar a algunas banderas que lo diferenciaban de la derecha recalcitrante. Incluso, de un partido que ha castigado con cárcel a mujeres por abortar.
Por lo que la “inexplicable” convergencia entre el PRD y el PAN no debe analizarse solamente en base a lo ideológico, sino a las coincidencias programáticas y al proyecto de régimen que ambos partidos vienen impulsando.
Cruje el Frente
No obstante, pese que a las direcciones del PRD y el PAN muestran cierto acuerdo en avanzar hacia una candidatura que eventualmente recaería en el partido blanquiazul, el rechazo de sectores panistas a que el nombramiento de Ricardo Ayala sea producto de una negociación entre las dirigencias que componen el frente, y así como también la exigencia en el PRD de las corrientes internas para no ceder al PAN la candidatura presidencial, muestran a un frente con dificultades que el PRI, piensa erróneamente que lo beneficia.
Y más allá del método de elección que se acuerde para designar la candidatura (por consenso o una elección de la militancia), la presión de los grupos internos en cada partido apunta a negociar sus posiciones a cambio del reparto del pastel que significa los cargos que se van elegir. Por lo que son posiciones negociables disfrazadas de exigencia democrática. A estas alturas, romper el Frente -un sueño de los “panistas rebeldes” ligados al PRI- sería suicida para el PAN, que arrastraría también las ilusiones de Dante Delgado y el MC.
Y es que no parece creíble que los posibles contendientes de Anaya dentro del PAN como los senadores Ernesto Ruffo y Juan Carlos Romero Hicks, o el ex canciller Luis Ernesto Dervez, a los que se suma el desprestigiado ex gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, pueden ser figuras que puedan superar en imagen al actual presidente del PAN.
La inquietante propuesta de Dante Delgado
Los jaloneos entre el PRD y el PAN que han retrasado una definición de la candidatura acordada previamente para 20 de noviembre pasado, ha inquietado a la dirigencia del partido Movimiento Ciudadano, que ve necesario salir ya a enfrentar la propaganda iniciada por José Antonio Meade, y tratar de reducir la ventaja que ocupa el puntero virtual candidato del Morena, López Obrador.
Por lo que, pensando en sus intereses particulares, Dante Delgado (MC) provocó inquietud al proponer un acuerdo donde un candidato panista encabece la candidatura presidencial del Frente Ciudadano (hoy Frente por México), un perredista a la jefatura de la Ciudad de México, y que Miguel Ángel Mancera vaya al Senado.
De esta manera -según su aritmética política- el Frente se ahorra disputas y al mismo tiempo bloquea la intención del PRD de postular a Mancera a la presidencia.
Y si bien Mancera no puede competir en la capital contra la fuerza que representa el Morena -que en las elecciones de 2016, le arrebató varias delegaciones al PRD, en el territorio donde Mancera es Jefe de Gobierno-, con su insistente presión al Frente y al PRD para que lo postulen, procura obtener una buena tajada en esta negociación.
Esto lo hace, consciente de la crisis interna del PRD que no tiene personalidades con aceptación popular, dada su derechización política.
Aún así, el PRD -soslayando la fuerza del Morena-, opina que según sus encuestas, podría ganar la mayoría en la Cámara de Diputados.
Por lo pronto, el panista Anaya se prepara para renunciar a la presidencia de su partido y disputar la candidatura del Frente. Sin embargo, va a enfrentar el cuestionamiento de sus correligionarios que exigen una contienda interna para definir la candidatura, y no una designación como ya la cúpula panista está dejando entrever.
Probablemente, los sectores resentidos, como los senadores panistas ligados a Felipe Calderón, llamen a votar por el PRI o por Margarita Zavala -que renunció al PAN para irse como independiente a la disputa por la presidencia-. Es decir, que esta definición táctica –electoral- tiene dividido al panismo, y hace aparecer a la cúpula como opositora al gobierno. Sin embargo, al no existir diferencias estratégicas sobre rumbo del país, muy probablemente, una vez fortalecido el PAN, continúe con su política de alianzas con el PRI en contra de las conquistas de la población trabajadora.
Seguramente, una vez definidas las candidaturas para la presidencia, gubernaturas, CDMX, alcaldías, mutaciones y senadurías, las pugnas internas, sobre todo en PAN, tenderán a acrecentarse.
Mario Caballero
Nació en Veracruz, en 1949. Es fundador del Movimiento de Trabajadores Socialistas de México.