Las declaraciones de la apuesta presidencial del PS Paula Narváez, sobre su esperanza de poder confluir en un proyecto común con el Frente Amplio, trajo coletazos en la oposición, particularmente desde su relación con la DC, pero también podría generar roces al interior del FA.
Lunes 15 de marzo de 2021
Foto: Agencia Uno
En la entrevista publicada por El Mercurio, la candidata señalo tener “el más alto aprecio por el Frente Amplio, una fuerza joven, de recambio, muy interesante y muy valiente, que se hace cargo de una realidad país que cambió y donde las formas de hacer política no sintonizaba. Espero que podamos confluir en un proyecto común con ellos también”.
Estas apreciaciones no cayeron bien en la DC, su presidente Fuad Chain señalo que "Lo que hay que fortalecer es Unidad Constituyente. En eso el PS contribuye bastante poco, o bien, ha hecho lo contrario" (…) el FA ha demostrado lo que es cuando se dividió en la firma del 15 de noviembre, con la frustrada primaria de oposición para los gobernadores, cuando sus dirigentes se arrancaron por la puerta chica para inscribir sus primarias propias, mientras se mantenían simulando una negociación con el resto de la oposición. Esas prácticas han debilitado al FA, o lo que va quedando”
Pero también pueden venir contradicciones desde el mismo el frente amplio. En Convergencia Social, su presidenta Alondra Orellano, señaló “Estamos disponibles para construir esto con el PS”. Esto, aun cuando fueron el Partido Socialista y la ex concertación quienes impulsaron las políticas neoliberales que mantienen en pie la herencia de la dictadura. Pretenden aliarse con el PS, aun cuando tienen en su prontuario el asesinato de comuneros mapuche como Matías Catrileo.
La esencia política del FA, todo su discurso, siempre se basó en su diferenciación con la ex concertación y en la negación a sus “políticas neoliberales” ¿estarán dispuestos los militantes de partidos como convergencia social o comunes, a terminar haciendo campaña por el Bacheletismo en las próximas elecciones?
Las intentonas de nuevas alianzas promovidas por los partidos tradicionales del régimen no logran solucionar una crisis de legitimidad muy profunda , y por mayor amplitud que tengan sus pactos, no logran constituirse como una alternativa viable a los ojos de la mayoría de la población trabajadora.
