El consumo familiar se reduce en un 1,3% debido al aumento de la inflación y la subida de los tipos de interés. Al mismo tiempo la economía española crece un 0,5% a costa de los bajos salarios y la subida de los precios. Un agosto para las empresas españolas a costa de los salarios.
Viernes 28 de abril de 2023
La situación de crecimiento de la economía española sorprende en un contexto de inflación, subidas de los tipos de interés y la desaceleración global. Lejos de contraerse, el PIB español crece un 0,5%, acelerándose respecto al 0,2% en el trimestre del año pasado. El secreto está en los bajos salarios: los salarios reales han retrocedido en más de un 5,3% en 2022. Gracias a la contención salarial garantizada por el gobierno, CCOO y UGT, con una inflación que este abril asciende al 4,1% respecto al año pasado, entre enero y marzo el producto interior bruto avanzó al 3,8% frente al 2,9% que se había anotado entre octubre y diciembre.
La subida de la inflación no era tan pronunciada desde mayo de 2022. Aunque los detalles sobre cuánto han caído los alimentos y qué partidas están detrás del aumento del Índice de Precios al Consumo (IPC) todavía son desconocidas, el Instituto Complutense de Análisis Económico señala que han sido las menores caídas de la electricidad y los combustibles en relación con abril de 2022 las que han empujado la inflación al alza. El INE afirma que “Luz y gasolinas tiraron al alza de los precios. Alimentos, a la baja”.
Como consecuencia del mantenimiento de los salarios a pesar del aumento de la luz y la energía, el consumo de los hogares se hundió un 1,3% trimestral. Varias fuentes apuntan, sin embargo, que el precio de los alimentos puede ascender en unas semanas debido a la sequía que afecta a las explotaciones agrícolas como consecuencia del calentamiento global. El mes pasado los alimentos y bebidas no alcohólicas se encarecieron un 16,5%, y ya llevan 12 meses por encima del 10%. El mes pasado el Banco de España pronosticaba una inflación promedio para los alimentos del 12,2%, que contrasta con el 7,8% pronosticado en diciembre.
El retroceso del consumo hace que sean las exportaciones y la inversión las que tiren de la economía en el primer trimestre. Y es que las empresas españolas logran vender más barato en el exterior, gracias a la menor inflación en el territorio español y a los bajos salarios. De este modo las ventas al exterior se dispararon un 5,8%, superando las cotas prepandemia, todo un agosto para el capital español. Rafael Doménech, economista del BBVA, afirma que si el aumento de las exportaciones se reflejara en tasa anualizada la cifra de crecimiento sería del 24%. Por su parte, los fondos europeos, que lejos de emplearse para mejorar la financiación de la sanidad y la educación, se han empleado para engrosar los ya engordados bolsillos de las grandes empresas, han hecho aumentar la inversión un 1,9%.
Tres años después de la irrupción de la covid, el PIB prácticamente se ha recuperado, a tan solo un 0,2% por debajo de los niveles prepandemia. Por el contrario, el consumo de los hogares todavía es un 4,9% inferior respecto a la prepandemia.
A pesar de los buenos datos para las empresas y de los malos datos para los bolsillos de los trabajadores, la inflación, como demuestran los datos de este mes, lejos está de ser controlada. En marzo el Gobierno celebraba la caída del IPC 2,7 puntos, ignorando que el dato se beneficiaba del efecto comparación con el mes en que empezó la guerra de Ucrania, cuando se disparó la energía. A pesar de todo, las empresas están incrementando sus beneficios aprovechándose de que la inflación es la segunda más baja de la UE, y de que el retroceso de los salarios reales es el noveno más alto entre los 38 países de la OCDE. Hay que ser claros, los trabajadores y las trabajadoras del Estado español, a pesar de la menor inflación, la están sufriendo más, pagando de sus bolsillos el peso del aumento de los precios. El retroceso es ya del 5,3% en los salarios reales.
Frente el doble discurso de Unidas Podemos o Sumar, y frente a la pasividad total de las direcciones de CCOO y UGT, subordinados totalmente a la patronal, la subida de los salarios por encima de la inflación sólo puede venir por medio de la lucha de la clase obrera que enfrente y supere la política de pacto social y salarial que imponen las burocracias burocracias sindicales.
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