Las elecciones en Cataluña del pasado 14 de febrero nos han dejado un escenario complejo que requerirá de pactos entre distintas formaciones, algo que ya va siendo habitual en los últimos años en la política territorial i estatal. Sin embargo, en Cataluña parece no ser tan costoso como en otros lugares llegar a pactos, aquí la izquierda está dispuesta a gobernar con la derecha.
Jose Luna Estudiante Doctorado de Psicología de la Educación
Viernes 19 de febrero de 2021
A pesar de la ajustada victoria del PSC con el llamado “efecto Illa”, todo apunta a que será Pere Aragonés el candidato de ERC el único con capacidad para formar gobierno. Este ya ha declarado que quiere formar un frente amplio con la CUP, los Comuns y, como llevan haciendo los últimos años, JxC.
Pero, estos 4 partidos ¿son compatibles? Obviamente no. Su unión viene derivada de la búsqueda de un referéndum sobre la independencia del estado catalán, más allá de eso, difieren en la mayoría de sus propuestas. Aunque, podríamos pensar que a pesar de las diferencias que tienen, es posible que puedan ponerse de acuerdo en algunos ámbitos. Estos últimos días en los debates televisivos se ha hablado mucho de la sanidad y de la economía, pero, qué hay del otro gran pilar que sostiene a una sociedad justa y equitativa que brinda oportunidades por igual a nuestros futuros ciudadanos, ¿qué pasará con la educación?
Indagando en los programas electorales de los partidos en materia educativa, desde una interpretación superficial nos puede parecer que existen varias propuestas comunes en sus proyectos, como apostar por la educación inclusiva, tener una escuela pública de calidad o impulsar la enseñanza por competencias, sin embargo, estas propuestas son tan globales que no llegan a concretarse en intenciones educativas sobre el funcionamiento de las aulas y de los alumnos.
Algunas propuestas más concretas en las también coinciden son en mantener el catalán como lengua principal y en reducir los precios de las matrículas universitarias, pero salvando estos puntos, el resto ideas muestran que estamos frente a proyectos que caminan en direcciones distintas o, incluso, opuestas.
Los primeros desencuentros los encontramos en que JxC difiere con el resto de fuerzas del posible pacto en temas como acabar con la segregación por género, retirando la financiación a los centros que la lleven a cabo, y en obligar a la laicidad de los centros que reciban financiamiento público.
Más complicado es entender que en propuestas como garantizar la educación pública y gratuita de 0 a 3 años, asegurar la conectividad a todas las familias o acabar con los conciertos económicos de las escuelas concertadas, ya no es solo Junts quien no las recoge en su programa, en este caso ERC tampoco se pronuncia. Así que, estas iniciativas que sí apoyan Comuns y CUP es altamente probable que queden en nada, algo que debería preocuparles profundamente si quieren formar parte del nuevo Govern.
A pesar de todas esas diferencias, el gran conflicto puede surgir en la inversión del PIB en educación. La actual sociedad catalana aún sufre los despiadados recortes del gobierno de Artur Mas, la CUP apuesta por aumentar hasta el 6% de gasto del PIB, los Comuns apuntan más alto con un incremento que llegue al 7%, ambas propuestas cumplirían con la Llei d’Educació de Catalunya que preveía dotar al sistema educativo con un 6% del PIB cuando actualmente está en el 4%. En cambio, JxC habla de aumentar el gasto sin especificar cuánto y ERC ni lo menciona en su programa.
Propuestas pedagógicas tan al orden del día como educar por competencias o conseguir la plena inclusión de todos los alumnos están muy sujetas al aumento del gasto educativo. Para que se puedan llevar a cabo de forma eficaz, requieren una reducción de ratios junto con la promoción de la co-docencia, ambas propuestas están atadas a una mayor contratación de maestras y maestros.
Algo parecido ocurre cuando se habla de fomentar la escuela inclusiva, para ello es necesario aumentar las figuras de apoyo como son los sanitarios o el personal educativo auxiliar. Es difícil imaginar una mejora del sistema educativo catalán sin un incremento de la inversión, en especial, en la contratación de más personal. Ahora bien, si este aumento no entra en los planes de los dos principales partidos del nuevo gobierno, mucho me temo que tendremos que seguir lamentando la precaria situación del sistema educativo catalán.
Aragonés declaraba en los últimos días que era importante crear un frente amplio de gobierno para que las fuerzas de izquierdas presionen a JxC con políticas progresistas, pero la pregunta es, ¿Esquerra también lo hará? Y si no lo hace, ¿la CUP y En Comú Podem tendrán la suficiente fuerza para revertir la situación?
A pesar de que pueden haber 3 partidos de izquierdas en el nuevo gobierno catalán, no parece que eso asegure una implantación de políticas sociales y progresistas en materia educativa. Como decía Paulo Freire “La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo” y ahora mismo, en Cataluña, muchos aprendices no tendrán el privilegio ni de cambiar ellos ni de, en el futuro, cambiar al mundo.