Se presentaron 200 trabajos, 4 mesas redondas y 22 conferencias destacando el preponderante rol que debe cumplir la energía nuclear en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Lunes 28 de noviembre de 2016 00:00
Pasadas las 10 de la mañana de lunes 21, en el palacio San Martín de la Cancillería nacional, se dio inicio a la XLIII reunión anual de la Asociación Argentina de Tecnología Nuclear (AATN) con la presencia del subsecretario de energía nuclear Julián Gadano quién se encargó del discurso inaugural luego de ser presentado por el presidente de la AATN, Dr Jaime Pahissa Campá, quien destacó que es la primera vez que un funcionario del gobierno nacional participa de una de estas reuniones.
En su breve discurso, Gadano disertó alrededor lema de la reunión “La energía nuclear en el cambio climático. Antes de que sea tarde.” remarcando que sin la energía nuclear no se puede cumplir con los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero. Pero también ampliando las perspectivas de la actividad, ya que es la única fuente de energía que no aprovecha directamente un recurso natural sino que genera ciencia y tecnología, según palabras del propio subsecretario. También subrayó los valores de transparencia y sustentabilidad con los que se tiene que manejar el sector y que son un objetivo del presidente. Más adelante en la sesión, el funcionario calificó al nuclear como es el sector tecnológico más desarrollado del país y como tal constituye un activo en política internacional (sic).
El gabinete macrista de CEO’s le intenta dar impulso a las ramas productivas del sector nuclear para abrir oportunidades de negocios para privados y recortando el presupuesto a investigación. No hay un intento del gobierno actual de apostar a la ciencia y tecnología en el país, sino que solo se quiere mantener aquello que se percibe como una carta de presentación para futuros negocios internacionales, vía privatización o venta de tecnología. Otros proyectos que fueron nombrados en las conferencias fue el RA 10 que es un reactor de investigación para la producción de radioisótopos con el cual se proponen cubrir el 100 % del mercado latinoamericano de radiofármacos, o en el campo de la investigación el Laboratorio de Haces de Neutrones ambos proyectados para el 2020. También se dio por confirmado que se construirán dos centrales nucleares de potencia compradas a la empresa china CNNC, de las cuales la primera operaria con uranio natural y agua pesada, en la cual habría participación de la industria nacional en un 70%. La segunda trabajaría con uranio enriquecido y agua liviana y se compraría “llave en mano”, lo que implica una mínima participación de los especialistas, científicos y técnicos, que se dedican a este area en argentina. Esto último abre el debate de cuáles son las ventajas de la compra de este tipo de paquetes tecnológicos sin participación nacional generando una obvia dependencia con respecto a China. El macrismo se monta de esta manera sobre la “pesada herencia” que le dejó el kirchnerismo: un sector nuclear desguazado con un 50% del personal tercerizado y con empresas estatales fácilmente privatizables.
El cambio climático y la energía nuclear
El día martes se realizó la mesa redonda “Cambio climático y alternativas para su mitigación” donde el Dr. Vicente Barros dio un panorama actual de la situación climática y de la acuciante necesidad de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero que llegaron a niveles récord históricos, junto con un pronóstico un tanto pesimista debido al reciente triunfo de Donald Trump en EEUU y la muy probable retirada de los fraudulentos acuerdos climáticos de la COP 21. Un representante de INVAP presentó los desarrollos de aerogeneradores de alta, media y baja potencia que comercializa la empresa rionegrina, dando un panorama de las posibilidades de generación eólica en el país y los proyectos que tiene en curso. También se presentaron los proyectos del sector de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) dedicado en generación solar fotovoltaica. Los panelistas e intervenciones del público coincidían que estas tecnologías alternativas, que gozan de un crecimiento sostenido en los últimos años, son necesarias pero complementarias a la energía nuclear para reemplazar la matriz energética donde predominan en un 90% los combustibles fósiles.
El cierre y los ausentes
La última conferencia tuvo la forma de panel de autoridades del sector, con la entrega del premio al mejor trabajo “Simulador de ingeniería del reactor CAREM” y un panorama de “Hacia dónde va la actividad nuclear”. Se insitió en las potencialidades de la energía nuclear en el marco del problema climático y las posibilidades de lograr un reactor comercial de diseño nacional basado en el CAREM que, según informó el presidente de la CNEA, estaría operativo a mediados del año 2020.
La minería de uranio y el saneamiento de los sitios cerrados por parte de la CNEA en los 90’ se mencionaron en algunos trabajos, pero no se habló de la reactivación de la minería,el cual es un proceso necesario para poder completar el ciclo del combustible para los reactores y no depender de la importación, con las consideraciones ambientales necesarias.
Sin embargo, el gran ausente fue la realidad de los trabajadores del sector nuclear, quienes realizan sus tareas con un altísimo índice de precarización laboral en forma de monotributistas, becarios y tercerizados con sueldos que en muchas categorías no llegan ni a la mitad de la canasta básica. Los únicos que, organizados democráticamente pueden luchar por la formación de una empresa estatal única y el aumento del presupuesto para la investigación, para que efectivamente la energía nuclear pueda aportar en resolver la crisis energética y ambiental generada por el capitalismo.