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Red Internacional
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Libertad de expresión. La extrema derecha y los tribunales buscan inhabilitar al concejal del PCE en Zaragoza

Vox acusa de delitos de odio al concejal Alberto Cubero, de Zaragoza en Común (ZeC) y del Partido Comunista de España (PCE), por referirse a la formación ultraderechista diciendo “ojalá les pase en toda España lo que les pasó en Vallecas”. Es preciso enfrentar la represión judicial y a la extrema derecha.

Jaime Castán @JaimeCastanCRT

Miércoles 17 de noviembre de 2021

La Audiencia de Zaragoza ha comunicado estos días que “ve indicios suficientes de un delito de odio” contra Vox en las palabras del concejal Alberto Cubero (PCE) durante una comisión de Hacienda del consistorio municipal de la capital aragonesa, cuando este les dijo “en política fiscal y en política económica se les cae la careta y luego les pasa lo que les pasa, que van a Vallecas y los reciben como los reciben. Vox solo tiene posibilidad de hacer mítines en los barrios de Salamanca y en las zonas ricas de Madrid. Porque son a los que ustedes defienden, a los cuatro ricos de las grandes ciudades. Y luego, cuando van a los barrios humildes, les pasa lo que les pasa. Ojalá les pase lo que les pasó en Vallecas en toda España”.

De nuevo, una herramienta supuestamente establecida para defender a los colectivos oprimidos, como sería el delito de odio, se convierte bajo esta democracia para ricos en herramientas de la extrema derecha y del reaccionario sistema judicial para lanzar un ataque a la izquierda. Frente a esta situación toda la izquierda, desde colectivos sociales, políticos y sindicales, debemos denunciar y enfrentar este tipo de ataques por parte del aparato judicial y del Estado, en alianza con la extrema derecha.

En este caso tratan de inhabilitar a un concejal por unas declaraciones del pasado mes de abril, en el contexto de la polarizada campaña electoral madrileña, con los barrios populares respondiendo en la calle a los intentos de Vox de dar sus mítines xenófobos y retrógrados en sus plazas. Irónicamente, unas horas antes de las mismas movilizaciones antifascistas a las que hace referencia Cubero, Unidas Podemos, PSOE y Mas País publicaban un comunicado que llamaban a los vecinos y vecinas vallecanos a desmovilizarse planteando que no había que concurrir a la manifestación para boicotear el acto de Vox, generando bastante indignación en las redes sociales.

Porque más allá de la retórica de Cubero en aquella ocasión, su posición como la de su partido, ha sido la de criminalizar protestas de la juventud en los barrios, una juventud que han enfrentado en las calles al Régimen del 78 y a la extrema derecha, como aquella tarde en Vallecas, llegando a justificar la represión policial.

Al mismo tiempo que, desde el Gobierno con el PSOE, el PCE y Unidas Podemos mantienen leyes represivas, como la Ley Mordaza, que sirven de herramientas legales para perseguir y condenar a activistas y militantes de izquierda, como el caso también en Zaragoza de los seis jóvenes antifascistas, finalmente condenados a 7 años de cárcel y 15.000 euros de multa por manifestarse justamente contra Vox.

Es necesario enfrentar este y todos los ataques por parte del sistema judicial y de la derecha a la izquierda y los movimientos sociales, políticos, sindicales, juveniles o feministas. Es necesario echar abajo a todo su aparato estatal, que da cobertura a la extrema derecha y que reprime a la izquierda y los movimientos sociales. Lo cual implica también cuestionar al Gobierno de PSOE y Unidas Podemos, del que forma también el PCE, que es hoy el afectado por la represión de un régimen del que son su “pata izquierda”.

Por ello es preciso plantear una hoja de ruta que apueste por la movilización, para derribar leyes represivas como la Ley Mordaza o la de Extranjería, así como las reformas laborales, de las pensiones y todas las medidas de ajuste que atacan social y políticamente a la clase obrera, a sus organizaciones y al resto de sectores populares.

Con total independencia política de gobiernos capitalistas y del Régimen del 78, cuestionando a las burocracias sindicales, políticas y de los movimientos sociales que terminan siendo funcionales a ellos, para levantar una gran movilización de la juventud, la clase obrera, las mujeres, las migrantes y las personas LGTBI.