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Red Internacional
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Opinión. La factura de China en Chile: ¿Por qué es urgente la nacionalización de las industrias estratégicas?

El anuncio de cierre de la siderúrgica Huachipato que pone en riesgo más de 22 mil puestos de trabajo, puso una alerta sobre la influencia de los negocios chinos en Chile. Pero no es nada nuevo, el gobierno sale a llorar tras la leche derramada, después de haber promovido la apertura de empresas privadas en áreas estratégicas profundizando una peligrosa estructura económica de doble dependencia ¿Por qué es urgente la nacionalización de las industrias estratégicas en chile bajo control de las y los trabajadores?

Jueves 4 de abril de 2024

Un salto en calidad: de los tratados de libre comercio a la inversión en áreas estratégicas

Mauricio Benítez es socio internacional en SW Chile, una empresa consultora que forma parte de ShineWing International Limited (SW), que tiene raíces profundas en Asia-Pacífico. Benítez, quien residió en el gigante asiático, destaca que el perfil del inversionista chino ha cambiado bastante en los últimos años. Si antes la decisión de invertir era personal, hace 4 ó 5 años, ejecutivos de empresas estatales han venido a Chile y decidido invertir. “El perfil ha mutado a una institucionalización de la inversión. Más que empresarios chinos, ahora son las empresas grandes, empresas privadas, listadas, las más interesadas”, afirma.

La batalla sin cuartel que inició Tianqi contra SQM deja al descubierto algo que algunos analistas geopolíticos venían advirtiendo hace un rato: que tener a China como uno de tus tres principales socios comerciales, ser el principal destino de nuestras exportaciones y ser uno de los inversores más agresivos, viene con facturas asociadas que ahora el gigante asiático está comenzando a cobrar.

Actualmente empresas chinas controlan el 57% de la distribución eléctrica chilena; a través de Tianqi y su participación en SQM, China controla casi un tercio del salar de Atacama–donde están las mayores reservas de litio del mundo– y quiere ir por más; las exportaciones chinas son las que forzaron a la CAP a cerrar Huachipato; un gigante chino es dueño de una de las mayores salmoneras; y, en los últimos años, capitales chinos han venido haciendo apuestas fuertes al negocio agrícola y en inversiones en proyectos de infraestructura.

A eso hay que sumar BYD y Tingaran, dos gigantes chinos que quieren entrar fuerte en la producción de cátodos de litio para baterías de autos eléctricos. De los sectores importantes, el financiero es uno en el que no tienen presencia por ahora, pero hace meses que hay rumores de dos bancos chinos buscando una entrada, ya sea orgánicamente o a través de una compra.
China muestra los dientes. Tanto en la disputa entre Tianqi y SQM como en la pelea entre Joyvio y el empresario Isidoro Quiroga por la venta de la salmonera Australis. En paralelo hay una operación de lobby en el Congreso, en ministerios, reuniones con el ministro de Hacienda y en La Moneda.

Según datos de InvestChile, la agencia pública que promueve la inversión extranjera en el país, los negocios chinos aumentaron . Mientras que en 2016 InvestChile tenía solo cinco proyectos en su cartera, con un valor de US$310 millones, al cierre de 2023 había 21 proyectos en diversas etapas de desarrollo, por un valor total de más de US$4.250 millones. Es decir, un crecimiento de 1.370% en apenas siete años.

Una plataforma hacia el abismo: el peligro de la doble dependencia

“Queremos ser la plataforma de china hacia América latina” menciono Boric en octubre del 2023. En ese momento anuncio que buscaría acelerar los permisos en hidrogeno verde y minería, y asi lo hizo.

Boric, anunció en Pekín una inversión “de más de 250 millones de dólares” por parte del grupo chino Tingaran, especializado en litio que, según el mandatario, creará “cientos de puestos de empleo” en el municipio de Mejillones, ubicado en la región de Antofagasta, a 1.638 kilómetros al norte de Santiago de Chile.

¿Estados Unidos se quedará de brazos cruzados con respecto al litio? No lo creo. El mensaje fue claro durante la visita a Chile de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen. La mujer más poderosa de Washington y una de las más influyentes del mundo, se tomó el tiempo de ir por 12 horas a Antofagasta a visitar la planta de litio de Albemarle, el productor norteamericano que produce en el salar de Atacama y es uno de los grandes rivales de SQM y Tianqi en el mercado global.

Es una disputa doble, no es de agrado de la casa blanca que su principal competidor controle la cadena de suministros en Chile.

State Grid es el grupo estatal chino que controla las distribuidoras CGE y Chilquinta y la transmisora Eletrans, lo que lo hace el mayor operador eléctrico del país. Además, hoy inversionistas chinos controlan Pacific Hydro, una generadora hidroeléctrica que pretende crecer en energías renovables, y China Southern Powergrid, que tiene el 28% de Transelec, la mayor empresa de transporte eléctrico del país.

Depender a este nivel, ni los Chinos lo permitirian en su propio pais. “Sería una muy mala señal que los chinos siguieran metiéndose en el sector eléctrico chileno, por reciprocidad, pues China no permitiría que otro país tuviese el 30% de su sistema eléctrico”, plantea el propio Pierotic, de Bofill Mir, un estudio de abogados que asesoran a la burguesia chilena en su relacion con China.

Esta politica nos puede llevar a un avismo. Es urgente que la clase trabajadora y la izquierda de una respuesta frente a la profundización de saqueo y doble dependencia que tiene el pais.

¿Por qué es urgente la nacionalización de las industrias estratégicas bajo control obrero?

El capital financiero internacional globalizado está recorrido por una feroz competencia de empresas y de Estados, que exige libertad de mercado para los países saqueados como el nuestro mientras impone protecciones arancelarias en función de los intereses de cada potencia y sus clases dominantes.

En esta competencia feroz chile esta en medio de una disputa, dependiendo de dos grandes potencias, por un lado la categórica mano del imperialismo norteamericano que hunde sus garras hace décadas en los recursos naturales como el cobre y que ha cumplido un papel reaccionario en la política interna, y ahora la gran potencia China que busca ampliar su nicho de negocios.

Las tendencias al proteccionismo, crisis económica y desequilibrios vuelven mucho más frágil esta relación. Por eso es urgente una izquierda que pelee por nacionalizar los recursos naturales y empresas estratégicas bajo control de las y los trabajadores, que en manos de empresas imperialistas y superpotencias pueden ubicarnos en medio de enfrentamientos que no son los de la clase trabajadora y por el contrario, como la demuestra la crisis en Huachipato pueden dejar a miles de familias en las calles.

Medidas como estas deben ir acompañadas de la pelea por el monopolio del comercio exterior y la nacionalización de los puertos, donde sean los trabajadores quienes decidan la relación entre importaciones y exportaciones, en una economía planificada desde abajo, combatiendo la fuga de capitales que es la base del saqueo capitalista en nuestro país.


Alejandra Valderrama

Redacción La Izquierda Diario Chile. Valparaíso, Chile