Don Oton Solís, un personaje de la burguesía costarricense que siempre ha tenido la pretensión de colocarse en un plano moral superior para sentar cátedra a sus semejantes.
Jueves 30 de noviembre de 2023
Don Oton Solís, un personaje de la burguesía costarricense que siempre ha tenido la pretensión de colocarse en un plano moral superior para sentar cátedra a sus semejantes, hizo un comentario en La Nación del lunes 27 de noviembre, donde ubica claramente el origen de la tragedia que se vive en Gaza: “(…) creo que la resiliencia del conflicto entre Israel y los palestinos (apoyados por otros países de la región) radica en una gigantesca injusticia cometida contra el pueblo palestino: la permanente invasión y ocupación israelí de grandes partes de su territorio por medio de la fuerza militar y el apoyo incondicional de Estados Unidos”.
Esta posición correcta sobre el origen del conflicto, que nadie dentro de la burguesía costarricense ha sido capaz de externar, pues siguen acríticamente la posición del sionismo y las potencias imperialistas que respaldan a Israel, no lo hace desdecirse, sin embargo, del apoyo incondicional al estado hebreo. Una contradicción que termina llevándolo a asumir (aunque de forma vergonzante) la posición que votó unánimemente la Asamblea Legislativa (Frente Amplio incluido), de justificar el genocidio en Gaza por las acciones “terroristas” de Hamas.
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“Hay sectores que no aceptan la existencia de Israel y desde ahí se gestan tensiones y actos lamentables.” Detrás de esta frase lo que se esconde es que don Oton Solís le niega a los palestinos el derecho a resistir la expulsión de sus tierras. Podemos criticar los métodos de la resistencia de las masas palestinas y de sus organizaciones (que no son ni obreras ni socialistas) pero lo que hacen don Oton (y muchos burgueses preocupados por los derechos humanos … ¡de los colonos israelíes!) es en realidad condenar la resistencia palestina. Las potencias imperialistas apoyan incondicionalmente a Israel, precisamente por eso. Frente al saqueo intensificado que realizan de los recursos de los países de la periferia, la resistencia palestina es el peor de los ejemplos.
La Franja de Gaza vive asediada por aire, mar y tierra por el ejército israelí. Es un campo de concentración gigantesco, donde nada entra ni sale sin ser sometido al control israelí, que priva a la población gazatí de los abastecimientos e insumos necesarios para la sobrevivencia y la actividad económica normal. Como si esto fuera poco, periódicamente, cuando hay acciones de la resistencia palestina para enfrentar el bloqueo, sufre violentas campañas de bombardeos, la más brutal y genocida de las cuales es la que está en curso.
No compartimos la estrategia y los métodos de Hamas, pero es de una tremenda hipocrecía condenar la toma de prisioneros civiles por parte de Hamas y justificar al mismo tiempo el genocidio en Gaza por el derecho de Israel a garantizar su seguridad, cuando en las cárceles de Israel hay 900 niños y niñas palestinos sometidos a todo tipo de torturas y vejámenes, y más de 5000 luchadores palestinos se pudren en las mismas. El crimen de estas niñas(os) y de los luchadores palestinos es oponerse con piedras a los buldózeres del ejército israelí cuando destruyen sus casas y sembradíos para ampliar las colonias de fundamentalistas religiosos judíos.
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Es interesante oír a los colonos israelíes “sobrevivientes” de la irrupción de Hamas en la frontera el 7 de octubre, en las declaraciones que hacen como parte de una campaña de los grandes medios de prensa a nivel internacional para sostener a Israel: dejan entrever en medio del odio y el desprecio hacia los palestinos a los que robaron sus tierras que muchísimas víctimas se produjeron en los combates. La prensa israelí (Haaretz, conforme a informaciones militares) también ha informado que los milicianos de Hamas aparentemente se encontraron de pura sorpresa con el Festival Juvenil que se realizaba a una veintena de kilómetros de Gaza y que la mayoría de los jóvenes muertos son resultado de fuego cruzado. Don Otón pareciera que ignora que no hay colonos desarmados, y que en la Palestina Ocupada no se da un paso sin topar de frente con soldados israelíes armados hasta los dientes.
Lo que sí aparece a todas luces son los bombardeos atroces que realiza el ejército israelí sobre Gaza, destinados a provocar el mayor número de víctimas ente la población civil con el objetivo de quebrar la resistencia de masas en torno a Hamas. Las ejecuciones de civiles palestinos por parte de los soldados sionistas, están siendo documentadas por los organismos de Naciones Unidas presentes en Gaza. Se han ensañado particularmente contra las mujeres, a las que parecen odiar visceralmente por "parir terroristas".
Por supuesto que don Oton, desde la posición de superioridad moral en la que le gusta colocarse, también critica a Israel. “Estos actos justificaban acciones militares de Israel para liberar a las personas secuestradas y para derrotar a Hamás, y acciones de inteligencia para impedir que esa organización recupere la capacidad para otro 7 de octubre. Sin embargo, Israel, en lugar de enfrentar esta guerra anteponiendo el respeto a los derechos humanos y la vida, escogió imitar la crueldad, la vileza y la sed de venganza de Hamás.” Concluyendo que no hay que ubicarse en ninguno de los dos campos por la barbarie que representan.
Don Oton iguala al agresor expansionista y colonialista, la cuarta potencia militar del Planeta, que cuenta con el respaldo incondicional de Washington y Europa, con la resistencia palestina que sólo dispone de armas artesanales y el heroísmo de sus luchadores. Con la moral del imperialismo, iguala al agresor colonialista con el pueblo oprimido que se defiende a como puede.
Don Oton Solís no ha percibido o no ha querido ver el proceso de facistización que vive Israel, en medio de la ofensiva para profundizar aún más la expulsión de los palestinos de lo que resta de sus tierras. Israel no es la “democracia del Medio Oriente”. Es un estado colonialista, teocrático (basado en la entidad religiosa judía), y racista.
La solución de “los dos estados” a la que adhiere don Oton, se ha hecho inviable por la expansión de las colonias hebreas. Los territorios para un estado palestino han quedado reducidos a una mínima expresión, asfixiados dentro el régimen de “apartheid” (separación y cerco) que mantiene Israel en Cisjordania sobre las aldeas y ciudades palestinas. La solución histórica para el conflicto apunta hacia un solo estado laico, democrático y no racista, con igualdad de derechos para todos los pueblos de la Palestina histórica, y el derecho al retorno para todos los palestinos expulsados por las campañas de terror que ha realizado el estado sionista desde el 47-48 para desposeerlos de sus tierras. Una solución que sólo puede venir de la mano de los trabajadores más clasistas y la juventud democrática y anticapitalista de ambos pueblos, una solución obrera y socialista.
Don Oton Solís se cura en salud ante estos señalamientos que hacemos, advirtiendo desde el comienzo que “…, es necesario aclarar que la reflexión sobre la moralidad de este tipo de actos no es necesaria para quienes están dominados por odios, prejuicios y fanatismos.” Bueno, ustedes me dirán que el personaje es así: un poquito pedante. ¡Con esta frase nos dejó aplastados antes de que comenzáramos a escribir una línea!
Nos gustaría, sin embargo, que don Oton nos indique, como iluminó a los gobiernos del PAC para que no estuvieran en el campo de la barbarie de Israel. En los ocho años de Luis Guillermo Solís y Carlitos Alvarado, para expandir las colonias, no faltaron masacres de palestinos en Cisjordania ni bombardeos mortíferos sobre Gaza. Particularmente destructivos fueron los bombardeos del 2014.
Don Oton, aunque intente colocarse en un plano moral superior, al final se encuentra en el campo de la barbarie del estado nazi-sionista.