Nuevos miembros del gabinete. La falta de coherencia del nuevo gobierno

Mejor hubiese prometido la dicha eterna. ¿Cómo exactamente se puede erradicar la corrupción? Especialmente en países que han sido tan golpeados por las andanadas neoliberales, como Costa Rica. Las cuatro metas, en todo caso, claramente reflejan el estado actual de la sociedad costarricense, que antes ciertamente no era moralmente encomiable pero donde al menos se podía comprar comida de manera estable.

Los nuevos nombramientos del nuevo gobierno delinean un perfil político que no asustan de ningún modo. Por lo menos en los días previos a la toma del poder la imagen que emana del gobierno es la de un neoliberalismo consciente de sus propios límites aunque no por ello menos capaz de salvajismo, un cierto pragmatismo de lo que le permite o no el presupuesto del estado y las tensiones económicas internacionales (sobre todo la inflación de manera inmediata) que ha llegado hasta un posicionamiento por la renegociación de la deuda externa.

De alguna manera, el nuevo gobierno parece cumplir la utopía tecnocrática, en la cual la selección de “los mejores” administradores, mandos medios de instituciones estatales, políticos relativamente jóvenes y con experiencia se convierte en el criterio de selección. Sin embargo esto no es síntoma de mejora de la hegemonía política de un nuevo gobierno, sino más bien una demostración de lo profunda de la crisis de representación.

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El grado de falta de cohesión política del nuevo gobierno es enorme. En la prensa nacional se han hecho públicas las declaraciones del nuevo ministro de hacienda: “La semana pasada me reuní con él [el presidente]. Recibí una llamada, tuvimos una conversación, fue una conversación como profesional y ayer me llamó, me dijo que quería que estuviese en el Ministerio de Hacienda y le dije que sí.” El mejor ejemplo.

Tan falto de coherencia parece que el gobierno que Nogui Acosta, quien dirigirá el Ministerio de Hacienda, es incoherente consigo mismo. Conocido en esa cartera pues se desempeñó como viceministro entre el 2018 y el 2019, renunció tras cuestionamientos en su contra por una sociedad familiar que adeudaba varios millones de colones en impuestos. Por otro lado, el nuevo ministro de hacienda sostiene el compromiso “inquebrantable” con la disciplina fiscal. “Buen negociador” y “valiente” dijo el mandatario en conferencia de prensa. El ministro entrante dijo que la prioridad por ahora será revisar los proyectos de ley relacionados con el acuerdo del Fondo Monetario Internacional (FMI), pactado por el gobierno actual como un salvavidas financiero, para el cual Chaves ha mencionado la posibilidad de renegociación. Incluso llega al “extremo centro” de decir que todos deben de pagar impuestos, haciendo referencia a las clases burguesas y pequeño burguesas que eluden el pago de impuestos. Por supuesto lo hace hoy, no en 2018 en el punto álgido de la discusión, cuando hubiera sido impensable un ministro de hacienda defendiendo que los ricos paguen sus impuestos o que el acuerdo con el FMI no era petreo.

Similar es la posición “extrema” del nuevo director del ICE, Marco Acuña: Tenemos que evaluar si lo mejor es liberar las frecuencias” refiriéndose a la discusión sobre la mejor forma de desarrollar redes 5G.

Sin embargo los principales elementos de macroeconomía del país se mantendrán seguramente dentro de líneas de continuidad. Al menos en ese sentido el actual presidente del Banco Central Rodrigo Cubero se ha expresado de su sucesor, Roger Madrigal: él es un sello de continuidad, me parece, y en ese sentido también de tranquilidad para el país”, es decir, para los grandes empresarios.
Lo más peligroso, sin duda alguna, es la posición de Mónica Araya como futura jerarca de INS. Araya es expresidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco) y ha sido miembro de la junta directiva de la Promotora del Comercio Exterior (Procomer). ¿Un acercamiento más serio a expoliar las pensiones?

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Dos alas, una más claramente neoliberal y una más del centro, más cercana a las instituciones estatales, son las corrientes de la inconsistencia política del gobierno. Pero que no quepa duda alguna, en caso de un cambio brusco en la economía o en la política, este gobierno, con formas de centro o formas neoliberales, continuará la política de empobrecimiento para las grandes mayorías.

El futuro económico del país es cada vez más oscuro. La dependencia económica al mercado internacional de una economía tan débil, combinado con el persistente ataque al salario, hace que la pobreza se expanda. Y Chaves no está por romper con la dependencia ni en dejar de atacar el salario.

Por lo demás dos cosas resultan llamativas. En primer lugar el paso de la diputada liberacionista Yorleny León al gobierno. No ha quedado claro de si fue al menos un hecho consultado a las expresidencias del partido o si la diputada se ha movido solamente para informar a Liberación del hecho consumado. En todo caso, es una menos en la orientación que ha dado la ex presidenta Chinchilla respecto de la emergencia de nuevos dirigentes partidarios.

En segundo lugar la diputada frenteamplista Sofía Guillén, que ha dicho que el nuevo gobierno es neoliberal. Resulta extraño en tanto el gobierno está anunciado, al menos, políticas similares a las del Frente Amplio, como la renegociación con el FMI o la ley para quitar las credenciales a miembros del legislativo.

Por ahora quedan qendientes de nombrar quedan puestos clave como el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), el de Agricultura y Ganadería (MAG) y el de Turismo, así como la presidencia de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope).

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