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Estado Español

CRISIS EN EL PSOE. La federación andaluza del partido y el PSC escenifican la división interna del PSOE

El secretario de Organización de los socialistas andaluces admite la decisión de la federación de abstenerse para favorecer la investidura de Rajoy. Iceta, líder del PSC, se mantiene en el "no".

Ivan Vela @Ivan_Borvba

Lunes 17 de octubre de 2016

La comisión ejecutiva del partido socialista andaluz decidió de forma oficial, por primera vez, mantener una posición de abstención en el siguiente debate de investidura. Así lo ha hizo saber a los medios el secretario de Organización de los socialistas andaluces, Juan Cornejo.

Para el número dos del PSOE andaluz, la abstención no le provoca "urticaria", al mismo tiempo que ha justificado que el partido socialista no puede "permitir unas terceras elecciones". Cornejo argumentó que ante la imposibilidad de presentar una alternativa de gobierno, el PSOE "no puede estar bloqueando la situación".

Cornejo se pronunció ayer lunes en la misma línea que los portavoces de la gestora, asegurando que todos los diputados tendrán que acatar la decisión del Comité Federal. Afirmación en clara alusión a los voces discordantes que llegan desde el PSC.

En esta línea, más cercana al toque de queda que al diálogo, el mismo Cornejo profundizó sus advertencias a los socialistas catalanes, asegurando que él mismo, antes de desobedecer las normas del Comité Federal, entregaría su acta de diputado.

Ya en alusión directa, el secretario de Organización tuvo tiempo de dirigirse explícitamente al líder del PSC, asegurando que "hay que hablar mucho con Miquel Iceta y con el PSC para que forme parte del proyecto en el que está".

Con estas declaraciones, el "sector golpista" del PSOE empieza a hacer carne su victoria política dentro del partido. Si tras los primeros días después de la renuncia de Pedro Sánchez como secretario general del partido, desde la gestora se remitía al acuerdo y cohesión interna, y desde la federación andaluza se "lloraba" la crisis del partido, ahora estos sectores empiezan a imponer su política.

Apretados por la impaciencia que la crisis de gobernabilidad inyecta a los tiempos, los Díaz, Cornejo y Vara no han podido perder más tiempo. En este sentido, el mismo Vara, presidente de la Junta de Extremadura, ha vuelto a expresar públicamente la necesidad de abstenerse para facilitar un gobierno. Ha asegurado que "a nadie le gusta la idea de que gobierne el Partido Popular, pero que existen opciones de hacer una oposición interesante". Además se volvió a referir a la petición de bajar la decisión de la investidura a las bases. Respecto a este asunto, Vara afirmó que "se podría hacer o no, ya que no es normativa del partido", a la vez que justificó que cuando las decisiones se bajan a las bases "se pierden los matices, es todo blanco o negro".

La reelección de Iceta y el "no" a Rajoy

Tras su reelección como líder del PSC, Miquel Iceta fue claro, el PSOE debe bajar a las bases la decisión. Para Iceta, es necesario escuchar "a la militancia, a los miles de militantes socialistas", y aseguró que permitir la investidura de Rajoy con la abstención "no es la voluntad de la militancia ni de los votantes socialistas".

Iceta, al igual que Núria Parlon (la otra candidata en las internas del PSC), defendió el "no" a Rajoy como bandera de su candidatura. Si bien Parlon abogaba por romper la disciplina de voto si el PSOE se mantenía con su abstención, Iceta busca convencer al Comité Federal del PSOE de que la decisión la tome la militancia. Algo que a día de hoy, y se presupone que no va a cambiar, es una quimera.

El partido socialista, con la federación andaluza a la cabeza, puede que acabe imponiendo su voluntad política por el mayor peso que mantiene en el seno del aparato. Pero ni mucho menos es el final de la crisis del PSOE, sino más bien el inicio de un camino oscuro con varias aristas. Habrá que ver las consecuencias estructurales dentro del partido, la crisis de cara a su militancia y la legitimidad de sus líderes, cuando las demandas de la Troika tengan que "pasar" con su apoyo.

Quizá en la segunda sesión de investidura el Régimen del 78 consiga formar gobierno, quizá consiga, no sin sufrimiento para sus intereses, una victoria a corto plazo. Pero no cabe duda que el coste, la profunda crisis aún sin final visible, de la pata social liberal es una derrota que a medio y largo plazo, puede ponderar más que esta victoria.