Con esta frase comienza su posteo en Facebook un trabajador de LATAM con la foto de una de sus compañeras que junto a él encabezan desde hace semanas la lucha contra el cierre y el vaciamiento de la empresa aeronáutica. La reivindicación de una foto necesaria, entre tantas que llenan los medios y las redes sociales.
Jueves 30 de julio de 2020 18:56
Foto: Krestapepe | LID
Sabemos que el uso que se hace de las imágenes tanto en los medios de comunicación como en las redes no es ingenuo. Las empresas periodísticas eligen las fotos que mejor expresan los intereses que solapada o abiertamente defienden, y las redes sociales muchas veces amplifican el mensaje viralizando esas imágenes y a la vez promoviendo otras que terminan recorriendo el camino inverso hacia los medios.
Una misma foto puede utilizarse o interpretarse de manera diferente según el medio que la difunde. La imagen del Ministro de Seguridad bonaerense, el teniente coronel médico Sergio Berni empuñando un arma larga en un allanamiento puede ser publicada como ejemplo de un funcionario eficiente cumpliendo su deber en la lucha contra el crimen, o como muestra visual de sus modales cargados de patoterismo machista, ejerciendo su función al estilo castrense, dando el ejemplo para empoderar a sus subordinados, preparando el terreno para cuando aumente el voltaje de la protesta social.
Así como la foto de Berni hemos visto otras durante estos meses de confinamiento debido a la pandemia por el Covid-19. Una de las primeras y más llamativas fue la del elegante yate Champagne en plena cuarentena obligatoria navegando a sus anchas por las aguas del río Paraná, timoneado por el directivo de Vicentín Gustavo Nardelli, poniendo en evidencia la impunidad con que se manejan los dueños del país. Aunque en tal caso el delito más leve cometido por el empresario fue esa violación fluvial de la cuarentena: la empresa que comanda dejó una deuda de mil millones de dólares, fugando el dinero al exterior para luego declarar la quiebra.
Vimos también en la tapa de La Nación la maratón de cientos de runners en Palermo en pleno desahogo pandémico, remitiendo llamativamente con ese título a la brutal violación en manada excusada por un fiscal de Chubut como una necesidad fisiológica. Como salir a correr.
A pesar de que las fotografías nos muestran la veracidad de los hechos, muchas veces son utilizadas por los medios para construir un relato propio, de la clase a quien representan.
Otras imágenes de estos meses muestran la situación de quienes más están sufriendo los efectos de la pandemia. Los jubilados en la calle obligados a hacer largas colas para cobrar sus magros haberes protagonizaron a comienzos de abril las primeras escenas dramáticas e indignantes de la cuarentena. Luego, empezando mayo se multiplicaba la imagen de Ramona Medina, referente de La Poderosa en la Villa 31, fallecida por coronavirus días después de haber denunciado la falta de agua en el barrio. Las imágenes de su desesperado reclamo no fueron tan difundidas como su retrato luego de conocida su muerte. También vimos en este tiempo de confinamiento fotografías que dan cuenta de las numerosas víctimas de violencia policial a lo largo del país, como el trabajador rural Luis Espinoza, desaparecido y asesinado por la policía de Tucumán, o los rostros golpeados de los jóvenes de una familia Qom atacada y violentada por la policía de Chaco. Y más recientemente el rostro multiplicado de Facundo Astudillo Castro en diversas imágenes que acompañan las iniciativas organizadas para reclamar por su aparición con vida y para denunciar la responsabilidad policial y gubernamental en su desaparición forzada, de la que hoy se cumplen tres meses.
Pero después de tantas imágenes de miserias y tristezas, hace unos días vimos otra foto, no tan difundida pero muy significativa y emotiva. Una imagen que representa a quienes mueven el mundo. El miércoles pasado los trabajadores y trabajadoras de LATAM encaraban varias actividades para visibilizar la lucha por mantener sus fuentes de trabajo: una caravana por la Avenida Costanera, una concentración frente a la terminal del aeroparque, y otra frente a los hangares de la empresa. Allí sobre la Avenida Cantilo cubriendo para La Izquierda Diario Multimedia, nuestro compañero @Krestapepe se encontró con una postal de lucha: una trabajadora trepada a la reja de la empresa con el puño en alto arengando en apoyo de sus compañeros apostados dentro, que vienen evitando que se lleven los aviones para vaciar la compañía y dejar a mil setecientas familias en la calle. El encuadre muestra a la mujer en el centro, detrás la reja y por encima el logo de la empresa que fue modelo del capitalismo latinoamericano. El gesto de lucha, la máscara negra sobre la cara y hasta una prenda roja por la espalda a modo de capa aumentan la épica de una imagen necesaria: mujeres trabajadoras encabezando la lucha contra la precarización del trabajo que vienen imponiendo las empresas, aprovechando la pandemia para sacar ventajas a costa de las condiciones laborales, reduciendo salarios, flexibilizando, achicando planteles, vaciando compañías que se cansaron de levantarla en pala.
Después de semanas de imágenes ilustrando malas noticias, o de fotos que intentan la identificación con intereses ajenos, la foto necesaria, la foto que hacía falta era una foto propia, de las y los trabajadores, que muestra el protagonismo de las mujeres en las luchas de esta época. "Si en realidad queremos transformar la vida, tenemos que aprender a mirarla a través de los ojos de las mujeres" dijo León Trotsky. La foto que hacía falta nos habla de esa mirada.