Para hacerle frente a la crisis, porque las vidas trabajadoras importan y porque nuestra salud vale más que sus ganancias.
Jueves 6 de agosto de 2020 14:30
A partir de este sábado miles de trabajadores estamos organizando encuentros nacionales de distintos sectores. De Jujuy hasta Ushuaia, desde Buenos Aires a la cordillera, queremos organizar a todos los trabajadores y jóvenes del país que no nos resignamos a que esta crisis social, económica y sanitaria la paguemos nosotros, mientras los de arriba, los dueños de todo, se llevan millones.
Estos encuentros serán continuidad de las diversas asambleas, campañas y acciones que hemos impulsado estos meses de cuarentena y crisis, junto a miles de trabajadores a lo largo y ancho del país. ¡Tenemos que ir por más!
Somos conscientes de que la situación empeorará. No nos la tienen que contar, porque la vivimos. Pero no queremos acostumbrarnos ni naturalizar lo que estamos atravesando, ni a lo que se viene.
A que los trabajadores de la salud, que nos cuidan, se mueran porque no se toman las medidas elementales para protegernos. Que los docentes tengamos que hacer malabares para que los pibes tengan derecho a la educación, mientras prima el hambre en los barrios condenados a bolsones de comida para sobrevivir. A que a los jóvenes de los call, nos quemen la cabeza con el teletrabajo, atendiendo miles de llamadas por dos mangos. Que los repartidores, pedaleemos todo el día, para llegar a fin de mes sin poder ni comer los platos de comida que transportamos, arriesgando nuestra vida y salud en cada pedido por menos de 100 pesos, mientras nos quieren imponer que ese sea el futuro del trabajo para la mayoría, en el siglo del desarrollo de la ciencia y la técnica.
Que los que laburamos en la alimentación, el Smata o metalúrgicos, estemos expuestos a los contagios, mientras producimos las riquezas que los capitalistas nos expropian, mientras nos suspenden y rebajan los salarios en acuerdo con las burocracias sindicales de todos los colores peronistas. Que los trabajadores del agro, los golondrinas, contemos las monedas, mientras los dueños de las tierras especulan con lo que producimos, para vender nuestras riquezas cuando más le conviene, mirando el valor del dólar, esa moneda verde que no conocemos. Los que no creemos que un combo de papas fritas y hamburguesa, valga más que nuestra salud y la de nuestras familias, por salarios que no llegan ni al mínimo vital y móvil, mientras el payaso yanqui se nos ríe en la cara. Como los pibes de los comercios, donde para los empresarios vale más “vender y vender” cualquier cosa, que no exponernos a los contagios. De los que construimos, hacemos las mudanzas y mantenimiento, en las casas de los ricos, mientras el sueño de un techo propio se aleja en el horizonte. Mientras los jubilados hace meses estamos encerrados en nuestras casas, mirando cómo la paritaria de los bonistas fue millonaria; y nosotros, los que trabajamos toda la vida, tengamos que elegir entre comprar remedios o comer, y no nos sobre ni para un juguete para nuestro nieto, cuando en la TV, la publicidad nos anuncia que se viene el día del niño.
Hablamos en plural, porque somos cada uno de nosotros y nosotras, parte de la clase trabajadora, los esenciales, que hacemos mover el mundo. Y en plural, porque no nos divide nuestra edad, ni el género, ni forma de trabajo, contratación, ni donde nacimos, ni donde vivimos, ni cuánto cobramos, ni en qué gremio estamos. Porque somos los que tenemos todo en común, y nada que ver con los banqueros, los grandes empresarios a los que subsidia el Gobierno, a los que le dan beneficios impositivos y moratorias para sus deudas, votando leyes a favor de sus intereses, como la de teletrabajo o la que legaliza la precarización en las apps, entre otras. Y en eso no hay grieta, desde el Gobierno hasta Cambiemos acuerdan en esas medidas, que son las que más nos perjudican, mientra alza nuestra voz Nico del Caño en el Congreso, al que tenemos que acompañar con la fuerza de miles de laburantes organizados en los lugares de trabajo, para ganar las calles, y no regalarselas a la derecha, apenas las condiciones de la pandemia y cuarentena lo permitan.
Hablamos en plural, por los que no nos sentimos invitados a la fiesta del pago de la deuda que se hace en Wall Street, mientras millones se levantan en el corazón del imperio cuestionando el racismo y la violencia policial, poniendo en cuestión el orden establecido y al propio Trump.
En estados Unidos se viven las movilizaciones más grandes desde hace décadas que ponen en jaque a Trump y cuestionan el orden establecido en el corazón del imperio, pero acá te festejan el rescate a los lobos de Wall Street como si fuera una epopeya. Cuanto relato.
— Nicolas del Caño (@NicolasdelCano) August 5, 2020
Lejos estamos de la fiesta que se paga con el bono de Caputo (que tan ha sido criticado y quieren que nos olvidemos) que endeudó al país por 100 años, que convalida la condena a la decadencia nacional y nuestro futuro, cuando esa plata no se sabe dónde está, porque ni siquiera fueron capaces de investigarla, cuando se acerca el FMI a pelear por lo suyo, a cambio de qué y de quienes: ¿de nosotros? ¡No!
Leo en los diarios, que 2 de cada 4 trabajadores no están laburando. Que se prevé que el 63% de los niños y niñas del país sean pobres o estén en la indigencia. Que 1 cada 5 está peor que antes de la cuarentena. Crecen los casos de gatillo fácil, seguimos buscando a Facundo y los medios presionan a que haya un mayor control social.
Pero para lo que ellos son estadísticas, para nosotros es nuestra vida. Es nuestro viejo que se quedó sin laburo, nuestro hermano que no cobra ni la IFE, nuestra vieja que está suspendida, nuestra abuela que llora porque no nos ve y no le alcanza. Nuestra amiga que no sabe dónde va a conseguir un laburo para ayudar a su familia y poder seguir estudiando. Nuestro vecino que nos golpeó la puerta anoche y nos pidió con vergüenza, como si fuese su responsabilidad, un plato de comida; y cuando se fue me preguntó: ¿y Facundo dónde está?
Sabemos que estamos en una difícil. Que no es fácil y que acá nadie se salva solo. Que los que gobiernan, son del mismo signo de los que dirigen sindicatos y organizaciones sociales, que ni amagaron a poner "la fuerza de los fuertes" en la calle, a principio de año, cuando ya sabíamos que los bonistas y el FMI venía por nosotros: la mayoría.
Pero si los que no queremos agachar la cabeza, y arrodillarnos frente a lo que nos sucede damos un paso adelante, e invitamos a otros que están en la misma a darlo, prepararemos entonces la respuesta a lo que se viene. Para no regalarle a los burócratas los sindicatos que son las herramientas de los laburantes, para pelear junto a los que no tienen siquiera organización porque las conducciones sindicales les dan la espalda; junto a los que se quedaron sin laburo porque no hay decreto que los empresarios cumplan cuando no les conviene, a los que están condenados a una IFE que este mes se termina, y por los que laburaron toda su vida y defendimos en las calles ese 18 de diciembre de 2017, cuando miles dijimos que con ellos no se metan.
Porque si nos tocan a unx, nos tocan a todos. Porque no nos resignamos a ser nosotros, la mayoría, los que paguemos esta crisis: a partir de este sábado y los días siguientes, desde cada rincón del país, desde cada gremio, provincia y barrio, en simultáneo, seamos miles organizados porque las vidas trabajadoras importan y nuestra salud y la de nuestras familias vale más que sus ganancias.
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