El conflicto educativo empezó hace tres semanas con el paro docente y siguió contra el presupuesto de ajuste. La marcha federal se puede convertir en una jornada nacional que unifique y fortalezca la pelea para derrotar el ajuste a los trabajadores y estudiantes.
Martes 28 de agosto de 2018
De un lado del ring están Cambiemos y gobernadores, largando argumentos delirantes como que en la universidad pública hay demasiados profesores por cada estudiante, o que el aumento salarial hasta el momento “acompaña la inflación”. Nadie que esté o haya pasado por una universidad pública podría creer esta alucinación.
Hoy el ajuste pega cada vez más en los bolsillos, mientras los especuladores financieros se la llevan en pala. No es que no hay fondos para educación, la plata está pero va a ellos y al FMI.
Este año hasta julio se fugaron 20 mil millones de dólares, y se van a pagar 78 mil millones de dólares en deuda pública. Eso significa que por día se pagan 213,7 millones, por hora 8,9 millones, y por minuto 148 mil ¡todo en dólares!
Lo que se paga en deuda pública es el equivalente a 23 presupuestos universitarios. Nos quieren tomar el pelo. Ahora es cuando se están robando el presente y el futuro. Los que salen ganando: banca internacional como JP Morgan, y buitres como Black Rock o Templeton.
No esperar que se imponga el saqueo
Hay quienes dicen que no queda otra que bancarla porque “hay 2019”, ¿quieren sentarse a ver cómo el país queda en ruinas? Ellos dividen las luchas, terminan siendo cómplices de que pasen los ataques, y se imponga el nuevo saqueo.
Desde los cálculos y la rosca del peronismo para competir en elecciones, hasta la pasividad que empujan las cúpulas de los sindicatos empezando por la CGT y siguiendo por las direcciones estudiantiles Franja Morada, UES/PJ y kirchnerismo. Piensan en ganar sus espacios de poder y negociados, no en las necesidades del pueblo trabajador y estudiantes, cuando se está mostrando una fuerza enorme para derrotar los planes de ajuste.
La comunidad educativa, el movimiento de mujeres, la resistencia a despidos, y la respuesta de los trabajadores del Astillero a los ataques de Vidal. La pelea por la educación pública puede ser una voz que una todos los reclamos de los que vivimos la carestía de vida, inflación, tarifazos, y despertar una gran lucha contra el ajuste de Macri, el FMI y los gobernadores.
Gana la educación pública, o gana el FMI
Del otro lado del ring el conflicto universitario suma apoyo en todo el país. Tomó fuerza frente a la escandalosa propuesta de 10,8% de aumento salarial para los docentes. La inflación de este año llegaría al 32% mínimo. Este lunes el Ministro Finocchiaro volvió a la propuesta inicial y ofreció un 15%. Todos los gremios lo rechazaron.
No sólo es un ataque a los docentes sino a la educación pública en su conjunto, como parte de un ajuste que les pega principalmente a los trabajadores. El movimiento estudiantil salió a la cancha para apoyar el paro pero también para decir en las calles que los planes del FMI no van a pasar sin resistencia.
La realidad es que no alcanza para el boleto, para llegar a fin de mes, para bancar los libros y apuntes. Cada vez es más difícil encontrar laburo y los que ofrecen, es bancar que exploten por dos mangos. Va a aumentar la deserción.
La consigna que se viene levantando para encabezar la marcha de este jueves es “No al pago de la deuda y al FMI, plata para educación”, y poniendo en el centro cómo se puede derrotar este saqueo para dar respuesta a los problemas no sólo educativos, sino de trabajo, vivienda, salud. Es lo que propone En Clave Roja en las conducciones de los Centros de Estudiantes de Filosofía y Letras UBA (CEFYL), de Universidad General Sarmiento (CEUNGS), de CECSEA en Universidad Nacional de Quilmes, y en cada facultad del país.
Cambiemos junto a los gobernadores quieren votar un presupuesto nacional 2019 de acuerdo a las condiciones que pone el FMI: de piso hablamos de un recorte de 200 millones de pesos, de los cuales se supo que 88 millones serían al gasto social: jubilaciones, asignaciones universales por hijo, etc. Los votos, como en diciembre con el robo a los jubilados, se los daría el PJ.
Lo que se paga en deuda pública también podría ir para el sistema de salud público, los servicios esenciales que no paran de subir, el transporte y la obra pública que podría mejorar la calidad de vida de millones.
la fuerza está: son ellos o nosotros
Mientras tanto, este año irrumpió la marea verde y con ella una nueva generación de pibas y pibes dispuestos a organizarse, cuestionando a un Estado que banca a la Iglesia mientras miles de mujeres mueren por abortos clandestinos. Mostró una fuerza imparable.
Se chocó con enemigos poderosos, que en el Senado lograron los votos de peronistas y radicales contra la vida de las mujeres. Pero no baja los brazos. Ahora son las mismas que llevan el pañuelo verde –y el naranja- a las asambleas y movilizaciones en defensa de la educación pública. Que también cuestionan la injerencia religiosa en ella, como en Córdoba votando en asamblea de forma unánime sacar la virgen de la Facultad de Derecho.
Movilizaciones masivas por la educación recorren Mendozao Córdoba, con más de diez mil personas. También en Rosario, Jujuy, Neuquén y en todo el país. En La Plata los estudiantes salieron en defensa de los trabajadores del Astillero Río Santiago, y en zona norte se organizan con terciarios y docentes de media e inicial para frenar los ataques.
Esa es la unión que temen. El descontento que se siente por abajo puede despertar a muchos más. El movimiento estudiantil puede ser punta de lanza de una lucha para tirar abajo el ajuste en marcha.
Por una marcha federal masiva a Plaza de Mayo
La marcha federal el jueves 30 puede abrir un nuevo momento y poner en cuestión el presupuesto nacional. Proponernos que no haya ninguna normalidad en las facultades esta semana, que se llenen los pasillos de organización y realizar acciones más contundentes en Buenos Aires para romper el cerco mediático y convocar masivamente a movilizarnos el jueves.
Es necesario que el 30 se transforme en una gran jornada nacional de lucha, con cortes desde temprano y que los estudiantes de todas las provincias coincidan en un mismo lugar donde puedan marcar quiénes son los enemigos: que confluya hacia Plaza de Mayo.
En el Ciclo Básico Común de Filosofía y Letras (UBA) se puso en pie una comisión de base donde los estudiantes pueden debatir, organizarse y decidir democráticamente. Si ese ejemplo se multiplica en la UBA, puede romper con la rutina de centros de estudiantes vaciados por peronistas y radicales. Que los centros se basen en asambleas democráticas y masivas, con medidas que unan con los docentes, la única forma de derrotar al gobierno.
La clave será, entonces, preparar la pelea en cada facultad y colegio. Ellos son los dinosaurios que votan el aborto clandestino y el ajuste a la educación, la salud y el trabajo. Nosotros, los docentes y estudiantes que queremos unirnos a los trabajadores de todo el país para torcerle el brazo al gobierno.
El 30 se tiene que convertir en un día histórico de lucha, una apuesta a transformarse en la avanzada que convoque a un paro nacional de todos los trabajadores para derrotar el ajuste.