El presidente de la gestora socialista, Javier Fernández, anuncia que el próximo Comité Federal se reunirá en enero y adelanta que no hay siquiera fecha estimativa para el Congreso del partido.
Ivan Vela @Ivan_Borvba
Lunes 28 de noviembre de 2016
Foto: EFE
El presidente de la gestora, Javier Fernández, fue claro ante los medios. El próximo Comité Federal será en enero y aún no existe fecha, ni tan siquiera estimativa, de cuando será convocado el Congreso ni por ende de cuando éste se celebrará.
La gestora mantiene rumbo fijo alejándose cada vez más de su categoría de provisional y decidida a cerrar, a su modo, las heridas abiertas actualmente en el partido socialista. Si Susana Díaz y Felipe González dieron aquel “golpe de mano” interno, que aceleró la ya de por sí aguda crisis socialista, fue para intentar zanjar las heridas del partido según sus métodos, aunque sin mucho éxito hasta la fecha.
En el tablero aún quedan en pie fichas que sumarán un coste y un desgaste a la gestora y a los barones, que además son de especial trascendencia para el devenir de la formación.
Por un lado, Pedro Sánchez continuará en Asturias su camino de reagrupar fuerzas y sumar apoyos entre la militancia para presentarse al futuro Congreso del partido lo más fuerte posible. Tras visitar Valencia, Sánchez visita nada más y nada menos la comunidad autónoma de la federación que dirige precisamente Javier Fernández. Al ser preguntado por esta cuestión, el presidente de la gestora se ha limitado a afirmar que “él sabrá lo que hace”.
Por otro lado está la cuestión del PSC y su relación con el PSOE, definida hasta la fecha por el protocolo de 1978. Desde los sectores más duros del PSOE (federación andaluza a la cabeza), no se cansan de repetir que “la asimetría se ha acabado”. Demandan que ese protocolo se revise, y en especial, el punto que determina que el PSC cuente con miembros de su formación dentro de los órganos directivos del PSOE.
Miquel Iceta, secretario de PSC, busca tejer hilos y calmar las aguas y ha iniciado una gira que le ha llevado a reunirse con Javier Fernandéz y con la misma Susana Díaz. Para Iceta, lo que ha faltado en el PSOE ha sido “diálogo y explicaciones”.
En referencia a la visita a Susana Díaz, el mismo Iceta se ha apresurado a afirmar que esa reunión no suponía “un acercamiento” a la líder del PSOE-A, sino que consideraba lógico que tras visitar al presidente de la gestora, la siguiente debía ser la secretaria de “la federación más importante”.
No obstante, entre tanto puente a la colaboración, Iceta ha aprovechado para mantenerse firme. Ha asegurado que la opción de sacar a los miembros del PSC de los órganos de ejecutivos del PSOE provocaría que los diputados de la formación catalana no se vieran obligados a seguir la disciplina de voto.
Iceta estima que, si bien el PSC viene en una caída electoral, es la marca de los socialistas en Catalunya. Además es presumible que una formación independiente del PSOE, que además viene bajo el brazo con el “pan” de facilitar el gobierno de Mariano Rajoy, sería poco menos que una fuerza política marginal.
Tampoco ha obviado el asunto del Congreso y el rol de la gestora. Iceta lo tiene claro; “el papel de la gestora debe ser convocar el Congreso, y su mandato lo más breve posible”. Además desde el PSC mantienen que todo tipo de cambio en el protocolo de relaciones entre ambas formaciones que surja de la comisión negociadora puesta en marcha para tal fin, no tendrá validez, pues debe ser ratificado precisamente en un Congreso.
Ferraz también tienen una ruta política que cumplir. Si desde la gestora aseguran que pretender “recortar la distancia con el PP”, la verdad es que los próximos acontecimientos lo van a hacer cada vez más difícil, ya que su responsabilidad como uno de los dos principales partidos del régimen le conduce a ir a remolque del partido de Rajoy en los grandes temas de estado.
El PSOE se encuentra ahora mismo negociando el techo de gasto y los mecanismos de reducción de déficit. Pero esta negociación no es más que la antesala de los presupuestos. Desde la gestora no paran de repetir que desde el PSOE no votarán a favor de los presupuestos, y que la abstención “es una opción remota”.
En este caso en particular incluso las peores memorias encontrarán motivos para desconfiar de las palabras de Javier Fernández.
Ante esta situación de frentes abiertos resulta lógico, desde la perspectiva de los barones afines a Díaz y la gestora, que el Congreso se retrase lo máximo posible. Lo que está claro es que el PSOE no sacará ningún proceso regenerador de la actual situación.
El PSOE de Susana Díaz será igual de condescendiente con los grandes capitalistas que lo que pudiera serlo un PSOE de Pedro Sánchez. Ella lo demuestra en Andalucía o con sus esfuerzos para facilitar la investidura de Rajoy. Él lo demostró aceptando la reforma del artículo 135 y pactando a las primeras de “cambio” con la derecha “cool” de Ciudadanos, muchas de las cuales se mantuvieron en su pacto con el PP. Igual que lo demostró Zapatero con su reforma laboral o Felipe González con su entrada en la OTAN, la reconversión industrial, el GAL o el “tá, pá, pá”, que diría el ex presidente.
El partido socialista seguirá siendo un “partido de Estado gerente de las políticas que se necesiten para seguir haciendo pagar la crisis a la clase trabajadora, las mujeres y la juventud. Todo esto más allá de las diferencias tácticas que de “uno y otro bando” mantengan en relación a como cerrar la crisis del partido y poner freno a una pasokización que muchos ya dan por segura.