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Red Internacional
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Opinión. La guerra en Ucrania: migración, rusofobia y el tablero europeo

Entrevista con Giacomo Turci editor del diario italiano La Voce delle Lotte y miembro de la redacción de la revista Egemonia.

Viernes 25 de marzo de 2022 17:59

Para entender algunas consecuencias de la actual guerra entre Ucrania y Rusia, reproducimos a continuación extractos de una entrevista realizada por Canal C a Giacomo Turci, antropólogo y licenciado en Geografía egresado de la Universidad de Bologna (Italia). Turci es también editor del diario online La Voce delle Lotte y miembro de la redacción de la revista Egemonia.


Ante el enorme desplazamiento de ucranianos por algunos países de la U.E, algunas voces disidentes hablan de racismo y un tratamiento diverso de los refugiados. ¿Estas de acuerdo con esta idea?

Sí, es un hecho que no ha habido un ingreso libre para todos en lo que respecta a los refugiados en Europa. Solo el pasado mes de enero, Polonia decidió construir un muro a lo largo de la frontera para detener a los inmigrantes procedentes de Bielorrusia. En general, el trato a los inmigrantes africanos y asiáticos procedentes del este no ha cambiado, a pesar de que a menudo vienen de escenarios de guerra y de crisis económicas devastadoras. Sin duda, el Mediterráneo volverá a ser este año la tumba de miles de migrantes que intentan cruzarlo.

Decenas de vídeos publicados en las redes sociales muestran a refugiados no europeos varados en las fronteras de Ucrania con Polonia, Eslovaquia y Rumanía. A estos últimos se les niega el acceso a los trenes y a veces se les reprime violentamente. De hecho, se da prioridad a los ciudadanos europeos, y por tanto a los refugiados ucranianos blancos, que desean abandonar el país, pagando incluso sus viajes a Europa central, mientras que a otros se les rechaza.

En Italia, muchos inmigrantes están experimentando ahora graves problemas y retrasos en sus papeles porque no hay suficientes recursos para seguir tanto a ellos como a los recién llegados ucranianos, a los que se ha dado prioridad. Si tuviéramos normas que garantizaran una verdadera libertad de circulación, todo esto no ocurriría, pero la Unión Europea nunca ha sido una isla feliz para los inmigrantes.

En este sentido, la retórica humanitaria de la Unión Europea se desmorona frente a su total falta de preparación para acoger dignamente a los inmigrantes en general, y su racismo hacia los inmigrantes de "segunda clase".

Los propios refugiados ucranianos se enfrentan a un periodo muy difícil, en el que su país de origen quedará en cualquier caso medio destruido por la guerra, y en el que las feroces políticas antipopulares de los distintos gobiernos difícilmente podrán integrar rápidamente a nivel socioeconómico a unos cuantos millones de personas recién llegadas, cuando ya están contribuyendo a que millones y millones de europeos caigan en la pobreza.

El mero hecho de que haya, en cualquier caso, un cierto esfuerzo para que la población civil ucraniana huya a un lugar seguro es consecuencia del deseo de la OTAN y de la UE de seguir siendo el punto de referencia político-militar para toda Europa del Este en función antirrusa. No se trata de un giro progresista de la UE, que sigue siendo una coalición de potencias cuya prioridad es mantener su propio papel hegemónico y opresor a escala mundial en alianza con Estados Unidos.

Desde el gobierno ruso y sectores afines, afirman que existe una "rusofobia". ¿Desde tu punto de vista, esto es así?

En términos generales, es cierto que los gobiernos y los grandes medios de comunicación fomentan los sentimientos de miedo y odio hacia Rusia en general, no sólo contra Putin o los oligarcas. La situación varía de un país europeo a otro.

Algunos de ellos han mantenido históricamente relaciones económicas y políticas más estrechas con Rusia, y ahora es difícil que sus gobiernos inculquen sentimientos generalizados de odio antirruso o rusofobia en la amplia masa de la población. Otros países -la mayoría de los más cercanos a la propia Rusia- se han forjado un papel en la OTAN y/o en la UE como trincheras avanzadas antirrusas, manteniendo un clima más parecido al que vivió toda Europa durante la Guerra Fría.

El ataque de un alcalde a Matteo Salvini en una visita a Polonia forma parte de este complejo panorama: aunque ambos pertenecen a partidos nacionalistas de derecha, Salvini procede de una tradición prorrusa, mientras que la derecha polaca está compactamente alineada con la OTAN y contra Rusia, y critica a gente como Salvini.

Actualmente, Italia es uno de los países en los que la rusofobia y el apoyo al militarismo están menos extendidos, mientras que en Alemania la política de rearme militar y el militarismo antirruso de la OTAN tienen, por desgracia, un consenso activo mucho más amplio.

Está claro que la rusofobia, que hoy incluye vergonzosas campañas de condena y censura de la cultura rusa y de los ciudadanos individuales como tales, es un arma ideológica útil para justificar una carrera armamentística a gran escala en Europa, algo que parecía difícil de proponer hasta hace poco.

También es una confirmación de que la izquierda "razonable" y "gobernante", alineada con las exigencias de los banqueros e industriales (en este caso la industria armamentística, que se enriquecerá increíblemente), está siempre dispuesta a llevar a cabo políticas antipopulares y peligrosas, como fue el caso de la SPD alemán, el principal partido gobernante en Alemania.

La Unión Europea anunció el proceso de incorporación de Ucrania, Georgia y Moldavia ¿Cómo fue recibida esta noticia en tu país? Es una medida que tiende a prevenir conflictos mayores o sólo logrará una mayor escalada de tensiones a futuro?

En Italia, un sector minoritario de la población (concentrado en el electorado del Partido Democrático) muestra un entusiasmo activo hacia la UE y su expansión, pero la mayoría de la gente desconfía o se desinteresa de la UE, que a menudo se ve como un mecanismo burocrático distante e incomprensible, cuyos acuerdos y tratados se dejan caer desde arriba sin que la gente entienda cómo han llegado hasta allí.

Este anuncio, en cierto modo, da la razón a los discursos de Putin cuando hablaba de que la temporada política anterior está terminando, y que se abre otra en la que el destino de los equilibrios políticos internacionales se decidirá con políticas mucho más enérgicas (es decir, militares).

Déjeme explicarle. Venimos de un periodo en el que la labor de la OTAN y la UE para ampliarse hacia las fronteras de Rusia ha sido más lenta y de "baja intensidad", ya que Putin ha respondido política y militarmente en escenarios "calientes" cercanos a Rusia como Georgia, Nagorno-Karabaj y Ucrania. Decidir integrar rápidamente, con un procedimiento extraordinario que puede generar problemas y crisis, a tres países que anteriormente han estado (al menos en parte) en la órbita de la influencia rusa, es objetivamente una escalada política, sobre todo porque el anuncio se produce antes de que se haya alcanzado una tregua entre Ucrania y Rusia.

Es muy difícil decir en este momento si la escalada político-militar en Europa del Este continuará y cómo. En general, la política internacional está alimentando tensiones que van más allá de los conflictos locales en zonas periféricas a los países "desarrollados" imperialistas, y esto podría llevar a enfrentamientos militares más importantes y directos entre la OTAN (y sus aliados) y Rusia y China.

Toda esta escalada militarista, así como los conflictos militares que tienen lugar en la actualidad, es una tragedia para las clases subalternas no sólo de estos países, sino de todo el mundo.


Giacomo Turci

Nació en Cesena (Italia) en 1992. Licenciado en antropología y geografía por la Universidad de Bolonia. Es editor del periodico online italiano La Voce delle Lotte. Actualmente reside en Roma y milita en la Frazione Internazionalista Rivoluzionaria (FIR).