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Red Internacional
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Barcelona. La hipocresía del cierre de la cárcel Modelo

Después de 113 años de existencia se cierra la cárcel situada en el Eixample de Barcelona. La hipocresía que ha seguido este desmantelamiento ha sido vergonzante.

Pere Ametller @pereametller

Jueves 8 de junio de 2017

El cierre de de la Modelo ha servido para edulcorar el presente. Se ha vendido su cierre como un progreso en derechos sociales, humanos y civiles. Obviando la realidad carcelaria presente y separándola de un pasado oscuro pero supuestamente ya superado.

En un programa especial de Catalunya Ràdio que hicieron en la Model, Jaume Asens, regidor en el Ayuntamiento por Barcelona en Comú afirmó que “Cerramos la Modelo para hacer una escuela. Ferrer i Guardia, condenado en la Modelo, estaría orgulloso”. El cinismo de Asens es sonrojante, teniendo en cuenta que el pacto entre el Ayuntamiento y la Generalitat para cerrar la Modelo incluye la construcción de una nueva prisión el la Zona Franca. El supuesto progreso consiste en trasladar las zonas oscuras del Estado capitalista del centro a la periferia.

En el mismo programa se dio voz a dos expresos de la Modelo. Incluso en esta loable acción la presentadora del programa no pudo evitar quedar en evidencia al introducir a los presos diciendo que “queremos compartir con vosotros (los oyentes), seguramente, una parte de la historia (de la Modelo)”. Si, para la señora Mónica Terribas los presos de la modelo “seguramente” también forman parte de la historia de la cárcel, pero no esta segura de ello. Este hecho que puede parecer anecdótico resume muy bien el tratamiento que se le ha dado al cierre de la Modelo: lo que menos importa es la voz de los presos porque deja al descubierto el carácter inhumano e injusto de la cárcel, sin edulcorantes de ningún tipo. Otro momento clave de la entrevista es cuando otro entrevistador quiere dejar claro que las técnicas de aislamiento del presente no se pueden comparar con las del pasado. Pretendiendo que hay un corte en la historia de la prisión y que ya no se cometen las barbaridades de antaño.

Por no hablar del locutor de radio Jordi Baste, presentador del programa matinal de RAC1, que además de hacer el programa en la cárcel durmió la noche anterior en ella, elevando a espectáculo un tema tan serio.

Hace unos días TV3 emitió un documental que trataba de dar una visión humanista de la cárcel sin analizar las causas sociales ni el componente represivo sistemático de clase que tiene la cárcel. Explicando casos individuales sin dar una visión global. Sin olvidar el blanqueo de los funcionarios de prisiones y del papel de la Generalitat que se hace.

De lo que a penas se habla en estos programas es de las denuncias por tortura que se realizan en las prisiones. Ni de que la mayoría de los presos provienen de familias de la clase trabajadora más pobre. Ni de que la mayoría de presos lo están por delitos económicos o de drogas. Ni de la nula reinserición que proporcionan las cárceles. Ni de las condiciones inhumanas que padecen los presos. Ni de los enfermos que permanecen en la prisión. Ni del régimen F.I.E.S que condena a los presos a situaciones de aislamiento total, estando en una cárcel dentro de una cárcel. Ni de los presos políticos. Ni de los montajes policiales.

En 2004 se produjo un motín en la cárcel de Quatre Camins por una paliza que estaba sufriendo un preso en el mismo patio. A causa de este hecho se produjo una investigación. El caso era tan clamoroso que el subdirector médico fue condenado a 3 años y 5 meses por torturas. Evidentemente para que las propias instituciones represivas se condenen entre ellas y se dejen de encubrir como es norma, ha de ocurrir que el caso se haga muy evidente. Pero estos casos de tortura son solo la punta del iceberg.

El sentido común popular de que los “Ricos nunca entran y los pobres nunca salen” es suficiente para desmontar el sistema penitenciario actual. Un sistema penitenciario que condena la pobreza que el propio sistema capitalista reproduce de manera sistemática. Por otro lado, no garantiza ningún tipo de reinserción a los presos por delitos de daños a otras personas. Ningún ser humano puede mejorar y progresar en una situación como la carcelaria donde se impide a la personar desarrollarse.